Lunes 30.12.2019
/Última actualización 10:39
A 15 años de la tragedia en Cromañón, donde el 30 de diciembre de 2004 hubo 194 muertos y 1400 heridos, los músicos de Callejeros se reciclaron en distintas bandas, mientras que la Justicia entregó el predio donde funcionaba el boliche a su propietario, sin que se pudieran rescatar las pertenencias de las víctimas.
Mientras se entonaban los acordes del primer tema, decenas de jóvenes prendieron bengalas que incendiaron la media sombra que recubría el techo del local, lo que generó un humo tóxico que terminó con gran parte de los asistentes fallecidos dentro del predio, muchos contra una puerta de emergencia que estaba cerrada con candado.
En el juicio que estuvo a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal 24, los músicos fueron absueltos y el resto de los imputados condenados a distintas penas, pero luego de las apelaciones, la Cámara de Casación Penal también halló responsable a Callejeros.
Tras un largo derrotero judicial, en 2016 la Corte Suprema de Justicia dejó firme las condenas por estrago culposo seguido de muerte, cohecho e incumplimiento de los deberes de funcionario público, oportunidad en la que volvieron a ser detenidos todos los imputados.
En 2017, obtuvieron la libertad condicional el guitarrista Elio Delgado (33), el bajista Christian Torrejón (45), el saxofonista Juan Alberto Carbone (49), condenados a cinco años de cárcel; y Maximiliano Djerfy (43), a tres años, mientras que el líder de la banda, Patricio Santos Fontanet, fue excarcelado en 2018 tras cumplir más de la mitad de la pena a siete años que le habían impuesto.
Antes habían salido el escenógrado Daniel Cardell (40) y el manager Diego Argañaraz (40), que habían recibido tres y cinco años, respectivamente.
El único que sigue en prisión es el baterista Eduardo Vásquez (43), pero por el femicidio de su esposa Wanda Taddei (29), por el que recibió prisión perpetua; el año pasado se casó en la cárcel con Abana María Luján Maglio (36), otra detenida en el mismo complejo.
En los últimos años, casi todos los músicos se unieron en dos bandas: "Pato" Fontanet fundó en 2010 "Don Osvaldo", de la que también es miembro Torrejón, y el 3 de diciembre lanzaron su segundo disco, llamado "Casi Justicia Social II", una especie de continuación de su placa debut de 2015.
"Don Osvaldo" realizó recitales con grandes convocatorias a lo largo de su corta historia, pero la banda tuvo que suspender cuatro shows previstos para septiembre a raíz de que Fontanet debió ser operado de sus cuerdas vocales en mayo, y aún no se sabe en qué momento del 2020 presentarán su nuevo disco.
En tanto, Delgado, Djerfy y Carbone conformaron a fines de 2014 el grupo "Nuestra Raza" y hoy a las 20 despedirán el año junto a "Sueño de Pescado" en Pinar de Rocha, de Ramos Mejía, organizado por "Banderazos Callejeros", cuyo fin es "apoyar a los músicos de la banda".
Los otros condenados por el caso fueron el gerenciador de Cromañón, Omar Chabán (62), quien falleció en 2014 a raíz de un linfoma de Hodgink cuando cumplía su pena de 10 años y nueve meses, y su mano derecha, Raúl Villarreal (60), que en 2017 salió en libertad tras cumplir seis años de cárcel.
Según contó a Télam su abogado, Albino Stefanolo, el juez de Ejecución Axel López le había prohibido a Villarreal realizar trabajos vinculados con bandas o discotecas hasta que terminara de cumplir la pena, pero actualmente está tratando de reinsertarse como manager luego de que estos años lo ayudara su hijo.
Los otros condenados que también recuperaron la libertad fueron la ex subsecretaria de Gestión y Control Comunal Fabiana Fizbin (54), que fue excarcelada en 2016 tras una pena de cuatro años y Ana María Fernández (52), que salió en 2014 antes luego de cumplir dos años y diez meses.
En tanto, en 2017 quedó libre el ex subcomisario Carlos Díaz (60), que había recibido 8 años de cárcel.
En otro juicio posterior, fue condenado a cuatro años y medio de prisión el dueño de Cromañón, Rafael Levy, quien se encuentra con libertad condicional, pero según familiares, hace algunos meses recuperó el predio donde funcionaba el boliche.
"Siempre tratamos de que ese lugar fuera protegido, un emblema de lo que pasó, pero le entregaron la llave y no se pudieron recuperar zapatillas, remeras y otros elementos de las víctimas", contó a Télam Raúl Morales, padre de Sofía (17), quien murió en el incendio.
La intención de los familiares era hacer un inventario de lo que había quedado dentro del local para rescatar las pertenencias, pero el lugar ya está en refacciones y se pintaron las paredes, en algunas de las cuales habían quedado las manos con tizne de quienes intentaban sobrevivir.