Miércoles 24.8.2022
/Última actualización 20:37
La arbitrariedad del gobierno parece no tener límites. Lo que se venía advirtiendo desde hace tiempo, de ascender militares por afecto político, comienza a transformarse en un hecho tras un mensaje ministerial. Si bien la lista original de agregados de forma irregular era más extensa, el malestar que se generó entre los uniformados al conocerse la idea tiempo atrás puso coto a lo que finalmente se concreta.
Semanas atrás, una senadora nacional decía a El Litoral: “No sabemos qué está pasando, llegaron solamente dos pliegos cuando siempre llegan los tres juntos por una cuestión de prolijidad y respeto”. Era porque la Comisión de Acuerdos (nivel parlamentario encargado de validar lo designado por el Poder Ejecutivo) había recibido los pliegos de ascensos de la Fuerza Aérea y la Armada Argentina, pero no del Ejército Argentino. Eso demostraba los problemas técnicos que el kirchnerismo estaba teniendo para lograr su intención. Es que, además de incorrecto, la movida llega fuera de plazos: según explicaron las fuentes militares consultadas, las juntas de calificación pertinentes (momento institucional donde el Ejército decide a quien promover para su ascenso) ya habían sido concluidas y que no estaban dispuestos a reabrirlas por efectivos que ya habían sido evaluados (y descartados) y cuyo mérito era uno sólo: ser amigos del gobierno de turno.
Esta negativa significó el primer cortocircuito entre el Jefe del Ejército frente al Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas y el Ministerio de Defensa. Vale destacar que uno de los encuentros, donde Guillermo Pereda se negó a reabrir las juntas de calificación, se llevó adelante en la sede del Comando Conjunto Antártico, ente que afronta un cuadro de crisis interno inédito debido a una millonaria deuda a sus efectivos, que evalúan llevar adelante juicios contra la institución. Será un tema a desarrollar prontamente, mientras el Comando Conjunto Antártico sigue – además – infringiendo la Ley de Acceso a la Información Pública al no responder la información solicitada.
Además de la resistencia institucional para acceder agregar al boleo media docena de Coroneles al listado de propuesta para ser Generales, esta decisión gubernamental cayó mal entre los uniformados, especialmente entre aquellos que llegan al final de sus carreras con honores y no son considerados para seguir en la cúpula de la institución. También entre los subalternos, que ven las bajezas a las que se someten quienes se jactaban de códigos y tradiciones al mandarlos o a la hora de llamarles la atención por alguna falta cometida, por el simple hecho de tener algo más de relevancia en el grado.
Ahora, el Ministro de Defensa – Jorge Taiana – habría decidido hacerse cargo de la situación y ordenar agregar por resolución ministerial a dos Coroneles Mayores de la especialidad de Intendencia para que sean Generales. Desde el entorno, explicaron que esto se debe a que – entre todos los militares que intentó ascender irregularmente – Taiana prioriza impulsar aquel de confianza en el manejo de millonarios caudales económicos entorno al FONDEF (Fondo Nacional de la Defensa) y agregó uno más de la misma especialidad – sin vínculos con el gobierno - para disimular. Del mismo modo, días después, solicita que el Presidente ascienda a un Coronel de Caballería de la misma forma, que no es ilegal pero sí ilegítima.
Embebidos
Otro punto de la lista, agregado “siguiendo instrucciones del Sr. Ministro”, que genera indignación en la familia militar, es el ascenso a Coronel (con retroactividad al 2017) a un Teniente Coronel que estuvo en Casa Militar durante la última gestión de Cristina Fernández como Presidente y que actualmente se desempeña en la Casa de la Moneda, un destino que no es común para los militares. Pero, más allá de eso, la reacción negativa surge porque éste Oficial fue investigado por la Justicia por malversación de fondos referidos al cobro de viáticos de giras presidenciales.
Mientras tanto, el único pliego del Ejército que está en poder del Senado de la Nación es el del Jefe de la Fuerza – Guillermo Pereda – para ascender a Teniente General. Sobre los demás que deben ascender hay incertidumbre, ya que los mismos llevan varios meses de retraso. Esto no es un premio, explican, es un paso necesario para que la cadena de comando funcione de la mejor forma posible y cada funcionario militar tenga el grado correspondiente al cargo que ocupa. Estando eso desfasado, es un condimento más que empeora la situación crítica que padecen los uniformados en su día a día.