Ana Rosa Llobet, presidenta de la organización de Argentina, dijo que en algunos casos se tiene un final con suerte, como el de Maia y en otros no tanto.
El reconocido caso de Maia, no es una excepción y muchos no tiene un buen final como en este caso. Las denuncias por niños extraviados en el país son constantes y por lo general aumentan cuando hay crisis
Ana Rosa Llobet, presidenta de la organización de Argentina, dijo que en algunos casos se tiene un final con suerte, como el de Maia y en otros no tanto.
Según explicó Llobet, "es una cantidad contundente" y es algo que ocurre desde hace mucho tiempo en el país sobre todo "cuando hay tanta crisis y desde tantos puntos de vista diferentes".
En el caso de Maia, dijo que se necesitaba el despliegue mediático porque "era un caso muy particular que tuvo un buen final".
La mayor parte de los menores que se pierden se alejan de sus familias por distintos motivos, a veces, por crisis de identidad, crisis familiares. Vivimos en una sociedad conflictiva y eso repercute en los vínculos y lleva a los menores a alejarse de su vínculo familiar.
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En este marco indicó que "la mayoría de los adolescentes son encontrados y restituidos a sus familias o intervienen los servicios sociales en cada caso".
En ese sentido señaló que cuando a un padre se le pierde el menor es fundamental hacer la denuncia en la comisaría más cercana, "no se puede esperar ni un minuto".
"Las primeras 48 horas son claves para poder encontrarlos y cuando a veces a algún papá le digan que no toman la denuncia por un motivo u otro, tienen que pedir que se las tomen, porque los menores no pueden esperar", subrayó.
Hay que poder hacer la denuncia inmediatamente
Por último, dijo que los casos se distribuyen a lo largo y ancho de toda Argentina, sobre todo en Mendoza, Buenos Aires, Córdoba, Salta y Rosario. Y aclaró: "No recibimos denuncias de todo el país, nosotros vamos recibiendo, pero en un porcentaje menor".