Nahir Galarza, la joven acusada de asesinar de dos tiros a su ex novio Fernando Pastorizzo en diciembre último en la ciudad entrerriana de Gualeguaychú, se negó este lunes a declarar en la primera jornada del juicio por el caso y luego le gritó "¡qué mentirosa!" a la madre de la víctima cuando afirmó en su testimonial que la imputada "gritaba y golpeaba" a su hijo.
La acusada -con el pelo suelto y vestida con pantalón negro, saco del mismo color y una camisa blanca- arribó minutos antes de las 8 a los tribunales de dicha ciudad del este de Entre Ríos a bordo de un patrullero de la Policía local que la trasladó desde la comisaría del Menor y la Mujer donde está presa.
Galarza (19) ingresó a la sede judicial esposada, custodiada por dos efectivos y sin hacer declaraciones a la prensa; mientras que en la puerta de los tribunales un grupo de amigos de la familia de la víctima llevó pancartas y carteles con la leyenda "Justicia por Fernando".
Adrián, un amigo del padre de Pastorizzo (20), dijo a la prensa que para él Galarza cometió un crimen "a sangre fría y calculado porque ella pensaba que si no era de ella no era de nadie".
"Acá hay dos familias destruidas", afirmó el hombre y respecto a la versión de que fue un hecho accidental que intentará instalar la defensa dijo: "¿Accidental? ¿Te parece, un disparo por atrás y otro a quemarropa? Es todo para aminorar la pena que le van a dar, espero que la justicia sea justa."
Luego, la audiencia comenzó con la lectura de los alegatos de apertura de las partes, tras lo cual, Nahir se negó a declarar.
Por ello, el tribunal integrado por los jueces Mauricio Derudi, Arturo Exequiel Dumón y Alicia Vivian resolvió incorporar al debate las dos declaraciones indagatorias que la imputada realizó durante la instrucción de la causa ante el fiscal Sergio Rondoni Caffa.
"Fue un accidente, no supe qué hacer, me pudieron los nervios. Nunca mi vida se me cruzó en la cabeza que podía matar a una persona, ni siquiera por todo el maltrato que me hizo", declaró la joven al ampliar su indagatoria el 16 de enero.
Y en esa oportunidad, Galarza intentó explicar que en la primera declaración como imputada había mentido porque temió que culpen a su padre policía, que era el responsable de la pistola calibre 9 milímetros reglamentaria que se convirtió en el arma homicida.
Por su parte, Silvia Mantegazza, la madre de Pastorizzo, fue la primera testigo en declarar y aportó detalles sobre la relación entre su hijo y la acusada.
La testigo relató al tribunal que "una vecina le contó que en más de una oportunidad" escuchó que había escuchado que Nahir "le gritaba y le pegaba a Fernando", ante lo cual, la acusada le gritó desde su asiento "¡qué mentirosa!", ante la sorpresa de todos los presentes en la habitación de unos 30 metros cuadrados en la que se lleva a cabo el debate.
Tras la interrupción, Mantegazza declaró que fue la misma vecina quien le alcanzó un teléfono inalámbrico que habrían arrojado en el frente de su casa en medio de estos episodios de violencia verbal y física de los que, según la mujer, Fernando era víctima.
Galarza llegó al debate procesada con prisión preventiva por "homicidio doblemente calificado" por la "relación de pareja" con Pastorizzo y el "uso de arma de fuego", delito por el cual podría ser condenada a prisión perpetua.
Durante el juicio impulsarán la acusación el fiscal Rondoni Caffa, el abogado querellante por parte de la madre del joven asesinado, Rubén Virué; y los letrados Sebastián Arrechea y Juan Carlos Peragallo por parte de Fernando, Gustavo Pastorizzo; mientras que José Ostolaza encabeza la defensa particular de Galarza.
De hecho, las querellas habían solicitado en la etapa de instrucción que la joven también fuese imputada con el agravante de la alevosía, es decir, el aprovechamiento del estado de indefensión de la víctima; sin embargo, el juez de Garantías Mario Figueroa lo rechazó al sostener que esa circunstancia se resolverá en el debate oral.
El juicio continuará este martes con más testimoniales y está previsto que se extienda hasta el 28 de junio próximo.
El hecho ventilado en el juicio ocurrió cerca de las 5.30 del 29 de diciembre último en Gualeguaychú, donde Pastorizzo fue hallado malherido en la calle con uno tiro en la espalda y otro en el pecho, y su moto y dos cascos tirados a su lado.
El muchacho murió poco después, mientras que Galarza declaró inicialmente como testigo que había visto a su ex novio la noche anterior al crimen aunque ante la sumatoria de indicios en su contra quedó detenida.
Desde entonces, la defensa solicitó la excarcelación y, subsidiariamente, el arresto domiciliario, pero la Justicia rechazó todos sus requerimientos.