El Litoral / NA
Al grupo se lo conocía como la banda del “Jinete Negro” y fueron detenidos en Buenos Aires. Cobraran hasta 20 mil pesos por un título trucho.
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Ocho personas fueron detenidas como acusadas de integrar una banda dedicada a la confección y comercialización de títulos secundarios, terciarios y universitarios falsos.
En los operativos hechos por la policía de Buenos Aires, que consistió en 12 allanamientos realizados en los distritos de Morón, Lomas de Zamora y Avellaneda se secuestraron sellos e impresoras, entre otros elementos con los que se confeccionaban los títulos apócrifos.
Según indicaron fuentes policiales, al grupo se lo conocía como la banda del "Jinete Negro" y se dedicaba a la confección de documentación pública apócrifa, donde resultaban afectados el Estado Nacional y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Los títulos secundarios, terciarios y universitarios falsos eran ofrecidos en páginas web, diarios y folletos, los cuales eran entregados en la vía pública y los falsificadores siempre aseguraban que se trataba de documentos legales, apelando a supuestos contactos en los organismos otorgantes.
El operativo se produjo a partir de una orden del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal número 11 a cargo del juez Claudio Bonadio dio intervención a la División Defraudaciones y Estafas de la Policía de la Ciudad, con el objetivo de identificar a los integrantes del grupo y encontrar las locaciones donde desarrollaban la actividad.
De acuerdo con la investigación realizada, la banda captaba a sus potenciales clientes por medio de los anuncios, donde se facilitaban números de teléfono de contacto.
Luego de la primera comunicación, vía whatsapp se terminaba de cumplir con los requisitos necesarios para la confección del título apócrifo.
La banda estaba liderada por una persona conocida como "Jinete Negro", quien se encargaba de llevar adelante toda la operación, supervisándola desde el inicio hasta el fin, en tanto que un socio a quien llamaban El Gordo, era quien se contactaba con los clientes y entregaba los títulos ya confeccionados.
Otro individuo sindicado como "El Peque" obtenía todos los datos necesarios para la confección de los títulos, cómo firmas, promedios y establecimientos educativos, mientras que "El Turco" era el imprentero, y conseguía la materia prima para confeccionar los títulos y los sellos.
Por su parte, un hombre conocido como "Bam ban" se desempeñaba como el contador de la banda; manejaba la cuenta bancaria para que los clientes depositaran los pagos, mientras el encargado de recolectar el dinero era conocido como "El Bicho".
A la única mujer de la banda la apodaban "La Princesa" y junto a su padre se encargaba de las relaciones públicas, además de la atención de los interesados en comprar los títulos truchas.
Por último, otro integrante a quien denominaban como "Nacho" era quien se dedicaba a ocultar las huellas y los elementos constitutivos de ilícito.
Según indicó el secretario de Justicia y Seguridad de la Ciudad, Marcelo D`Alessandro, "estos estafadores pedían a sus clientes fotos 4x4, fotos del DNI y los datos básicos para que en menos de 48 horas tuvieran un titulo trucho en mano".
"Hay que destacar el trabajo de los investigadores de la Policía de la Ciudad en conjunto con la Justicia Nacional", afirmó.
En el caso de un título terciario o universitario, el comprador podía elegir la carrera la Casa de Estudios otorgante, mientras los valores iban desde los 4 mil pesos para los analistas secundarios, hasta los 20 mil pesos para los universitarios.
En todos los casos, la persona que ofrecía los servicios aseguraba que estaban inscriptos en todas las dependencias pertinentes, por lo que eran "legales".