Esta mañana se reanudó el juicio contra los curas Nicola Corradi (83) y Horacio Corbacho por los abusos ocurridos durante años en el Instituto Próvolo de Luján. Se continuó con la reproducción del testimonio en Cámara Gesell de la joven que viajó la semana pasada desde Neuquén. Mencionó a la monja, que será juzgada en otra causa, como una persona violenta.
Caso Próvolo: una testigo incriminó a Kumiko
Lunes 2.9.2019
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Última actualización 23:57
Con la reproducción de los testimonios en Cámara Gesell de las víctimas, se reanudó esta mañana el juicio contra los curas Nicola Corradi (83) y Horacio Corbacho (59), y contra el exjardinero Armando Gómez (49), por los abusos ocurridos durante años en el Instituto Próvolo de Luján.
En primer lugar se reprodujo lo que quedaba del testimonio de la testigo de identidad reservada número 2. La joven contó que pudo ver a una de las nenas del colegio usar una especie de pañal, pero no pudo confirmar si era para detener el sangrado producto de los abusos.
Luego se procedió a reproducir el testimonio en Cámara Gesell de la testigo que la semana pasada viajó desde Neuquén para declarar en vivo y en directo en el juicio. El video que se reprodujo fue filmado cuando la joven tenía 23 años (ahora tiene 26) y en él la joven cuenta por qué se produjo su cambio de sexo tras abandonar el Próvolo en 2008.
La joven recordó que la expulsaron junto a su hermana luego de que sus padres denunciaron los abusos que sufrían. Esta joven es hermana de la joven de Villa Mercedes que viajó la semana pasada a brindar su testimonio.
La testigo agregó que el cura Corradi defendió a quien abusaba de ella (Jorge Bordón, condenado a 10 años de prisión en un juicio abreviado) y sostuvo que para ella el sacerdote apoyaba y ocultaba los abusos.
En este sentido, la joven también brindó detalles de los abusos que sufrió durante su paso por el Próvolo cuando era niño (antes del cambio de sexo) por parte de Bordón. La testigo manifestó que fue abusada en reiteradas oportunidades y sólo por Bordón. Según contó, esos abusos ocurrían de noche, ya que su habitación estaba junto a la del acusado que ya fue condenado en un juicio abreviado.
Asimismo, la joven agregó que fue testigo visual del maltrato a otros chicos, en especial de parte del cura Corradi. Recordó que encerraban a los chicos en el desván del instituto durante varias horas cuando alguno se portaba mal.
La testigo también apuntó contra la monja Kosaka Kumiko, quien será juzgada en otro juicio, como una de las personas dentro del instituto que más maltrataba y pegaba a los alumnos. Para graficar esta situación, la joven recordó una oportunidad en la que Kumiko le dio una cachetada.
Tras un breve cuarto intermedio, se continuó con la reproducción del testimonio de la joven. En la segunda parte de su relato, la testigo contó que ella y otros chicos iban a la habitación de Bordón y éste les mostraba un CD con pornografía. Agregó que las nenas de 5 a 6 años usaban pañales porque se orinaban en la cama y que vio chicos con varios moretones en el cuerpo.
Por último, la joven explicó la historia de cada uno de sus tatuajes y los cortes que tenía en las manos al momento de declarar en esa Cámara Gesell. La testigo relató que los cortes se los autoinflingía como una forma de sobrellevar el dolor que sentía por lo vivido en su paso por el Instituto Próvolo. Tras escuchar esta explicación, se dispuso un cuarto intermedio hasta mañana.
El martes a las 8.30 se retomará el juicio en la sala 4 del Fuero Penal Colegiado. Se espera que continúen la reproducción de los testimonios captados en Cámara Gesell.