Twitter atraviesa uno de sus pasajes más complejos a nivel institucional y para los usuarios. Desde la compra de Elon Musk por 44 mil millones de dólares, los problemas no han parado de surgir.
La llegada de Elon Musk no trajo más que polémicas y complicaciones para varios miembros de la plataforma. Una nueva red social se asoma como variante ante la incertidumbre que generan las más reconocidas.
Twitter atraviesa uno de sus pasajes más complejos a nivel institucional y para los usuarios. Desde la compra de Elon Musk por 44 mil millones de dólares, los problemas no han parado de surgir.
Arrancando con despidos masivos y repentinos, arrepentimientos por parte de Musk, implementación de suscripciones pagas para el verificado, críticas del empresario a sus propios ingenieros y cuentas falsas que desataron pérdidas millonarias en acciones de grandes empresas son sólo algunos de los dramas en las últimas semanas.
Ante las dudas sobre la evolución de la red social y cuáles serán los límites en la búsqueda de la “total libertad” por parte del co-fundador de Tesla y SpaceX, nuevas opciones aparecen para los usuarios.
Una de ellas es Mastodon, una plataforma creada en 2016 y que figuraba cómo “plan B” ante eventuales caídas de Twitter. En las últimas semanas tomó renombre tras la incorporación de 70 mil nuevas cuentas y el alcance de un total de 4,5 millones, con 1 millón activas actualmente.
La migración de los twitteros hacia espacios como este o el ya famoso Discord (con quién Mastodon comparte ciertas características) parece inevitable, al menos en pequeñas escalas.
La propia red social se define como una variante a Twitter. Incluso, posee sus “toots” que emulan a los “tweets”, permite impulsar el de otros usuarios al igual que el retuit y crear hilos. A pesar de las similitudes, ofrece algunas funciones que la distinguen:
El registro en Mastodon no difiere al de otros espacios e incluso resulta más intuitivo y rápido que el promedio.Con la creación de la cuenta se le otorga al usuario su nombre y el de su propio servidor que luego podría ser administrado.
El proceso de ingreso a alguno de los más de 4 mil servidores independientes no es automático. Si bien, el usuario puede traspasarse de uno a otro e interactuar con miembros de otras comunidades de manera personal, su ingreso al mismo debe ser aprobado en primera instancia.
El crecimiento de Mastodon ha sido irregular y a pesar de ya tener ocho años de funcionamiento, no logró explotar del todo y ser un firme competidor.
Uno de los posibles motivos de su limitado potencial es explicado por Luis Fajardo, profesor de Derecho Civil en la Universidad de La Laguna en España. El explica que “Mastodon no te sacia la ansiedad que te ha podido crear la sociedad de la información para que consumas y publiques de forma constante”.
Además detalla que "los contenidos por lo general son más reflexivos porque no hay un algoritmo detrás pidiéndote que publiques ni que quiera saber qué estás haciendo".
El hecho de hacerlo completamente lineal y trabajar con comunidades con preferencias similares le quita también ese factor “picante” que posee Twitter y se transforma en una especie de relación tóxica en la que el usuario se fastidia, pero a la vez disfruta de la experiencia.
Sus características que por momentos se asimilan a las de los viejos blogs no termina de convencer a los twitteros que en la mayoría de los casos vuelven por el camino que llegaron.