Como si se tratase de una competencia por presentar la idea basada en inteligencia artificial más cinematográfica y aterradora de todas, fue creada Cognify, la cárcel futurista.
El biólogo Hashem Al-Ghaili presentó un video en el cual los reclusos son ubicados en pequeñas celdas donde se les modificarán sus recuerdos mediante IA.
Como si se tratase de una competencia por presentar la idea basada en inteligencia artificial más cinematográfica y aterradora de todas, fue creada Cognify, la cárcel futurista.
El proyecto del biólogo molecular y comunicador científico Hashem Al-Ghaili sorprendió en las redes sociales al mostrar una representación en video de lo que serían las celdas equipadas con herramientas que mediante IA podrían alterar los recuerdos y pensamientos de los reclusos.
De esta manera, en base al proyecto del científico nacido en Yemén, los presos podrían “reinsertarse en la sociedad” en cuestión de minutos gracias a nuevos o alterados elementos dentro de sus cerebros. Un controversial concepto que camina por la cornisa de la inmoralidad.
Sin detallar cuáles son las referencias de “lo bueno” que tomaría Cognify, Al-Ghaili describió en primera instancia: “Esta instalación está diseñada para tratar a los delincuentes como pacientes. En lugar de pasar años en una celda de prisión real, los presos podrían terminar su condena aquí en solo unos minutos”.
“Cognify podría algún día crear e implantar recuerdos artificiales directamente en el cerebro del prisionero. Podría ofrecer un nuevo enfoque de la rehabilitación penal, transformando la forma en que la sociedad trata a los delincuentes centrándose en la rehabilitación en lugar del castigo”, comenta en sus redes oficiales, junto al particular video ilustrativo.
El mismo complemento audiovisual indica que "dentro de la mente del criminal, el tiempo pasaría de manera diferente más lenta que en la vida real, lo que les haría experimentar años", y agrega que en base a la gravedad del delito del sujeto y de su sentencia, los recuerdos podrían adaptarse a las necesidades de rehabilitación de cada sujeto.
Cruzando fronteras de los lineamientos en debate por organizaciones como la Unión Europea, Cognify tendría la capacidad de “desencadenar consecuencias y traumas" en base a recuerdos, los cuales "podrían simular las consecuencias a largo plazo de acciones violentas, como el dolor de la familia de la víctima o el trauma físico y emocional sufrido por la víctima".
En lo que respecta a su funcionamiento, los prisioneros se someteran a escáneres cerebrales de alta resolución dentro de la cápsula, creando un mapa detallado de sus vías neuronales. Este mapeo permitirá redirigir a regiones cerebrales específicas responsables de la memoria, el razonamiento y el pensamiento lógico.
Inevitablemente, la idea remite a conceptos cinematográficos, algo que se confirma al observar que Hashem Al-Ghaili es también director de cine. Su cortometraje Simulación, ganador del Premio a la Excelencia y Mejores Efectos Visuales del concurso internacional Global Shorts con sede en Los Ángeles en 2019.
Simulación cuenta la historia de una civilización alienígena que construye una realidad simulada donde infinitos seres, incluidos los humanos, están aprisionados. En la misma, se observan artefactos y efectores similares a los luego implementados en el proyecto Cognify.
Al-Ghaili saltó a la fama en 2009 gracias a su página de Facebook donde divulgaba noticias científicas.
Perdiendo credibilidad en el campo por su faceta artística, Al-Ghaili muestra como principal virtud en su currículum el rol de CEO en Instituto Gitchia, empresa proveedora de servicios de capacitación, certificación e inspección radicada en Pakistán. Posee además un posgrado en Ciencias de los Alimentos y Gestión de la Calidad en la Universidad Franklin de Suiza.