Las asociaciones agropecuarias de Argentina reaccionaron hoy indignadas ante el freno a la exportación de carne vacuna aplicada por el Gobierno, en busca de bajar los precios internos de ese alimento, medida que puso a los ganaderos en pie de guerra.
“La prohibición del Gobierno de exportar carne no logrará bajar los precios” al público, advirtió el presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, quien sostuvo que “alguna reacción” de protesta “va a haber por esto”.
“Esto es una fantochada, están generando condiciones de frustración y si esto se transforma en bronca, va a derivar en un nuevo paro agropecuario”, aseguró, a su vez, el líder de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi.
La “mesa de enlace” de las cuatro agrupaciones agropecuarias del país (las otras son Confederaciones Rurales Argentinas -CRA- y la Confederación Intercooperativa Agropecuaria -Coninagro-), se reunirá hoy para analizar acciones conjuntas.
Tras restringir los permisos de exportación a mediados del mes pasado, la Secretaría de Comercio frena desde el pasado viernes los embarques de carne vacuna, en unos momentos en que los precios domésticos acumulan un aumento del 40 por ciento desde finales del año pasado.
Las autoridades apuntan a lograr que el precio doméstico del corte de carne de consumo popular se sitúe en 10,5 pesos (2,7 dólares) por kilo, menos de la mitad del nivel actual.
“Una medida similar de 2006 consiguió el efecto contrario”, comentó Biolcati, en referencia a que la suspensión de las exportaciones de carne vacuna aplicada ese año hizo subir los precios.
“Es más de lo mismo. En 2006, comenzó el desmantelamiento de la cadena de carne. No hay mercadería. De esta manera, el precio, por desgracia, tiende a subir. En estos cuatro años, nos comimos las hembras en lugar de estar siendo preñadas”, apuntó el presidente de la Sociedad Rural.
“No sé si es momento de salir a las rutas, pero alguna reacción va a haber a todo esto”, remarcó, acerca de la reunión que mantendrán hoy los líderes de las asociaciones agropecuarias.
Buzzi sostuvo que “no hay margen” para frenar el alza de precios domésticos, debido a que las regulaciones aplicadas por el gobierno en los últimos años redujo la oferta de ganado para faena a raíz de la pérdida de rentabilidad de los ganaderos que comenzaron a volcarse en la producción de soja.
Al respecto, el líder de la Federación Agraria subrayó que hay unos 12 millones de cabezas de ganado para faenar este año, casi un tercio menos que en 2009, lo cual equivale a 2,5 millones de toneladas de carne que resultarán insuficientes para abastecer al mercado interno.
El Gobierno de Cristina Fernández, enfrentado con el campo desde 2008, sostiene que la menor producción ganadera se debe a las secuelas de la sequía del año pasado, la más severa de las últimas décadas, y que la caída de la oferta de carne responde a que los ganaderos mantienen su ganado en los campos para engordarlos y lograr mejores ingresos, algo que niegan los productores.
Argentina, con una cabaña vacuna de unos 51 millones de ejemplares frente a una población de unos 40 millones de habitantes, tiene el mayor índice de consumo de carne vacuna por habitante, que es de 73 kilos por año en promedio, según cifras oficiales.
A lo largo del año pasado, este país suramericano exportó unas 600.000 toneladas de carne de vacuno por valor de 1.686 millones de dólares a un centenar de países, dentro de una lista que encabezan Rusia, Chile, Israel y Venezuela como principales clientes.
Fuente: EFE