A los 20 años Andrea, nombre ficticio de la víctima para preservar su privacidad, sufrió un ataque de epilepsia que la llevó a la muerte. Su intención, sin embargo, era declarar contra los sacerdotes y administrativos de la escuela. La joven dejó un hijo de cuatro años y abierta una sospecha preocupante.
Tenés que leerPasó a un cuarto intermedio el juicio por los abusos en el PróvoloEstela, su tía, contó a Clarín que la chica tuvo una recaída en su enfermedad cuando supo que la monja Kumiko Kosac, con prisión preventiva por su presunta complicidad con los abusos, estaba a punto de recuperar la libertad. "Mala, mala", destacó la mujer que decía cada vez que la veía aparecer en la televisión.
“Jamás supimos quién era el padre del nene. Mi sobrina quedó embarazada cuando iba al Próvolo”, afirmó Estela. Aunque hasta el momento no se realizaron las pruebas de ADN, sostuvo: "Nos gustaría saber la verdad, cuesta animarse”. Es que ella sabe que la respuesta puede ser dolorosa sobre todo para el nene, que ya perdió a su mamá, si además se comprueba que nació por una violación.
Junto a ella otra mamá integrante del colectivo de víctimas manifestó que aún falta mucho por investigar. "Hay víctimas que aún no se han animado a declarar, algunas que como fueron al Próvolo nunca aprendieron la lengua de señas y les cuesta comunicarse. La búsqueda de verdad y justicia recién comienza”, concluyó.