Martes 26.4.2022
/Última actualización 23:45
Empieza a llegar a su fin la investigación administrativa contra la jueza penal de Comodoro Rivadavia Mariel Alejandra Suárez, fuertemente cuestionada a principios de este año por sus visitas en la cárcel a un homicida condenado. En los últimos días, el Superior Tribunal de Justicia (STJ) de la provincia de Chubut concluyó su informe y elevó el sumario al Consejo de la Magistratura local, que ahora deberá definir si se concreta un jury de enjuiciamiento.
Su colega, la jueza camarista Flavia Trincheri, que estuvo a cargo de la investigación, consideró probado que la magistrada se encontró dos veces con un preso de alta peligrosidad en el Instituto Penitenciario Provincial (IPP) de Trelew, en una oportunidad fuera del horario de visitas. Además, en su informe, al que tuvo acceso Infobae, Trincheri consideró esta conducta “deslucida y desajustada al cargo de Jueza que detenta”.
Se trata de Cristian Omar “Mai” Bustos, de 40 años, preso con una condena firme a 20 años de prisión por el crimen de su hijastro, un bebé de 9 meses, en 2005, y otra sentencia reciente a prisión perpetua -a cargo de un tribunal que la misma Suárez integró- por matar a un policía y herir a otro en 2009 durante un operativo en el que pretendían detenerlo.
El STJ comprobó que la magistrada de Comodoro Rivadavia -que ya había atravesado un jury en 2013 y logró salvarse de la destitución- ingresó a visitar a Bustos el miércoles 29, un día después de la última condena en el juicio que ella presidió, y el jueves 30 de diciembre pasado al IPP de Trelew por casi tres y dos horas, respectivamente, “con la finalidad de escribir un libro”, en el marco de una supuesta labor académica.
Las cámaras de la sala donde se concretaron los encuentros los expusieron: en las imágenes se ve a la magistrada y al preso que se abrazan, se toman fotos y, aparentemente, se besan en la boca, además de compartir un mate y alimentos. Un oficial del IPP denunció el hecho ante sus superiores y se produjo un escándalo.
Además, en su segunda visita, -a la que accedió exhibiendo su credencial de jueza- Suárez y el interno, conociendo la disposición de las cámaras, se sentaron uno al lado del otro en el piso, en un punto ciego donde no podían ser captados. La jueza dijo que había sido para enchufar su celular y su computadora. Trincheri consideró esta justificación “pueril”.
Suárez negó las acusaciones y aseguró que no sólo que no besó al detenido, sino que simplemente lo visitó para entrevistarlo en calidad de “investigadora” por su interés en escribir un libro con su historia de vida, con especial hincapié en el asesinato del policía. Es decir, del juicio que ella misma condujo.
Sin embargo, el sumario concluyó que la magistrada violó con sus visitas, al menos, tres normas.
En primer lugar, la jueza Trincheri advirtió que Suárez estaba de turno en Comodoro Rivadavia y que, para eludir presidir una audiencia de control de detención, dijo estar enferma cuando en realidad había viajado a Trelew, “llevando adelante tareas académicas que no justificaban de manera alguna que se alejara de su función”.
Ni la defensora de Bustos, Valeria Ponce, ni el fiscal de la causa, Fidel González, sabían de estos encuentros a solas, a pesar de que Suárez aún seguía afectada al expediante del condenado Bustos. De hecho, la abogada de Bustos apeló la sentencia en la Cámara Penal de los Tribunales de Esquela apoyándose en la postura de Suárez, quien en el juicio votó en disidencia la sentencia a perpetua y solicitó una pena menor.
Para Trincheri, la magistrada violó el artículo 10 inciso B del Reglamento Interno al no “observar una conducta decorosa compatible con la dignidad de la función judicial”. También el artículo 13 de la ley de ética que prevé el “deber de conducirse apropiadamente en público” y el artículo 17 del Código Procedimiento Penal que habla de “igualdad entre las partes e imparcialidad”.
“Los jueces tienen actividad jurisdiccional y una vida personal que deben armonizar en lo público con su función. La sociedad necesita tranquilidad espiritual al observar qué hacen de su vida pública aquellos que deciden sobre la suya; demandan probidad en su actividad extra judicial”, advirtió el informe.
En su escrito, además, la jueza Trincheri resolvió rechazar el sobreseimiento de Suárez y las nulidades que su abogada presentó en torno a la acusación. Ahora el Consejo de la Magistratura local deberá terminar de resolver su enjuiciamiento y eventuales sanciones.
En paralelo, el Consejo evaluará también otras dos denuncias contra la jueza por mal desempeño en sus funciones: la primera presentada por el intendente de Comodoro Rivadavia, Juan Pablo Luque y la segunda por el senador nacional de Juntos por el Cambio Ignacio Agustín Torres, junto con la familia de Leonardo “Tito” Roberts, asesinado por Bustos.