Yulia Navalnaya, viuda del opositor ruso Alexey Navalny (también escrito Aléxei Navalni), muerto la semana pasada en una prisión rusa del Ártico, tenía previsto reunirse este lunes en Bruselas con cancilleres de la Unión Europea (UE).
Lo anunció el jefe de la diplomacia del bloque europeo, Josep Borrell. En el mundo se registran homenajes al principal detractor del régimen de Vladímir Putin.
Yulia Navalnaya, viuda del opositor ruso Alexey Navalny (también escrito Aléxei Navalni), muerto la semana pasada en una prisión rusa del Ártico, tenía previsto reunirse este lunes en Bruselas con cancilleres de la Unión Europea (UE).
Así lo anunció el jefe de la diplomacia del bloque, Josep Borrell, mientras se seguían registrando concentraciones de despedida al principal detractor del régimen autocrático de Vladímir Putin.
"El lunes recibiré a Yulia Navalnaya en el Consejo de Relaciones Exteriores de la UE", indicó Borrell. "Los ministros de la UE enviarán un mensaje fuerte de apoyo a los combatientes de la libertad en Rusia y honrarán la memoria" de Navalny, escribió.
Navalnaya, que no había visto a su esposo en dos años, acusó a Putin de ser "personalmente responsable" de la muerte de su marido y pidió a la comunidad internacional a unirse para derrocar el "régimen aterrador".
Navalny era el opositor más destacado del Kremlin y se había vuelto muy popular por sus denuncias de los supuestos casos de corrupción bajo el gobierno de Putin. Hasta esta tarde, Putin no se había pronunciado públicamente sobre la muerte de Navalny. El vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, acusó el viernes a los dirigentes occidentales de tener unas reacciones "absolutamente inaceptables" e "histéricas" al deceso de Navalny.
En tanto, la embajadora de Estados Unidos en Rusia, Lynne Tracy, visitó un monumento en homenaje a la represión durante el periodo soviético que se ha convertido en un lugar de peregrinación para los partidarios de Navalny.
"Hoy en la Piedra Solovetski lloramos por la muerte de Alexey Navalny y por las otras víctimas de la represión política en Rusia", indicó la embajada de Estados Unidos en Moscú en una publicación en las redes sociales, acompañada por la foto de la embajadora en el memorial.
El gobierno de Alemania reclamó al de Rusia que entregue el cuerpo del opositor fallecido y permita una autopsia "independiente". "Solo con una investigación independiente podrá establecerse para la opinión pública mundial y el pueblo ruso lo que todo el mundo sabe ya: Putin mató a Navalny, directa o indirectamente, a través de las condiciones de la prisión", dijo el ministro de Justicia alemán, Marco Buschmann.
Por su parte, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva (aliado político e ideológico de Vladímir Putin), pidió "no sacar conclusiones precipitadas" sobre la muerte de Navalny.
"Creo que es una cuestión de sentido común; si la muerte está bajo sospecha, primero hay que llevar a cabo una investigación para averiguar de qué murió", declaró el presidente brasileño en Adis Abeba, en Etiopía, donde participó como invitado en la cumbre anual de la Unión Africana.
En otro memorial improvisado en Moscú, instalado en un lugar conocido como el "Muro del Dolor", un monumento de bronce en recuerdo de la represión de la era soviética, la Policía colocó vallas para intentar alejar a los partidarios de Navalny.
Varias decenas de policías fueron desplegados, pero algunas personas lograron pasar las vallas y colocar sus flores. Los grupos de defensa de derechos humanos reportaron que cerca de 400 personas fueron detenidas en concentraciones en recuerdo de Navalny.
Mientras tanto, cerca de medio millar de personas protestó el domingo ante la embajada de Rusia en Berlín contra la política de Putin, según la policía local.
Navalny purgaba una condena de 19 años por "extremismo", y era percibido por muchos como la mayor esperanza de un cambio en Rusia. El anuncio de su fallecimiento el viernes pasado causó desazón entre sus partidarios, muchos de ellos jóvenes, y condenas de las potencias occidentales.
"Fue un asesinato, no caben dudas", afirmó días atrás Leonid Volkov, un estrecho colaborador de Alexey Navalny.
Siendo abogado y bloguero, el fallecido dirigente opositor supo consolidarse a lo largo de doce años como "el detractor número uno" de Vladímir Putin y "su partido de ladrones y estafadores", como solía describirlo. Primero se dio a conocer ayudando a organizar grandes manifestaciones (2011 y 2012), que finalmente fueron reprimidas, para luego presentarse en las elecciones municipales de Moscú de 2013 donde fue segundo, un logro que impulsó su visibilidad.
Acosado por las autoridades, e ignorado por los medios de comunicación oficiales ("abiertamente comprados", decía él), construyó una notoriedad en Internet y en las redes, gracias a la difusión de investigaciones en video virales que denunciaban la corrupción del poder ruso.
En enero de 2021 fue detenido al regresar a su país tras recuperarse en Alemania, donde fue hospitalizado tras ser víctima de un envenenamiento en Rusia que atribuyó a Putin, algo que –obviamente- el Kremlin siempre negó (algunos antecedente, incluso filmados, juega en contra de la credibilidad "oficialista").
Desde su arresto, tras ser acusado de "extremismo" y "fraude", Navalny fue condenado a altas penas de cárcel. Finalmente, en agosto del año pasado fue condenado a 19 años de prisión y hasta mediados de diciembre de 2023 estuvo detenido en una cárcel de máxima seguridad cerca de Moscú hasta que fue trasladado a Jarp, en el Ártico ruso. Desde hace más de dos años y medio alternaba temporadas bajo aislamiento con condiciones de detención muy restrictivas.
Opositor acérrimo de Putin, quien siempre se negó a pronunciar su nombre, convocó una protesta contra el mandatario en los centros de votación del país durante las presidenciales que se realizarán del 15 al 17 de marzo.
En esos comicios (en los que "se sabe quién será el ganador", según palabras de los analistas occidentales), los políticos críticos con el gobierno de Putin están vetados, a tal punto que la comisión electoral ya bloqueó a Boris Nadezhdin -un antibelicista opositor al mandamás del Kremlin-, argumentando irregularidades en las firmas recolectadas para apoyar su candidatura.