Pocha y Guillermina serán trasladadas desde el Ecoparque mendocino a un santuario del país vecino.
Se acabó una larga espera para Pocha y su hija Guillermina, dos elefantas que aguardaban su traslado desde el Ecoparque de Mendoza hacia el Santuario de Elefantes Brasil (SEB), que se encuentra en el estado central de Mato Grosso, en el país vecino.
Con la logística ya lista, solo aguardaban una formalidad, que se produjo mediante la Resolución 273/2021 publicada en el Boletín Oficial. La misma, firmada por Juan Cabandié, ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, autoriza la salida del país por vía terrestre de los dos ejemplares.
El mismo documento indica que la salida será "por el paso fronterizo Puerto Iguazú, Provincia de Misiones (República Argentina) y Foz do Iguaçu (República Federativa de Brasil)".
Pocha y Guillermina encabezarán una avanzada hacia Brasil que más tarde continuarán Tamy, el papá de Guillermina, y Kenya, una elefanta africana.
Se trata de una iniciativa enmarcada en el Plan de Derivación de Animales de la Dirección Ecoparque Mendoza, que se demoró más de la cuenta, entre otras razones, por la pandemia de coronavirus y el consecuente cierre de fronteras.
La intención es obtener un entorno más acorde a sus necesidades, en relación al predio lindante al cerro de la Gloria en el parque General San Martín, donde hasta el año 2016 funcionó el zoo de Mendoza.
Con la sanción de la ley provincial 8.945, comenzó un plan de derivación de animales que estaban fuera de su hábitat natural, como chimpancés, leones y elefantes.
Junto a dos especialistas llegadas especialmente desde Estados Unidos, Chrissy Pratt (Michigan) y Karissa Reinbold (Nueva York), las dos elefantas fueron entrenadas desde el pasado mes de marzo para entrar y acostumbrarse a los contenedores, de unos 5 metros de largo, 2 metros de ancho y 3,20 metros de altura, donde viajarán por vía terrestre, por alrededor de 3 mil kilómetros, hasta llegar a su próximo destino. En el trayecto, obviamente, estarán monitoreadas.
El gobierno mendocino trabajaba para la concreción de los traslados desde diciembre de 2016, pero no fue sino hasta agosto de 2020 que pudo firmar el acuerdo con el santuario brasileño para enviar a los animales hacia ese lugar, que presenta un entorno natural mucho más amigable.
Pocha, nacida en 1965, llegó a Mendoza en el año 1982, procedente de Londres. Dos años después conoció a Tamy, un elefante de circo, también asiático, que la conquistó a través de distintas piruetas. En 1995, la elefanta quedó embarazada por primera vez, pero su cría falleció pocas horas después de nacer. Tres años después, dio a luz a Guillermina. Ahora, madre e hija forjarán una nueva vida en un lugar que posee recintos amplios, naturales, y vegetación abundante.
Cómo es el santuario
El SEB, una organización sin fines de lucro que nació en 2012 pero que obtuvo la habilitación de operación por parte del gobierno brasileño en 2018, presenta un espacio apropiado para los elefantes, con recintos de entre 40 y 400 hectáreas completamente naturales donde existen matorrales y vegetación. En ese lugar, los animales reciben atención veterinaria de calidad. En los recintos internos, la temperatura está controlada en un valor constante todo el año, y los animales tienen libre acceso.
"Se trata de un bioma particular que posibilita el desarrollo de una mejor calidad de vida de los elefantes", comentó en un video publicado por el gobierno mendocino Leandro Fruitos, integrante del Consejo Consultivo del Ecoparque donde se alojaban los dos ejemplares y representante argentino de la Fundación Franz Weber, que brindó apoyo logístico y científico para programar la operación del traslado.
Allí, las elefantas evitarán los efectos negativos del cautiverio, derivados de la falta de libertad, movimiento e interacción con otros miembros de su especie. Además, tendrán menos posibilidades de desarrollar distintas enfermedades vinculadas con el encierro como obesidad, artritis, problemas en las patas y trastornos reproductivos y psicológicos.