Si aún no conoces el amaranto, te invitamos a descubrir este ingrediente milenario que ha vuelto a ponerse de moda en los últimos años. Seguro que has oído hablar de él porque forma parte de los superalimentos y pseudocereales de moda, junto a otros como la quinoa, el teff o el bulgur.
Esta semilla diminuta está repleta de propiedades nutritivas y ya era un ingrediente habitual en la dieta de las culturas precolombinas de América quienes, además de considerarlo un alimento, lo veían como una medicina e incluso lo incorporaban a sus rituales religiosos. De hecho, durante un tiempo estuvo prohibido por los conquistadores.
Propiedades del amaranto
El amaranto se destaca por su valor nutricional y los múltiples beneficios que ofrece para la salud:
Rico en proteínas: aporta todos los aminoácidos esenciales, lo que lo convierte en una excelente fuente de proteínas vegetales.
Hidratos de carbono y fibra: contribuye a mantener un nivel constante de glucosa en la sangre, ideal para diabéticos y aquellos que buscan energía sostenida.
Vitaminas y minerales: es especialmente rico en calcio, hierro, magnesio, zinc y selenio, esenciales para diversas funciones corporales.
Antioxidante natural: ayuda a combatir el envejecimiento prematuro de las células.
Bajo índice glucémico: perfecto para diabéticos y para mantener un nivel saludable de azúcar en la sangre.
La harina de amaranto es ideal para recetas libres de gluten.
Sin gluten: lo que lo hace apto para celíacos.
Digestivo: regula el tránsito intestinal y mejora la digestión.
Cardiosaludable: ayuda a reducir el colesterol y la presión arterial.
Mejora el rendimiento físico y mental: ideal para atletas, estudiantes y personas con alta demanda física o mental.
Cuidado del cabello y la piel: se recomienda para tratar la caída del cabello y mantener la piel suave.
Aplicaciones culinarias
El amaranto es versátil en la cocina, encontrándose en forma de semilla, harina e incluso aceite (utilizado principalmente en cosmética). Puede ser tostado, inflado o hervido para añadir a guisos, sopas, ensaladas, guarniciones y bebidas. Es perfecto para formar masas de hamburguesas y albóndigas vegetarianas y veganas, y se incorpora en muchas recetas dulces. Sin embargo, al no contener gluten, las masas de harina de amaranto no crecen en el horno, por lo que se debe tener en cuenta al hacer pan y repostería.
Amaranto en la historia y la ciencia
Hay más de 800 especies de amaranto, cultivadas principalmente en Perú, Ecuador, Bolivia y Argentina. La NASA ha calificado el cultivo de amaranto como Cells (Controlled Ecological Life Support System) por su capacidad para remover el dióxido de carbono de la atmósfera y proporcionar alimento, oxígeno y agua a los astronautas. Además, la ONU considera al amaranto como uno de los ingredientes con mayor potencial alimenticio debido a sus propiedades nutritivas, resistencia a la sequía y alto rendimiento agrícola.
Siete maneras de cocinar con amaranto
Te presentamos algunas formas de incorporar el amaranto a tus platos:
Palomitas de amaranto: fáciles de hacer y perfectas para aperitivos.
Hamburguesas y albóndigas: utiliza amaranto para una opción vegana y nutritiva.
Sopas y guisos: añade amaranto para dar consistencia y valor nutritivo.
Ensaladas: perfecto para añadir textura y nutrientes.
Productos derivados del amaranto como galletas son ideales para una alimentación saludable.
Repostería: úsalo en combinación con otras harinas para hacer panes y postres.
Germinados: sus germinados son nutritivos y pueden añadirse a diversas preparaciones.
Hojas frescas o deshidratadas: se utilizan como condimento en guisos y sopas.
El amaranto no solo es un superalimento nutritivo sino también versátil, ofreciendo un universo de sabores y beneficios para la salud. ¡Anímate a incorporarlo en tu dieta y disfruta de todas sus propiedades!