Durante una visita al personal médico que combate en la primera línea contra el coronavirus, el presidente de China, Xi Jinping, calificó este lunes (10.02.2020) al virus como un "demonio" y se mostró ante las cámaras con una mascarilla, en su primera aparición pública desde que se desató el brote de la también llamada "neumonía de Wuhan", que hasta la fecha ha contagiado a más de 40.171 personas y ha dejado 908 muertos, según los últimos datos oficiales.
Xi se había mantenido al margen y había nombrado al primer ministro, Li Keqiang, al frente de un grupo de trabajo para enfrentar el brote. Li fue quien visitó la zona cero en Wuhan el mes pasado. Esta vez, sin embargo, el mandatario apareció con una bata quirúrgica blanca y una mascarilla azul en el hospital Ditan de Beijing, para observar las instalaciones, los tratamientos y comunicarse vía videoconferencia con los médicos que trabajan en Wuhan.
Tenés que leerEmpresas se retiran de feria tecnológica de Barcelona por el alerta del coronavirusPosteriormente, Xi visitó una residencia en el centro de Beijing, donde se dejó tomar la temperatura y conversó con trabajadores. La comparecencia pública de Xi ocurre justo cuando millones de personas regresaban a sus funciones habituales este lunes, después de unas vacaciones de Año Nuevo Lunar prolongadas por el gobierno, en uno de sus intentos por frenar la propagación de la enfermedad.
Sin embargo, millones de personas de la provincia de Hubei, donde comenzó el brote, no regresan al trabajo porque, al ser el foco del brote, siguen confinadas. Y fuera de la provincia en cuarentena, muchas compañías limitan el personal. Por ejemplo, el gobierno de Shanghái ha sugerido reducir las concentraciones de personas con horarios de trabajo escalonados, cortar los sistemas de aire acondicionado, evitar las comidas en grupo y respetar una distancia de al menos un metro entre los colegas de trabajo.
Las autoridades chinas han tratado de proyectar una imagen de normalidad institucional y alentado a las empresas a que reanuden su actividad siempre que tomen "medidas de precaución", aunque en grandes ciudades la mayoría de los comercios y bancos siguen cerrados y el transporte público prácticamente vacío. De hecho, la presencia de Xi ha sido vista como un intento por impulsar a las empresas a volver al trabajo, "pero de manera ordenada”.