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Los Springboks fueron superiores, ganaron 24 a 13 y se quedaron merecidamente con el bronce. Argentina cumplió una actuación brillante en la Copa del Mundo.
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Los Pumas cayeron hoy ante Sudáfrica por 24-13 y finalizaron en un más que digno cuarto puesto en la octava Copa del Mundo de rugby que se desarrolla en Gales e Inglaterra.
Con un equipo disminuido por la gran cantidad de lesionados, Los Pumas casi nunca hallaron el camino para quebrar la buena defensa sudafricana y las pocas veces que lograron superar la primera línea de tackle, cometieron imprecisiones o se aislaron y terminaron perdiendo la pelota.
Los Springboks, que tampoco lucieron, fueron más sólidos en la zona de contacto y más eficaces a la hora de marcar. Por eso, se llevaron una victoria que para ellos tiene sabor a poco, ya que su único objetivo era lograr el título.
Pese a la caída, Los Pumas redondearon un excelente Mundial en el que se mostraron superiores a los equipos europeos y no tan por detrás de los otros tres protagonistas del Rugby Championship, que fueron los que le ocasionaron sus tres caídas a lo largo del certamen.
Hay que sacarse el sombrero ante el entrenador Daniel Hourcade, que se la jugó por un plantel bastante joven y por un estilo de juego ofensivo, que aunque no dio el resultado esperado en estas últimas presentaciones, sirvió para que el equipo superara claramente al resto de los rivales que se le pusieron enfrente.
Ante Sudáfrica ello no pudo suceder, pero de todos modos se pueden rescatar algunas actuaciones individuales de valor, como la de Tomás Lavanini, un guerrero de tan solo 22 años, o la de Matías Moroni y Nicolás Sánchez.
Argentina jugó un mal primer tiempo, acaso el peor segmento del certamen. Cometió demasiadas infracciones, no anduvo tan bien como otras veces en las formaciones fijas y cuando tuvo la pelota, casi siempre chocó con una pared.
De entrada, por una infracción, Los Pumas perdieron por diez minutos a Tomás Cubelli. Y con un hombre menos se les hizo difícil contener a los sudafricanos, que a los 6 se pusieron en ventaja con un try de JP Pietersen en la bandera derecha. Además, sin su medio scrum, al equipo argentino le faltó claridad para atacar y por eso los ‘Boks‘ manejaron la ovalada durante esos minutos, aumentando a través de un penal marcador por Handré Pollard.
Con la vuelta de Cubelli, Los Pumas fueron más agresivos en ataque, sobre todo cuando la pelota voló a los backs. Pero a estos últimos les faltó serenidad y muchas veces quedaron aislados y perdieron en el contacto con sus rivales, aspecto en el cual brilló el sudafricano Francois Louw. De todos modos, el equipo de Daniel Hourcade generó una chance clara, tramada por Cubelli, pero en las cinco yardas contrarias no tuvo la claridad necesaria para llegar al ingoal.
Del otro lado del campo, ya en el final de la etapa, se siguieron cometiendo infracciones que los Springboks optaron por transformar en puntos a través de la patada de Pollard para irse al descanso en ventaja por 16-0.
El segundo tiempo arrancó bien, con un drop de Nicolás Sánchez, pero en la salida siguiente Los Pumas perdieron la pelota y Eben Etzebeth estiró diferencias apoyando junto a la bandera.
De ahí en adelante, el partido se tornó impreciso. Los dos buscaron con pocas ideas, tratando de quebrar a su adversario con potencia física. Y no lo pudieron hacer. Pollard y Sánchez, quienes mantenían un duelo por el botín de oro, intercambiaron penales y recién en el final, con más ganas que organización, Los Pumas vulneraron el ingoal sudafricano con un try de Juan Pablo Orlandi para cerrar así su participación en la Copa del Mundo con una caída más digna.
Fue el final para una buena tarea de Los Pumas a lo largo de los siete partidos que jugaron. El balance no deja de ser positivo aunque no hayan traído medallas y se espera un futuro promisorio para un plantel que en su gran mayoría llegará a Japón 2019 y lo hará con la experiencia de haber jugado cuatro Súper Rugby y otros tantos Rugby Championship. Hay lugar para la ilusión.