Misiones: el Comité de Bioética descartó que se pueda practicar la eutanasia a Adrián Martínez
Eva Briñócoli, madre de Adrián Martínez, pide que le apliquen la eutanasia o muerte digna a su hijo, un joven de 22 años con parálisis cerebral.
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El dramático pedido generó el debate en redes . Sin embargo, no existe la posibilidad porque la eutanasia en el país no es legal, así afirmaron desde el comité de Bioética de Misiones. «El comité de bioética en salud que es un comité provincial, específicamente lo que recibe es consultas del tipo problema que cuando uno intenta resolver se encuentra en una situación problemática, esto es a lo que llamamos dilemas que tienen que ver con la salud y la ética en general», afirmó la Dra. Cristina Martin, presidente del comité de Bioética.
Señaló que se abordan problemas diversos desde derivados de la práctica existencial y también puede asesorar en derivados de políticas sanitarias, distribución de recursos, etcétera. En relación al pedido de la madre de familia, el Dr. Luis López Torres, secretario del comité explicó son muy pocos los países en lo que está permitida la eutanasia.
«Lo que está admitido en la Argentina es la ortotanasia que es el derecho a morir con dignidad, que consiste en que personas que están atravesando una enfermedad que es irreversible, incurable o en estado terminal, puedan solicitar el rechazo de procedimientos quirúrgicos, soporte vital y reanimación y en algunos casos de procedimientos de hidratación o rehabilitación», indicó López. Cuando se le consulta sobre la posibilidad de la eutanasia en este caso: López Torres afirmó «La eutanasia no se puede realizar bajo ningún motivo».
Al ser consultada sobre cómo resolver esta situación que viven los padres. Martin sostuvo que ellos no pueden dar una opinión, sino que como comité deben analizar cada situación desde varios aspectos que tienen ver desde la salud, lo clínico, el contexto de desarrollo, culturales y el sistema de creencias de cada familia, entre otros. «No podemos decir qué resolver, a menos que se nos eleve una consulta y nosotros hacemos recomendaciones, pero todo dentro del marco de lo que está permitido normativamente hablando», explicó la titular del Comité.
López Torres indicó que «la Bioética nació como la necesidad de establecer un puente entre las ciencias humanísticas y la medicina ante situaciones que se van planteando día a día sobre todo en cuestiones de la salud que tienen que ver con el comienzo, el fin de la vida, la anticoncepción, manipulación genética, de embriones, etc. hacen que los marcos normativos no avancen tan rápido como los descubrimientos».
El Secretario del Comité sostuvo que ante esas situaciones hay cuestiones que no tienen una sola respuesta. Martin precisó que una manera de solicitar ayuda es a través de la vía formal. «El comité de Bioética provincial está dentro del ámbito de la Salud Pública, funcionamos dentro de la Subsecretaria de Recursos Humanos, tenemos un correo y teléfonos y así se les responde». «La persona que necesita una recomendación puede hacerla, también puede hacerlo un profesional, pero también la misma familia», explicó la Doctora.
«No podemos responderte en relación a lo que nos estas preguntando (al ser consultada sobre una solución para el caso de esta familia) porque no recibimos la consulta con todos los elementos como para decirte (…) la consulta se puede hacer y se analiza cada uno de los ejes. Se le hacen la recomendaciones, dentro del punto de vista de los derechos y dignidad. Lo que nosotros tratamos es de proteger la identidad de las personas».
El caso
Adrián no habla, apenas camina y no puede hacer nada por sí solo. Cuando aún era pequeño lo llevaron hasta el Hospital Garrahan, donde se le practicaron los estudios y tratamientos necesarios para su condición. “Llegó un momento en que el doctor nos dijo: ‘él chico no habla, no se manifiesta’. No puede hacerse absolutamente nada solo, nosotros lo higienizamos, le damos la comida”, contó.
Adrián pasa sus días en un corralito de madera tal como el que usan los bebés, pero más grande acorde su tamaño. “Él no entiende. Si lo saco de ahí, tira o tumba las cosas. Camina muy poquitito y después ya se sienta. Ese corralito ya tiene como 15 años, su papá se lo mandó a hacer y está reforzado por su peso”, sostuvo Eva. “A una persona extraña no le va a pellizcar ni morder, es buenito, pero él solo se autolesiona. Fuimos a ver psiquiatras porque se agrede. Mi esposo y yo somos quienes lo cuidamos, no tenemos niñera ni empleada. Solo mamá y papá”, expresó.
Tras 22 años bajo las mismas condiciones, Eva asegura que “es realmente cansador. No tiene vida. Esto va a seguir, el neurólogo dijo que no hay cura, va a seguir siendo un chico convulsivo. Su cerebro convulsiona cuando quiere y cada convulsión es un retraso de todo lo que ya hiciste”.
Eutanasia o muerte digna
Luego de haber transcurrido tanto tiempo y tras haber aceptado con el paso de los años que Adrián no podrá vivir su vida como cualquier otro joven de su edad, su familia hoy pide aplicarle la eutanasia o muerte digna. “Yo ya estoy bastante grande y su papá también lo está, ¿a quién le dejo la criatura si nos pasa cualquier cosa? Porque mañana no sabés si estás”, apuntó.
Antes de llegar a esta conclusión, Eva explicó que debieron asesorarse muchísimo. Contó que le presentaron la posibilidad de internarlo en un hospital psiquiátrico o alguna otra institución donde pudieran atenderlo, pero “¿cómo haces para meterlo a un Carrillo si camina solo entre tres o cuatro pasitos?”. “Yo prefiero que el chico descanse, él también sufre. Lo cuidamos al cien por cien para que no se enferme, pero a veces llora y no sabemos lo que le pasa. Pedimos una eutanasia porque está sufriendo. Yo no sé si recuperaría mi vida a estas alturas, pero lo que busco es vivir bien al menos un poquito”, manifestó.
Consultada sobre qué piensa acerca de las repercusiones, alegó: “Muchos van a decir que soy una madre loca que quiere matar a su hijo, pero yo les digo a esas personas que se pongan en mis zapatos. Es una criatura con una parálisis cerebral del 100% y tenés que estar las 24 horas arriba de él. Hay que vivirlo eso”.