El gobierno nacional autorizó este lunes la Reversión del Gasoducto Norte, en medio de negociaciones de emergencia ante la ola de frío en gran parte del país y un aumento, de al menos 100%, en la demanda residencial.
Se trata de la construcción de 122 kilómetros de cañería de 36 desde el predio de La Carlota hasta el de Tío Pujio.
El gobierno nacional autorizó este lunes la Reversión del Gasoducto Norte, en medio de negociaciones de emergencia ante la ola de frío en gran parte del país y un aumento, de al menos 100%, en la demanda residencial.
Fue oficializado a través de la Resolución 233/2024 publicada en el Boletín Oficial con firma de Carlos Alberto María Casares, interventor de Enargas.
La autorización de Enargas a Energía Argentina S.A. (Enarsa) y Transportadora de Gas del Norte S.A. (TGN) se había demorado en el marco de las decisiones nacionales de reducción de gastos en la obra pública.
El documento hace referencia a la construcción de 122 kilómetros de cañería de 36 que extenderían el sistema de transporte de gas natural desde la Planta Compresora "La Carlota" hasta la Planta Compresora "Tío Pujio", ambos puntos dentro de la provincia de Córdoba.
La resolución también autoriza la construcción de cañería paralela al Gasoducto Norte y adecuaciones en las plantas compresoras "La Carlota", "Tío Pujio", "Ferreyra", "Dean Funes", "Lavalle" y "Lumbreras" para revertir el flujo del gasoducto.
“Es una obra que posibilitará el transporte en sentido inverso del Sistema Norte de hasta 19 MMm3/d, permitiendo así la bidireccionalidad del flujo de gas, aportando versatilidad al sistema, garantizando el abastecimiento en la dirección en la que sea requerida y dotando al mismo de mayor confiabilidad y seguridad”, habían indicado desde ENARSA y TGN en un comunicado de abril.
Dicho texto también detalló: “Es una obra que posibilitará el transporte en sentido inverso del Sistema Norte de hasta 19 MMm3/d, permitiendo así la bidireccionalidad del flujo de gas, aportando versatilidad al sistema, garantizando el abastecimiento en la dirección en la que sea requerida y dotando al mismo de mayor confiabilidad y seguridad”.
La autorización que llega este 27 de mayo fue acelerada tras las complicaciones que generó el bajo rendimiento del Gasoducto Néstor Kirchner (GNK) y el incremento de la demanda, no esperado por las empresas.
El GNK aporta 11 millones de m3, pero ya debería estar en los 24 millones diarios. A la par que el gobierno mantiene una deuda de 40 millones de dólares con las constructoras Sacde y Contreras, también se ahorró unos 15 millones de dólares en las obras del Gasoducto.
Sin embargo, el incremento del consumo obligó a la licitación de importantes cargamentos de combustibles líquidos valuados en unos 500 millones de dólares adicionales al presupuesto del área.
La encargada del proceso es la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A. (Cammesa) que por instrucción de la Secretaría de Energía deberá destinar mayor cantidad de combustibles líquidos para generar electricidad, en las usinas termoeléctricas, y así reemplazar el gas natural para poder destinarlo a la demanda final. Es así que Cammesa salió a licitar la semana pasada la provisión de 200.000 toneladas de fueloil y 350.000 metros cúbicos de gasoil.
Según se desprende del informe de gestión del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, ante el Senado para este invierno se preveía la importación de hasta 30 cargamentos de Gas Natural Licuado, de los cuales ya se licitaron y se adjudicaron una veintena.
“El gas procedente de Bolivia tiene un contrato en firme por hasta 5 MMm3/d hasta el 31 de julio. A partir de allí se torna interrumpible. Se negoció con Petrobras un swap de gas de hasta 4 MM m3/día para los meses de agosto y septiembre del corriente año, para atender la demanda pico”, detalló el ahora tambaleante Posse.