Un efectivo de la Prefectura Naval Argentina (PNA) mató a balazos esta madrugada a un joven de 16 años a la salida de una fiesta en la localidad bonaerense de Almirante Brown. El efectivo de la fuerza federal quedó arrestado y fue imputado por el delito de homicidio calificado por el uso de arma de fuego. El caso quedó en manos del fiscal Javier Gustavo Martínez, titular de la UFI N°8 de Lomas de Zamora.
El violento episodio se produjo en la intersección de Los Toldos y Avellaneda, cuando un grupo de unos 40 jóvenes salieron a la vía publica luego de que terminara una fiesta en un domicilio en esa zona. En ese momento, el ayudante segundo de la Prefectura Nacional, identificado como Hugo Ever Villanueva, que se encontraba de franco de servicio, llegó al lugar a bordo de una camioneta Renault Kangoo.
Una vez ahí, las versiones sobre lo ocurrido, por el momento, son confusas. De lo que sí se tiene certeza es que cuando Villanueva arribó al lugar, cuatro jóvenes subieron al vehículo del prefecto. Luego, Villanueva comenzó a disparar. Dos de los disparos impactaron en Lucas Ismael Galván, de 16 años. Una de las balas le atravesó el pecho y la otra ingresó en un glúteo. Galván cayó muerto en el acto. De inmediato, los testigos dieron aviso al 911. Al lugar llegaron ambulancias, policías y el ayudante fiscal de la UFI N°8, Alejandro Alleno, quien pidió el arresto de Villanueva.
Tras su detención, este mediodía, el prefecto fue llamado a declarar por el fiscal Martínez y, según informaron fuentes del caso, Villanueva aseguró que disparó porque le quisieron robar la camioneta. Sin embargo, los detectives del hecho descreen de su versión y sospechan que existía un conflicto previo entre los involucrados que derivó en el crimen de Galván, ya que ambos vivían en el mismo barrio, San José.
Aunque por el momento el móvil es materia de investigación y se aguardan más declaraciones de testigos para determinar lo ocurrido. Mientras tanto, el prefecto quedará alojado en una celda acusado por el delito de homicidio calificado.
Por otro lado, esta mañana, en otro hecho donde también quedó involucrado un efectivo policial, el oficial Maximiliano González, acusado de asesinar a Luciano Olivera, el adolescente de 16 años que ayer recibió un balazo en el pecho cuando lo persiguieron porque aparentemente se negó a detenerse en un control en la ciudad balnearia de Miramar, se negó a declarar frente a la fiscal del caso, Ana María Caro.
Luego, fue derivado a un calabozo. Mientras tanto, los investigadores recaban más pruebas en su contra. Ayer la madre de Luciano habló por primera vez tras el asesinato de su hijo y contó los momentos previos al hecho y qué sucedió cuando se enteró de lo que había pasado.
En diálogo con Telenoche, Judith explicó que en un primer momento pensó que el joven había tenido un accidente de tránsito y que se quedó con él durante varias horas, hasta que descubrió que tenía una herida de bala en el pecho.
Además, cuestionó duramente a los efectivos de seguridad y en especial a Maximiliano González, quien se encuentra detenido por haber sido quien hirió de muerte al adolescente durante un operativo de control.
“Él fue a la cena del club donde juega al fútbol y de ahí se iba todas las noches a jugar a la pelota al anfiteatro. Lo llamé a la 1.05 para decirle que viniera temprano, que ya se volviera, él me dijo que ya salía y a los 20 minutos me vinieron a avisar que lo habían chocado”, relató la mujer.