En una medida que apunta a impulsar el blanqueo de capitales promovido por el gobierno, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) decidió eliminar una serie de regulaciones que restringían las operaciones en cuentas en dólares.
Se eliminan regulaciones clave que impedían transferencias en dólares sospechosas de violar normas cambiarias.
En una medida que apunta a impulsar el blanqueo de capitales promovido por el gobierno, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) decidió eliminar una serie de regulaciones que restringían las operaciones en cuentas en dólares.
Estas modificaciones normativas tienen como objetivo facilitar las transferencias y reducir las barreras que hasta ahora existían para quienes desean regularizar sus fondos en el exterior.
Entre las principales disposiciones derogadas se destaca la eliminación de la posibilidad de que un banco rechace una transferencia en dólares bajo la sospecha de que la operación podría estar violando las normas cambiarias vigentes.
Anteriormente, si una entidad financiera consideraba que una transacción no cumplía con las regulaciones sobre la compra de moneda extranjera, tenía la facultad de objetar la transferencia. Con la nueva normativa, esta sospecha ya no será un motivo válido para impedir la operación.
Otra medida relevante es la eliminación de ciertos requisitos impuestos bajo la normativa conocida como "Conozca a su cliente". Este marco regulatorio obligaba a las instituciones financieras a verificar en detalle la identidad y los movimientos de cada cliente, con el objetivo de prevenir el lavado de dinero. Sin embargo, el BCRA ha decidido que los bancos ya no estarán obligados a tomar "recaudos especiales de manera previa a la efectivización de una transferencia", lo que reduce significativamente las obligaciones de control que debían cumplir.
Con esta flexibilización, las entidades financieras tampoco estarán obligadas a objetar operaciones en tres casos específicos: cuando las cuentas de destino no hayan sido previamente asociadas por el ordenante de la transferencia; cuando las cuentas de destino tengan menos de 180 días desde su apertura; y cuando las cuentas no hayan registrado movimientos en los últimos 180 días. Estas modificaciones buscan agilizar el proceso de transferencia y evitar trabas burocráticas que podrían desalentar el blanqueo de capitales.