Miércoles 16.2.2022
/Última actualización 20:44
Esta madrugada, trascendió que Gustavo Martínez, ex pareja de Ricardo Fort, murió tras caer desde el piso 21 de un edificio ubicado sobre la calle Sucre al 1900, en el barrio de Belgrano. Según fuentes de la investigación, Felipe, hijo del empresario, informó que se encontraba deprimido porque la próxima semana él y su hermana, que son mellizos, cumplirían la mayoría de edad y ya no sería más sus tutor legal. En ese contexto, había amenazado con arrojarse desde el balcón del domicilio, publico Infobae
Horas después de este hecho, el adolescente se expresó en sus redes sociales: “Las únicas personas que siempre estuvieron para nosotros, fueron Marisa, Eduardo, César y amigos. Y más gente que queda por nombrar. Papá los recibirá con los brazos cerrados. No opinen, no comenten, no saben y nunca supieron”, expresó en una story de Instagram.
Gentileza D.RActo seguido, el joven publicó dos historias más, que luego borró. “Sí, brazos cerrados. Una persona que no puede terminar de ´cuidarnos´, faltando 10 días para que cumplamos 18 ¿Tienen a Gustavo como una buena persona? ¿Después de lo que hizo? Mientras Martu y yo estábamos en el mismo departamento”, señaló. Y agregó: “Agradezco tener una mentalidad madura para asumir esto en tan poco tiempo. Me parece muy hipócrita la gente que opina sin saber que pasó y sin saber cómo vivimos los últimos siete años?”. Y cerró: “¿En qué cabeza cabe? 17 años tenemos”.
Luego de eliminar estas últimas publicaciones, compartió un video en el que aclaró por qué lo hizo. “Sí, gente, yo subí unas historias. No me hackearon la cuenta. Fui yo, es lo que opino, esta situación...17 años tengo, piensen eso. Borré las historias porque...hay gente que piensa que me hackearon la cuenta cuando no es así, hay gente que opina lo contrario, cuando no tienen idea de mi vida los últimos siete años, no tienen idea de lo que pasó tampoco”, aseguró. Y volvió a enfatizar: “No opinen, solo no opinen”. Sin embargo, menos de una hora de haber publicado ese video, Felipe lo borró y solo dejó una story con la siguiente frase: “No saben nada. Apago el celu”.
Gentileza D.RMeses antes de morir, el chocolatero firmó un poder para que su mano derecha, su gran compañero, se haga cargo de sus hijos, Marta y Felipe. No dejó su tesoro más preciado en manos de cualquiera: Gustavo Martínez era mucho más que su ex pareja, fue también su gran amor.
Gentileza D.RPara ese entonces los mellizos, Ricardo y el personal trainer estaban conviviendo desde hacía tiempo, luego de que el mediático fuera operado de la rodilla y lo invitara a Gustavo a pasar los días de rehabilitación en su casa. Pero el tiempo pasa, y la próxima semana, los chicos celebrarán su mayoría de edad y ya podrán disponer de sus bienes, viajar al exterior y con sus 18 años, se terminaba también la tutela legal de Gustavo, quien los cuidó tras la muerte de su papá en el 2013. Una tarea que no ejercía solo, sino que la llevaba adelante en compañía de Marisa, la ex jugadora de la Selección Argentina de Hockey que es niñera de Marta y Felipe desde que ellos tenían apenas meses y que entró al hogar por recomendación de Karina Antoniali, ex cuñada de Ricardo.
Gentileza D.RComo tutor de los chicos, Martínez no solo cuidó de ellos, sino que también tuvo que administrar su dinero. El patrimonio que hoy pertenece a los mellizos incluye un porcentaje de la empresa FelFort, autos, todos radicados en Argentina -ya que los que tenía afuera los vendió antes de morir- y propiedades. Tras la partida de su abuela Marta, quien era dueña de la mitad de la fábrica, la porción accionaria de ellos ronda en un 33 por ciento entre los dos.
Desde que Martínez se hizo cargo de ellos hasta el momento, la empresa le entregó a él una mensualidad para la manutención de Marta y Felipe que alcanza para cubrir los gastos de colegio, casa, niñera, seguro de los autos que les pertenecen, vacaciones y demás. Dicho dinero, según confirmaron hace un tiempo allegados a la empresa, es luego descontado de los dividendos que deban percibir los hermanos. Hasta ahora la administración de los bienes de los mellizos estuvo a cargo de Gustavo. Sin embargo, sus movimientos eran controlados por un asesor de menores de un juzgado, por lo que él debía realizar periódicamente una rendición de cuentas.
En una semana, Gustavo ya quedaba exento de su “trabajo” al lado de los menores: debía dejar de informar los movimientos al juzgado y ellos podrán disponer del dinero de los dividendos de la empresa, así como podrán elegir trabajar en ella si lo desearan como sería el caso de Felipe o tomar otros rumbos como Martita.