A principio de año, se luchó intensamente contra los incendios que se desataron a lo largo de todo el país, pero principalmente en Corrientes. Las llamas quemaron un millón de hectáreas de la provincia y la mitad del Parque Nacional Iberá. A cinco meses de aquello, sin embargo, el 80% del humedal volvió a la vida.
El fuego no sólo consumió la flora, sino también la fauna del lugar. Murieron muchos anfibios, reptiles y mamíferos, mayormente debido a la asfixia que sufrieron por el humo. Bomberos voluntarios del lugar lucharon para que sobreviva la mayor cantidad de animales posibles.
Mirá tambiénLos cadáveres de fauna silvestre se cuentan por miles tras los incendios en Corrientes Pero luego de meses de trabajo, el parque se recompone. Los datos preliminares del relevamiento “Transectas Iberá”, indica que se registró 275 carcasas de vertebrados que murieron por el fuego. Asimismo, el informe indicó que hubo muchos animales desplazados durante semanas de sus hábitat naturales.
Este fue realizado en forma conjunta por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), la Dirección Nacional de Biodiversidad; el Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico (CeIBA); la Dirección Nacional de Parques Nacionales, y la Fundación Vida Silvestre.
“Nos topamos con animales corriendo. Vimos carpinchos, víboras, algunas que recién terminaban de alimentarse y no alcanzaban a salir por el peso de la comida. Vimos que se destruyeron por completo proyectos como el del guacamayo a los que se les quemaron los nidos. Era triste entrar al parque y ver todo quemado”, recordaron Horacio Verón y Daniel Sosa, dos de los brigadistas que combatieron los focos durante semanas.
Según detallaron, fueron muchos los vertebrados e invertebrados de poblaciones de fauna silvestre -incluyendo especies amenazadas- que no pudieron escapar de las llamas. Estas primero atacaron los pastizales y malezas, luego se fueron a los bosques, hasta alcanzar incluso los esteros, los bañados y los valles aluviales.
En base a los datos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), entre enero y febrero de este año, en Corrientes se quemaron 1.042.514 hectáreas, lo que representa el 11,7% de la provincia. No obstante, el peor escenario fue para el parque, donde las llamas arrasaron con el 48,9% de su superficie, cobrándose 93.976 hectáreas.
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“Si bien el impacto fue muy grande, hay fuertes indicadores de recuperación”, señaló Manuel Jaramillo, director de la Fundación Vida Silvestre.
No obstante, Jaramillo explicó que los bosques siguen siendo foco de preocupación, tanto los cultivados como los nativos, a los que les demandará más tiempo regenerarse.
Cabe destacar que, si bien no se puede tener una medida exacta, se estimó que para finales de mayo el 60,7% (634,275 ha) de las zonas quemadas de Corrientes y el 81,3% del Parque Nacional Iberá presentaron indicios de recuperación temprana en base a la vegetación del 2021.