El poder de la resiliencia: la lucha por construir una familia
Autora de "Caminos de Mamá" y creadora de "Mamá me Hice", Cabó nos reveló en un relato íntimo sus desafíos, pérdidas y búsquedas en su viaje hacia la maternidad. Su mensaje: hay más de una manera de edificar una familia.
Cabó resaltó la importancia de contar su historia para alentar a otros.
En una emotiva conversación con Eugenia Cabó, autora del libro "Caminos de Mamá" y la cuenta de instagram "Mamá me Hice", nos sumergimos en un relato íntimo que aborda los desafíos, las pérdidas y las búsquedas que vivió en el camino de la maternidad y la construcción familiar. Su objetivo: compartir experiencias que, a menudo, quedan relegadas al silencio en nuestra sociedad.
"Narrar historias que están atravesadas por dificultades es hablar de matrimonio, es hablar de familia, es hablar de duelos y pérdidas y es hablar de un camino de búsqueda cuando esta está teñida por obstáculos y dificultades", explicó Eugenia. "Son temas que afectan a todos, y la travesía de uno resuena en la familia y amigos ampliados"
La autora destacó la soledad que a veces acompaña a estos caminos, que se viven de manera invisible y solitaria, porque, "es hablar de un dolor que nos traspasa y nos transforma pero que socialmente no son temas que se tocan demasiado". Eugenia invitó a romper ese silencio al narrar su historia, permitiendo que los demás se abran a compartir sus propias tormentas.
Un sueño
Eugenia y su esposo, Néstor, se embarcaron en un camino que no habían imaginado cuando soñaron con ser padres. "Uno sueña y anhela el ser padres y nunca se imaginan que puede no suceder 'de la manera natural' o de la manera que es socialmente esperado", reveló. La pareja enfrentó la pérdida de cuatro embarazos, un dolor que solo 20 años después fue diagnosticado como una trombofilia, junto con otras complicaciones.
La búsqueda de respuestas llevó a Eugenia y Néstor a "salir a la ruta", consultando especialistas en distintas ciudades. Este camino no solo afectó la vida personal de la pareja sino también la profesional de Eugenia, aún en proceso de convertirse en psicóloga en ese momento.
La experiencia cercana de Eugenia con la adopción surgió a través de su madre, quien colaboró con una familia sustituta. Este episodio marcó a la familia y despertó en ellos la posibilidad de considerar la adopción mucho antes de que se convirtiera en una decisión concreta. Eugenia destacó la responsabilidad y conciencia necesarias al emprender el camino de la adopción, reconociendo que es una puerta abierta no solo para cumplir un deseo personal, sino también para dar a otro ser la oportunidad de formar parte de una familia.
La autora abordó la falta de conciencia social sobre temas como la adopción, los duelos gestacionales y perinatales, y los tratamientos de fertilidad. "Hoy en el 2023 tenemos más concientización, se visibiliza y nos animamos a hablar de adopción, de duelo, de tratamiento de fertilidad cuando eran caminos mucho más silenciosos", comentó. La reciente aprobación de la ley N° 27.733, conocida popularmente como "Ley Johanna", que garantiza la atención médica a mujeres y personas gestantes que experimentaran la muerte perinatal de sus hijos, es un paso hacia una mayor conciencia de estos temas.
Eugenia relató con nostalgia y felicidad el momento en que tomaron la decisión de abrirse al camino de la adopción. "En ese punto decidimos abrir esa puerta y llegaron a nuestra vida nuestros hijos más grandes, Yair, y con el tiempo, Mateo y Benja", compartió Cabó.
"Seguíamos anotados y en lista de espera de adopción unos años más, no nos volvieron a convocar. Es que la visión y el deseo de la pareja, plasmada en un dibujo de Néstor cuando eran novios, -con una familia numerosa - seguía presente en sus vidas. Y el destino, tenía preparada una sorpresa. Sin buscarlo y con muchos años de diferencia, la vida les regaló otra oportunidad para expandir su familia. Eugenia confesó: "No estábamos tan pendientes de mis ciclos, pero bueno, las mujeres nos conocemos y me di cuenta que algo estaba sucediendo". Esta revelación inesperada marcó el inicio de una nueva etapa en su viaje hacia la maternidad.
La noticia de este embarazo, aunque recibida como una bendición, se vio acompañada por un temor comprensible. La pareja había cerrado previamente la puerta a la paternidad biológica, una realidad que compartieron con su familia y sus hijos adoptivos. "Entreguémonos a lo que suceda", fue el pensamiento de Cabó.
El cambio significativo en su vida llegó cuando se plantea la necesidad de mudarse a Buenos Aires para recibir atención médica especializada. "Ahí se nos derrumbó el mundo porque, aparte, yo como mamá después de todo lo que había transitado era bastante absorbente con una dedicación bastante full time". La perspectiva de dejar atrás su hogar en Paraná, donde su vida estaba arraigada, añadió un elemento de incertidumbre y desafío a su viaje.
Su obstetra, que se convirtió en su guía en esta nueva etapa, fue la que insistió en la necesidad de permanecer en Buenos Aires para recibir tratamiento. Eugenia recordó ese momento con las palabras exactas de la profesional "'Te veo mañana'. Ahí nos dijo: 'Si quieren que los tome de pacientes, tienen que estar en Buenos Aires'".
El embarazo, que inicialmente se vivió con esperanza, tomó un giro trágico cuando el bebé, Juan, nació prematuramente y falleció a los tres días de vida. Sobre este periodo de pérdida, Eugenia compartió este episodio con sinceridad: "Fue un golpe muy duro para todos. Ahí ya no solamente nos tocó como matrimonio enfrentarnos al duelo y la pérdida, sino como familia".
En ese momento el retorno a Paraná, su hogar y refugio querido, se convirtió en un proceso de sanación y reconexión con lo simple. La capacidad de enfrentar el dolor colectivamente como familia es evidente en sus palabras: "Nos dejamos entregar ese dolor y transitarlo juntos y, a su vez, por supuesto, cada uno por su cuenta".
Eugenia invitó a romper ese silencio al narrar su historia, permitiendo que los demás se abran a compartir sus propias tormentas.
Jamás rendirse
El camino de la subrogación surgió como una opción tras la pérdida de Juan, un momento en el que la pareja decidió explorar la posibilidad en Estados Unidos debido a la ausencia de leyes en Argentina. Eugenia compartió la perspectiva única de sus hijos quienes, con una sabiduría sorprendente, le dijeron: "¿Cuál es el problema, mamá, si ninguno estuvo en tu panza?".
La autora destacó que el proceso de subrogación consta de tres columnas fundamentales: lo médico, lo legal y el encuentro con la madre subrogada. Describió su experiencia como "un encuentro hermoso". El vínculo formado desde el deseo consciente y compartido de ser padres generó una historia maravillosa, un punto de partida para una familia única.
Sin embargo, la pareja se enfrentó a desafíos médicos, haciendo tres intentos de tratamiento sin éxito en la obtención de embriones transferibles. Aunque el camino de la subrogación no les brindó la familia que imaginaron, Eugenia aseguró que la experiencia le permitió darse cuenta de la importancia de abrir nuevas puertas. A veces, al cerrar una puerta, se puede perder la oportunidad de ser padres y construir una familia desde la diversidad y el amor.
Otra oportunidad
La travesía de Eugenia y su familia todavía tenía un capítulo más. A meses de su última pérdida, la noticia de otro embarazo la sumerge nuevamente en una mezcla de shock y miedo. Sin embargo, expresó con seguridad que para ella y su esposo, "cada embarazo fue una bendición".
La pérdida de Juan desencadenó un análisis de la placenta, revelando un subtipo de trombofilia que explicaba las dificultades anteriores. A pesar de haber recibido tratamiento, Eugenia había decidido no buscar otro embarazo debido al riesgo potencial. Sin embargo, la vida tenía otros planes. "Fue también un desafío para la ciencia que nos acompañó y hoy le estoy agradecida a los profesionales que estuvieron junto a mí, acompañándome desde la medicina pero también desde lo humano".
La sorpresa se intensificó cuando descubrieron que esperan mellizos. Aunque los médicos le aconsejaban precaución, la pareja decide compartir la noticia con alegría con familia y amigos de todos modos. "La vida ya nos ha demostrado, que lo que tenga que ser va a ser y no por compartirlo vamos a cambiar algo". Así, comenzó una vez más una nueva etapa en su viaje, "marcada por la resistencia y la fe".
El relato de Eugenia continuó con el proceso de gestación, donde cada paso implicó un nuevo desafío. "Estábamos marcando nuestro propio camino, nuestra propia historia". La experiencia va más allá de la pareja y sus hijos, involucrando a familiares, amigos y profesionales de la salud que desafiaban las mismas tormentas y angustias.
Cabó resaltó la importancia de contar su historia para alentar a otros. Es así que después de procesar lo que le había ocurrido, decidió escribir "Caminos de Mamá". La resiliencia se convierte en un tema central de su historia, demostrando que incluso en medio del dolor, se pueden encontrar fuerzas para seguir adelante.
Eugenia decidió concluir la entrevista con un mensaje poderoso: "Ojalá sea una gotita de luz en la vida de otros y que nos invite a pensar que se puede y a abrir el corazón hacia otras maneras de construir una familia".
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