“El muelle no quedó nada”. La expresión surgió de uno de los responsables de la administración del Club de Pesca y Náutica General Daniel Cerri, cuyo muelle quedó en ruinas tras el paso del ciclón que azotó gran parte de la provincia de Buenos Aires.
“Había más de un metro de agua arriba del nivel normal. En 1975 hubo una sudestada grande, pero ni cerca de lo destructiva que fue esta”, expresó Carlos, abatido por el estado en el que encontraron las instalaciones una vez que pudieron ingresar.
“Al mediodía ya no se podía entrar, recién después de las 17 y nos encontramos con un paisaje desolador. Mangueras sumergibles que teníamos para usar como contención las levantó y las desplazó 1000 metros. Fijate la fuerza del viento y el agua”, indicó a la redacción de La Brújula 24.
Consultado por las embarcaciones, Carlos dijo que “muchas están a la deriva” y que recién mañana, con luz natural, iban a poder hacer un balance más pormenorizado de los daños.
Los administradores venían trabajando con gran esfuerzo en la organización de un concurso de pesca que tenían previsto concretar en el mes de abril.