Polémica por la instalación de un horno de barro en la casa natal de Sarmiento
Una muestra montada en la casa histórica despertó el enojo de parte de algunos ciudadanos por la instalación de un horno de barro que retoma una acción del artista conceptual Víctor Grippo y que fue objetada por interpretarse como una modificación del patrimonio.
Polémica por la instalación de un horno de barro en la casa natal de Sarmiento
Martes 17.8.2021
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Última actualización 1:12
A escasos cuatro días de la inauguración en San Juan de dos muestras en el marco de la tercera edición de Bienalsur que se desarrollará hasta diciembre, una de ellas, montada en la Casa Natal de Sarmiento, despertó el enojo de parte de algunos ciudadanos por la instalación en el patio de la casa histórica de un horno de barro que retoma una acción del artista conceptual Víctor Grippo y que fue objetada por interpretarse como una modificación del patrimonio, algo que los organizadores de la Bienal y la autoridad del museo desmienten.
La polémica se suscitó con fuerza en las redes sociales luego de que un vecino de la ciudad de San Juan publicara una foto del horno de ladrillos que estaba siendo construido a unos metros del busto de Sarmiento emplazado en el patio de su Casa Natal y considerado patrimonio histórico nacional, como parte de la muestra "Víctor Grippo. Un horno para dos mesas", cuya inauguración está prevista para el sábado.
La exhibición montada en la casa natal del expresidente, padre de la educación pública e impulsor de una inmigración europea calificada, es una de las dos iniciativas con las que San Juan se suma como segunda provincia argentina a la cartografía expandida de la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo del Sur (Bienalsur), que organizada por la Universidad Tres de Febrero dio comienzo el pasado 8 de julio en Salta. La otra es "Dar y dar", que abrirá el viernes en el Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson.
Entre las objeciones contra la instalación del horno, al que se considera "inapropiado" por entender que "modifica" la casa histórica, estuvo la del diputado nacional y exgobernador José Luis Gioja, quien había manifestado "estar de acuerdo con la exposición pero no con el espacio que se había elegido" y solicitaba que se reconsiderara la ubicación, según publica el diario El Zonda de San Juan.
"Al recibir la foto del horno en construcción en el Patio de Homenajes de la Casa Natal de Sarmiento, y comprobar su veracidad, sentí una sorpresa no grata al respecto", posteó Gioja en Facebook. Y agregó: "Apoyamos la futura exposición que se busca realizar. Sin embargo, agradecemos a las autoridades nacionales que contestaron el día de hoy y que estén trabajando para reubicar la obra en otro lugar. Deseamos que la exposición sea exitosa y valoramos el arte en nuestra querida provincia".
En el hilo de la publicación se aprecian posiciones que acusan a los organizadores de la muestra de "falta de respeto", "vergüenza", "ofensa", así como critican "lo extemporáneo del horno", "lo improvisado que no atiende a la ley de patrimonio" o que "se gasta por gastar", entre otras objeciones de tinte más político.
También el presidente Asociación Civil para la Conservación y Defensa del Patrimonio Sanjuanino, Jorge Cocinero, expresó su desacuerdo sobre el lugar elegido para la muestra dado que Sarmiento "es nuestro prócer que nació en ese lugar", además de indicar que "se confunden valores por más de que sea algo transitorio" y que "si Sarmiento se levanta y ve ese horno, se pega un tiro", según cita Diariomóvil, que también le atribuye esta declaración: "¿A quién se le ocurriría hacer un horno en el Louvre de París?, por ejemplo".
Desde la dirección artística de Bienalsur, Diana Wechsler aclara en diálogo con Télam que siempre quisieron expandir la presencia del proyecto de la Bienal más allá del Museo Franklin Rawson. En esta edición eso incluye "al parque, la ciudad y la Casa Natal para recrear la comunidad Bienalsur en San Juan", además de conectar ambas muestras. Fue a partir de esta concepción que "surgió la idea de situar en la Casa Natal el proyecto de homenaje a Grippo", ya que no se trata de una retrospectiva "sino que es la recreación y activación de una acción comunitaria a partir de una acción de arte".
"El patrimonio merece ser interpelado desde el presente para seguir activo y hacerse visible en todas sus dimensiones. Si Sarmiento -un personaje plural y complejo como ha sido- y la imagen de su madre habitan esos espacios, por qué no generar situaciones que convoquen esa diversidad y complejidad de escenarios en los que sus historias y la memoria de nuestro país puedan ser evocados siempre desde el presente y sus demandas", reflexiona Wechsler.
Sobre el cuidado del patrimonio afirma que "nada de lo que se está haciendo es permanente ni representa una acción irreversible en términos materiales", por lo que "no hay perjuicio patrimonial", y todas estás consideraciones son parte del trabajo "de dar vida a los espacios, activar memorias, acciones y escenas para dar lugar y expandir el derecho a la cultura".
Las repercusiones de la polémica se mantuvieron también en el marco del cambio de dirección del museo que desde el lunes pasado tiene al frente a María Silvina Vázquez. La nueva directora explicó a los medios provinciales la situación y el cuidado patrimonial además de la temporalidad de la muestra, y la importancia de la misma para el espacio. “Como Museo y Biblioteca, considero muy importante abrirnos a las diferentes expresiones y saberes que nutren y definen día a día el gran entramado cultural del cual somos parte, y a partir de allí, del diálogo, el respeto y la interacción, resignificar pensamiento y obra de nuestro prócer”, señala a Télam.
Por su parte, el escritor y curador Carlos Godoy, quien presentó el proyecto de la muestra a la convocatoria abierta de la Bienal, explica la importancia de retomar a un artista como Víctor Grippo (1936-2002). "Tuvo su reconocimiento luego de fallecer y, gracias a la gestión y cuidado de la obra por parte de la familia esta pudo ser conocida internacionalmente". La propuesta curatorial "que se trabajó en conjunto con Bienal Sur, el Ministerio de Cultura de la Nación y la Dirección Nacional de Museos", responde a "poner en valor la obra en territorios más federales", explica.
"Las instalaciones de Grippo tienen una potencia muy singular y el hecho de presenciar estas obras en zonas alejadas de las grandes metrópolis no sólo proponen una mirada más profunda y compleja sobre la realidad más actual, sino que también dialoga, y de un modo muy eficaz, con las idiosincrasias más periféricas. Detrás de todas esas decisiones está la elección de la Casa Natal para exhibir esta muestra. Poner al artista en otro contexto es uno de los riesgos de este proyecto", define.
También destaca las lecturas de la obra de Grippo, en torno al proceso alquímico de la transformación y a la energía química de los alimentos, en su mirada curatorial. "Mi intención fue poner en relieve dos instancias de su obra en relación a la alimentación, por un lado el ritual comunitario de la alimentación, mediante el homenaje a una performance que realizó en 1972 en la plaza Roberto Arlt, en la que construyó un horno de barro cuando las reuniones sociales estaban prohibidas en el gobierno de Lanusse", señala a propósito de la acción que fue censurada 48 horas después y generó "una comunidad espontánea en torno a ese horno de barro que proporcionó pan, alimento, a la comunidad que se acercó".
El segundo punto está relacionado con la industria alimenticia como una "de las mayores destructoras del medio ambiente" y para ello lo hace con obras como "Naturalizar al hombre, humanizar la naturaleza (1977) y "La comida del artista" (1990).
Sobre las controversias generadas al ver la instalación del horno de barro reflexiona que se trata de respuestas esperables y parte del riesgo. "Creo que se dan dos reacciones naturales o esperables en el contexto actual en que vivimos. Por un lado el fenómeno de indignación que siempre se manifiesta en la redes sociales y en los comentarios de los portales de noticias. Es un modo de expresión de la época. Hasta me animo a decir que es la literatura de la época: la denuncia, el comentario indignado, la cancelación", explica Godoy.
"Y lo segundo es una típica reacción ante la irrupción del arte contemporáneo. Las vanguardias tenían en su pathos la irrupción como un modo de operar con su discurso político. Con el tiempo ese modus operandi se fue perdiendo, pero a veces, de vez en cuando, el arte contemporáneo vuelve a sorprender con su naturaleza más vanguardista e irrumpe, como en este caso en San Juan, en la vida de las personas que no terminan de entender cómo es que deben reaccionar. Estas reacciones son, obviamente, parte del riesgo que decidimos correr al llevar la obra de Grippo fuera de su zona de confort", concluye.