La tensión y el misterio en torno al Boeing 747-300M de EMTRASUR y sus tripulantes iraníes y venezolanos continúa creciendo a días de que se desatara la polémica.
El juez federal Federico Villena ordenó el procedimiento que inició este martes en horas de la madrugada en el edificio ubicado en la localidad bonaerense de Canning. Hubo elementos secuestrados.
La tensión y el misterio en torno al Boeing 747-300M de EMTRASUR y sus tripulantes iraníes y venezolanos continúa creciendo a días de que se desatara la polémica.
Luego de que Federico Villena dispusiera la retención por 72 horas de los pasaportes de los cinco iraníes que arribaron a Argentina en el avión venezolano, el juez federal ordenó este martes en la madrugada un allanamiento en el hotel donde se hospedan los sospechosos.
Desde las 1:30 horas, el Departamento Unidad de Investigación Antiterrorista se hizo presente en el Hotel Plaza Central de Canning para iniciar los procedimientos. También se involucró una traductora para facilitar el procedimiento.
Según trascendidos de este departamento, se habrían secuestrado 18 celulares, siete notebooks, 5 iPad, 15 pasaportes y diversa documentación.
Mientras se realizaba la requisa, todos los tripulantes del avión aguardaron fuera de sus habitaciones, precisaron las fuentes.
El secreto de sumario se impuso a pedido de la fiscal del caso Cecilia Incardona, quien este lunes impulsó la investigación y pidió medidas de prueba para determinar si alguno de los tripulantes del avión de la empresa Emtrasur tiene vínculos con el terrorismo internacional.
Los cinco iraníes son Mohammad Khosraviaragh, Mahdi Mouseli, Saeid Vali Zadeh y Abdolbaset Mohammadi y Gholamreza Ghasemi. El último de estos es apuntado por poseer el mismo nombre que un importante miembro de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC).
En base a la información de inteligencia enviada a la Argentina, tendrían vínculos con la Fuerzas Quds, una división especializada en operaciones de inteligencia militar dentro de dicha armada.
El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, confirmó que el nombre de uno de los tripulantes coincide con el de un miembro de esta estructura militar considerada por Estados Unidos como una organización terrorista.
Según trascendió, este hombre sería accionista y miembro de la junta directiva y director ejecutivo de la aerolínea Qeshm Fars Air, utilizada por la IRGC para mover armas y equipamiento militar a Siria durante la guerra civil en ese país.
Cabe recordar que la aeronave arribó a la Argentina el lunes pasado proveniente de México con destino Ezeiza, según los registros que se encuentran en la Justicia. El miércoles último el avión despegó del aeropuerto internacional y tras sobrevolar el Río de La Plata durante 20 minutos aterrizó nuevamente en la misma terminal porque Uruguay no habilitó su aterrizaje.
Según los “flight records” recientes de la aeronave, estuvo en los últimos 15 días en Paraguay, Bielorrusia, Teherán y Moscú, mientras que tendría actualmente vedado el uso de los espacios aéreos de Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile.
Las sospechas están fundadas en que la aeronave pertenecía hasta hace muy poco a la empresa iraní Mahan Air, sancionada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro de los Estados Unidos. Por ese motivo, varias agencias internacionales vienen siguiendo hace meses el recorrido del avión. De acuerdo a más registros, el avión se encontraba haciendo base en Caracas desde enero pasado.