Son médicos y atienden a comunidades Qom de El Impenetrable chaqueño
El grupo Sendero Originario está integrado por profesionales de la salud de distintas provincias que hacen un trabajo voluntario. Llegan en sus propias camionetas al corazón del monte chaqueño y todo lo hacen a pulmón.
En algunas comunidades atienden en las escuelas, en otras a la intemperie. Crédito: Sendero Originario
"Es gente muy al margen de todo; seguimos yendo porque nos damos cuenta de que si no los atendemos nosotros, no lo hace nadie", dijo Martín Zacarías, odontólogo de Paraná, que integra el grupo Sendero Originario. Se trata de un equipo conformado por entre 10 y 12 profesionales de la salud que, dos veces al año y de forma solidaria, incursiona por los montes de El Impenetrable, Chaco, para atender a cuatro comunidades Qom.
Sendero Originario se creó en 2015, como desprendimiento de otra fundación, "Pequeños gestos, Grandes logros", surgida a iniciativa de la cantante Patricia Sosa. "Por distintas circunstancias, algunos integrantes continuamos con este otro grupo para seguir yendo a las comunidades a brindar atención médica solidaria", comentó a El Litoral, la enfermera Norma Golomb, quien integra estas campañas hace 10 años.
Médicos clínicos, odontólogos, pediatras, ginecólogos, cardiólogos, enfermeras, bioquímicos, de distintas partes del país como Paraná, Buenos Aires y Corrientes, viajan en dos camionetas propias hacia una de las zonas más desfavorecidas de Argentina, donde el bosque chaqueño teje marañas difíciles de atravesar. Hasta allí van con su voluntariado, munidos de medicamentos, equipos e instrumentos propios, insumos de salud, para atender a las comunidades originarias.
Pediatras, clínicos, odontólogos, ginecólogos, cardiólogos, enfermeras, bioquímicos, forman parte del grupo solidario. Crédito: Sendero Originario
"La última vez que fuimos, en mayo, fue una frustración muy grande porque llovió tres días y casi no pudimos llegar a las poblaciones. Allá siempre están a merced del clima porque son todos caminos de tierra y cuando llueve, quedan aislados del mundo", contó Golomb. Y dijo que, por esa misma razón, carecen de atención médica asidua. El poblado más próximo donde hay una sala CIC es El Espinillo y está a 30 km, y la localidad de Villa Río Bermejito, donde el grupo hace base cada vez que va, queda a 50 km.
Entonces sucede, por ejemplo, que un hombre de las comunidades originarias sufrió un ACV, alcanzaron a llevarlo en moto hasta El Espinillo, donde debió permanecer dos días sedado porque por las lluvias no podían trasladarlo al hospital más cercano. "Sobrevivió, pero quedó con secuelas. La realidad es que no tienen medios para llegar a los centros de atención; se mueven caminando por el monte, con los chicos", contó la enfermera.
Trabajan siempre en las mismas comunidades de pueblos originarios -Las Palomas, Paso Sosa, Olla Quebrada y Río Muerto-; tienen un fichero de seguimiento con las historias clínicas. Cuando todo va bien, realizan 150 atenciones diarias, en tres extenuantes jornadas. Atienden en escuelas o a la intemperie, bajo los árboles como en Paso Sosa, donde las únicas dos salas con puerta que hay se usan para ginecología y odontología. Por eso, están necesitando la donación de un gazebo para resguardarse del sol.
"Antes de la pandemia íbamos cada 4 meses, después dos veces al año porque no nos da el presupuesto para costearnos. Los médicos nos pagamos las comidas y hotel, pero siempre necesitamos recursos para combustibles, logística. Por eso invitamos a la gente que se haga socia y done, a partir de $400; eso nos permite llegar a la próxima campaña que será el 9 de noviembre", subrayó Golomb. El grupo tiene dos camionetas de los propios profesionales pero una tercera se alquila allá.
"Un granito de arena"
La ginecóloga Mariana Degani es de Paraná e integra el equipo que va a trabajar al Impenetrable. Desde el área de ginecología realiza prevención de embarazos no deseados, anticoncepción y planificación familiar, da charlas de Educación Sexual Integral. También hace exámenes clínicos mamarios, ecografías, atención a embarazadas, toma muestras de PAP. Los médicos llevan sus propios equipos: un electrocardiógrafo, un ecógrafo, y la fundación aporta camillas desmontables, medicamentos; todo es a pulmón.
"Trabajar en estas comunidades tan necesitadas es muy gratificante. Todo el equipo de Sendero Originario es sumamente empático y eso hace que el trabajo en El Impenetrable sea agradable y los pacientes se sientan cuidados. Nos reciben muy contentos porque se sienten tenidos en cuenta", dijo Degani. Y añadió: "Aportamos nuestro granito de arena, ayudamos en lo que podemos, y las personas que tratamos están un poco mejor".
El odontólogo paranaense Martín Zacarías se incorporó a Sendero Originario en 2016. "Es una sensación ambigua la que tenemos al ir allá. Por un lado, a uno lo reconforta, te das cuenta de que sirve, que les hace mucho bien que vayamos nosotros. Pero a la vez te preguntás cómo puede ser qué tengamos que ir desde tan lejos para solucionar los problemas de salud de esta población", comentó.
"Si no les llevamos medicamentos, si no les enseñamos a cepillarse los dientes, nadie lo hace", aseguró. A una chica le llevan fenobarbital, sino convulsiona, y le dejan la provisión por seis meses.
Sacar una muela con un casco de minero
A nivel odontológico, Zacarías dijo que "hacemos lo que podemos y lo que está a nuestro alcance: extracciones, arreglos menores, mucho fluor, prevención con los chicos y grandes. Trabajamos sin las condiciones apropiadas: en una silla en una escuela o en una casa y, a veces, con las luces de un casco de minero para poder ver porque no hay luz eléctrica. Pero bueno, es mucho más que no hacer nada y la gente queda muy agradecida; nos espera".