El telescopio espacial James Webb de la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio), operado también por la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Canadiense (CSA), halló indicios de vapor de agua en un exoplaneta.
Se trata del GJ 486b, que podría convertirse en el primer rocoso con estas características. Restan dos observaciones para confirmar.
El telescopio espacial James Webb de la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio), operado también por la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Canadiense (CSA), halló indicios de vapor de agua en un exoplaneta.
Gliese 486b (GJ 486 b), el exoplaneta observado por el Webb, orbita la estrella enana roja Gliese 486 y fue descubierto en abril de 2021. Aún no se pudo confirmar si los rastros de agua provienen de la estrella o de su propia atmósfera, lo que lo convertiría en el primera de su tipo con esta característica.
GJ 486 b es aproximadamente un 30% más grande que la Tierra y su masa es de 2,8 veces más, lo que significa que es un mundo rocoso con una gravedad más fuerte que el planeta habitado por los humanos.
Está ubicado en en la constelación de Virgo, a 8.1 pc de distancia, lo que equivale a 249939906423733.28 kilómetros o 26.4187 años luz.
El investigador principal del estudio, Kevin Stevenson, del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins en Laurel, expresó: “El vapor de agua en la atmósfera de un planeta rocoso caliente representaría un gran avance para la ciencia de los exoplanetas. Pero debemos tener cuidado y asegurarnos de que la estrella no sea la culpable”.
Actualmente, una de las preguntas más importantes en el campo de la astronomía es si un planeta rocoso es capaz de mantener o restablecer una atmósfera en un entorno tan duro. Al encontrarse cerca de estrellas enanas rojas, reciben radiación ultravioleta y rayos X que pueden destruir sus atmósferas planetarias.
Sobre las dudas del origen, Sarah Moran de la Universidad de Arizona en Tucson, autora principal del estudio, también manifestó: “Vemos una señal, y es casi seguro que se debe al agua. Pero aún no podemos decir si esa agua es parte de la atmósfera del planeta, lo que significa que el planeta tiene una atmósfera, o si solo estamos viendo una firma de agua proveniente de la estrella”
La estrella Gliese 486 posee el frío suficiente para que pueda haber vapor de agua en su fotosfera cuya señal imitaría a la de una atmósfera planetaria. En caso de que esto suceda, debería reponerse constantemente gracias a los volcanes que expulsan vapor del interior del planeta.
Tras los datos revelados por el espectrógrafo de infrarrojo NIRSpec, que brindaron indicios de una atmósfera rica en agua, la NASA detalló que debe proceder con dos nuevos estudios para confirmar la hipótesis.
La próxima misión utilizará el instrumento de infrarrojo medio (MIRI) para observar el lado diurno del planeta, según indicó la agencia espacial estadounidense.
“Si el planeta no tiene atmósfera, o solo una atmósfera delgada, se espera que la parte más caliente del lado diurno esté directamente debajo de la estrella. Sin embargo, si se desplaza el punto más caliente, eso indicaría una atmósfera que puede hacer circular el calor”, explicaron.
Una vez superada esta instancia, se necesitarán observaciones en longitudes de onda infrarrojas más cortas por otro instrumento del Webb, el generador de imágenes de infrarrojo cercano y el espectrógrafo sin rendija (NIRISS). Los elementos permitirían diferenciar entre la atmósfera planetaria y los escenarios de manchas estelares.