El avión presidencial, valorado en 25 millones de dólares, llevó a cabo una maniobra controvertida antes de aterrizar exitosamente.
Especialistas cuestionaron la extravagante llegada del avión en plena lluvia.
El avión presidencial, valorado en 25 millones de dólares, llevó a cabo una maniobra controvertida antes de aterrizar exitosamente.
Descendió a escasos metros de la pista, llegando a volar a tan solo 45 metros sobre el suelo. Luego, el piloto inclinó la aeronave hacia un lado, viró en dirección al Río de la Plata y retomó el vuelo.
Previo a este incidente, a las 17.05 horas, había sobrevolado la Plaza de Mayo, pasando justo por encima de la Casa Rosada, minutos después de que concluyera un acto liderado por la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Después de haber sido preparado y pintado en Miami para su servicio al jefe de Estado argentino, la aeronave aterrizó en Aeroparque a las 17.14 horas, enfrentando una fuerte lluvia.
Esta maniobra ha generado críticas de parte de expertos en la materia. Carlos Rinzelli, piloto y consultor, la consideró "bastante ilógica". En una entrevista con medios nacionales, comentó: "¿Es capaz el avión de realizar esto? Sí. ¿Era necesario hacerlo? Si no hubo ninguna coordinación previa y nadie solicitó que se hiciera, resulta bastante ilógico. Es un avión nuevo y los pilotos están recién autorizados a volar en él. Sería interesante conocer la experiencia de cada uno de ellos".
Rinzelli argumentó: "Se trataba simplemente de un traslado del avión. Debería haber realizado un aterrizaje normal, considerando que Aeroparque suele estar congestionado. Además, con estas condiciones meteorológicas, es como organizar un festival aéreo en plena lluvia. Sería más sensato suspenderlo".