Ya funciona en Misiones el primer instituto militar con infraestructura sustentable del país
La Escuela Militar de Monte del Ejército Argentino finalizó la mayoría del proceso de renovación edilicia con perspectiva medioambiental y se posiciona como la primera de su tipo en todo el Estado Nacional. Los desafíos pendientes.
Ya funciona en Misiones el primer instituto militar con infraestructura sustentable del país
“El Ejército Argentino estableció dentro de sus objetivos, desde 1993, alcanzar políticas conducentes al cuidado y a la preservación del medio ambiente” explica el coronel de Infantería Eduardo Verón Rodríguez. En ese sentido, recuerda que cuando se vieron obligados a reconstruir los cuarteles de la Escuela Militar de Monte en Puerto Iguazú – venidos abajo por ser de tipo prefabricados canadienses con más de 40 años – “dentro de la solución se buscó además una evolución para aminorar el déficit energético que tiene esta zona”.
Con la premisa adoptada, se construyó – bajo la coordinación de la dirección general de Ingenieros e Infraestructura del Ejército - un campo de producción de energía solar, con 338 paneles, que están al costado del nuevo edificio y que pueden generar, en promedio, 110 Kw. por hora. De esta forma, se permite la producción de energía independiente de la red eléctrica local, la mayoría del tiempo y pese a condiciones climáticas adversas. Según el director del instituto, actualmente, “satisface la demanda de hasta un 70% de las necesidades del instituto y del barrio militar, donde hay 22 viviendas”.
“La mayoría de los cuarteles están instalados en zona no urbanas, por lo que tenemos que aprovechar la preservación y cuidado del medioambiente, como el desarrollo de energías sustentables” dice el militar. En este caso particular, “la producción de energía posee variaciones que dependen de las condiciones de cobertura del cielo, ya que es un proceso fotovoltaico” pero “el edificio tiene una orientación este – oeste y el pico de producción se da al mediodía” por eso “a la mañana conecta para complementar lo que se le “pedirá” a la red pública eléctrica”. En lo económico, para recuperar la inversión, pese al poco tiempo de funcionamiento, ya perciben “la reducción de los costos de los servicios” como medio de compensación.
La Escuela Militar de Monte se encuentra en medio de un foco turístico de la provincia de Misiones.
Según los cálculos presentados, “hay 70% de aprovechamiento total de las 24 horas del día, el 30% restante se conectan a la red eléctrica para el funcionamiento nocturno” ya que “no se disponen de baterías acumuladoras para poder 100% autónomos todo el tiempo”. Esto es debido a un retraso en el cumplimiento del proyecto que implicó un elevado incremento de los costos de las baterías necesarias, cotizadas en dólares, imposibilitando su compra.
Más allá de las bondades para la vida en cuartel, también “podría ser un facilitador energético” ya que puede “si se dan las condiciones, aportar el caudal de energía excedente producida por el campo de paneles solares a la red general, para ser reaprovechada también por el resto de la comunidad”. Esto no es algo de mayor dificultad, ya que no requiere de cambios en los tendidos existentes.
Sin embargo, al día de hoy “no se aprovecha al 100% la potencialidad energética” porque “no se dispone localmente de transformadores del tipo “inversores”, para la bidireccionalidad de la energía”. No es menor destacar que el campo de paneles podría generar energía por “14 horas en verano y 8 horas en invierno, cuyo excedente puede ser reaprovechado siendo “inyectado” a la red eléctrica de Puerto Iguazú, beneficiando al sector de mayor consumo” de esa región.
La Escuela Militar de Monte se encuentra en medio de un foco turístico de la provincia de Misiones y la generación de energía podría contribuir directamente al sector hotelero, gastronómico, del parque de cataratas y hasta al aeropuerto que allí se ubica, si se logra madurar la relación interagencial con los demás integrantes del entorno civil. Mientras tanto, desde el punto de vista individual, en la Escuela no existe más el problema de “cortes de energía por alta demanda”.
La construcción del propio edificio nuevo también busca el máximo aprovechamiento de las energías sustentables. En el mismo, que cuenta con una planta baja con aulas, sala de armas y un salón con capacidad para 200 personas sentadas y una planta alta con oficinas de autoridades y áreas de apoyo, se levantó una estructura que es “es una combinación de mampostería exterior y paneles divisores de parrilla sustentable metálica y durloc”. Además, Verón Rodríguez destaca que “todos los artefactos son de bajo consumo, con certificación ECO, tecnología inverter; los sistemas de iluminación son de tipo LED y hay doble vidriado hermético para mejorar la aclimatación del edificio”.
Uno de los factores buscados es “bajar la marca de calor” del edificio, por eso se tomaron otras medidas en su construcción. Por ejemplo, los motores y todo agregado, no va al costado, sino en el techo para lograrla bajarla. Mirando alrededor, con el mismo compromiso ecológico, “no se tocó la forestación en general y los únicos árboles que debieron ser removidos, fueron reubicados dentro del mismo predio”. Así, el funcionario asegura que los integrantes del Ejército están “comprometidos con las energías renovables, el uso responsable, la eficiencia y ahorro energético y bajar las huellas de carbono en todas sus actividades”.