Los cuatro portales al Parque Nacional Iberá reabrieron esta semana al uso público. Las primeras clausuras preventivas al turismo en las reservas naturales comenzaron en enero, a causa de la catástrofe de los incendios en Corrientes.
Los cuatro núcleos de acceso ya están habilitados para el turismo, junto con un mensaje de restauración de los ecosistemas dañados por la catástrofe ígnea. También permiten el acampe.
Los cuatro portales al Parque Nacional Iberá reabrieron esta semana al uso público. Las primeras clausuras preventivas al turismo en las reservas naturales comenzaron en enero, a causa de la catástrofe de los incendios en Corrientes.
Sin embargo, en torno al 23 de febrero la situación de los humedales mejoró gracias a las recientes precipitaciones.
El Parque Nacional está inmerso dentro de la Reserva Natural del Iberá de la provincia de Corrientes, que fue creada en 1983 y abarca 1.300.000 hectáreas.
Allí se puede realizar caminatas en senderos habilitados, observación de aves, ciclismo en senderos habilitados, picnic en zonas habilitadas (portales Cambyretá, San Nicolás y Carambola), acampe en zonas habilitadas (portales Cambyretá, San Nicolás y Carambola) y caminatas nocturnas (solo viernes, sábados, domingos y feriados turísticos en el portal Laguna Iberá).
El portal Cambyretá se ubica en el margen norte de la reserva, mientras que el portal San Nicolás y el portal Carambola se encuentran en el margen oeste y el portal Laguna Iberá en el sureste.
Esteros, ríos y lagunas son los ambientes naturales más conocidos para la zona, pero en las tierras más altas son característicos los pastizales, palmares de caranday y montes nativos con árboles de gran porte como el alecrín, higuerón, urunday, viraró, timbó y laurel negro.
Muchos de estos ecosistemas fueron gravemente dañados durante el primer bimestre de este año. La cobertura vegetal más afectada detectada por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) son los esteros (y otros bañados), que pasaron de 275 mil hectáreas del anterior informe a 333 mil hectáreas hasta fin de febrero, aproximadamente.
En la cobertura vegetal más afectada le siguen los pastizales.
Un gran despliegue de fauna se alberga en el área protegida. Inambúes, yacarés negro y overo y carpinchos son parte del elenco estable.
Asimismo, especies amenazadas como el ciervo de los pantanos, el aguará guazú, los capuchinos, corbatitas y otras aves de pastizal encuentran un refugio fundamental en estos ambientes naturales destinados a la restauración ecológica.
Todavía no hay cifras precisas del daño en la fauna de este espacio protegido, aunque se tendieron diversas redes de biólogos y veterinarios para sanar a los animales quemados.