Piden que el Colegio de Abogados porteño anule la matrícula de Gustavo Prellezo
La Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA) reclamó hoy al Colegio Público de Abogados porteño (CPACF) que anule la matrícula al ex policía bonaerense Gustavo Prellezo, acusado de ser el autor material del asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas en 1997.
Piden que el Colegio de Abogados porteño anule la matrícula de Gustavo Prellezo
Sábado 25.1.2020
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"Llama mucho la atención, y en verdad escandaliza, que el poderoso Colegio Público de Abogados de la Capital Federal haya aceptado matricular al asesino Prellezo, mientras aún purgaba una condena firme, en contradicción con sus propias normas", enfatizó ARGRA en un comunicado.
"No pudo haber existido ligereza, desconocimiento o error. Y si los hubo, allí estuvo la infatigable Gladys Cabezas (hermana de José Luis) para señalarlo a tiempo. Sin embargo, e increíblemente, el presidente del Colegio Público no se retractó. Peor aún, derivó de forma ilegal el caso a un Tribunal de Disciplina, que en lugar de convocar al condenado Prellezo, citó a declarar a Gladys, revictimizándola al preguntarle si tenía alguna animadversión especial con el asesino de su hermano", agregó.
En este sentido, ARGRA señaló: "Reclamamos públicamente al Colegio Público de Abogados de la Capital Federal que anule la matrícula de abogado del asesino convicto Prellezo, como ordenan las leyes que deben respetar, y exprese sus disculpas a la familia de la víctima". La entidad difundió el comunicado de prensa después de llevar adelante un acto en su sede porteña de Venezuela al 1400 para recordar a Cabezas, horas antes de cumplirse este sábado 23 años de su asesinato.
"Al cumplirse el primer mes del asesinato de José Luis, ARGRA adoptó la consigna que identifica nuestra lucha: ´No se olviden de Cabezas´. La impunidad de su crimen será la condena de la Argentina", indicó la asociación. "Cada año reivindicamos la memoria de José Luis. Nos negamos a olvidar su crimen, pero más nos negamos a olvidar el valor de su vida", agregó el comunicado.
Por último, señaló que "las condenas recibidas -por los implicados- fueron justas, pero su cumplimiento nos ha dejado un mal sabor. Como casi ningún otro condenado común, cada uno de los asesinos fueron recibiendo, sin prisa pero sin pausa, alivios a sus penas".
"Es probable que cada uno de esos alivios fueran ajustados a derecho, pero la sensación de pago por el silencio prestado no puede evitarse. Una Justicia demasiado solícita, demasiado pendiente de los derechos y garantías de un interno, es difícil de conseguir invocando solo el derecho que le asiste", subrayó finalmente ARGRA.