En la era digital en la que vivimos, todos dejamos una huella en la web cada vez que interactuamos en línea. Desde el simple hecho de crear una cuenta en redes sociales hasta realizar compras en tiendas virtuales, cada acción deja rastros que conforman nuestra huella digital.
En el caso de los niños, con frecuencia su "vida digital"comienza incluso antes de que nazcan. Cuando se comparten las fotos de una ecografía, las actualizaciones del embarazo, la imagen de la habitación decorada o aquella foto sonriente cuando está aprendiendo a usar la pelela, crean su rastro digital. Estos datos se almacenan online durante mucho tiempo, por lo que es prácticamente imposible deshacerse de ellos más adelante en su vida. . Pero, ¿qué es exactamente la huella digital y qué impacto tiene en nuestra vida?
¿Qué es una huella digital?
Una huella o rastro digital es algo que se crea con cada una de nuestras acciones en Internet. Este rastro de información puede crecer de muchas maneras. Ya sea compartiendo fotos, comentando un video, dejando una reseña o incluso comprando online, todos estos datos se recogen y almacenan. Pero los datos recopilados no son todos iguales. Tenemos lo que se reconocen como huellas digitales pasivas y activas.
- Las huellas activas incluyen todos los datos que se han compartido deliberadamente en Internet al publicar fotos, dejar comentarios, participar en foros, etc.
- Las huellas pasivas se refieren a la información que se recopila sobre cada usuario sin que lo sepa: un sitio web que guarda cuántas veces se lo ha visitado y de dónde es el usuario, una publicidad que hace un seguimiento de los "Me gusta" y "Compartir" en las redes sociales, etc.
¿Por qué es tan importante saber gestionar la huella digital?
Porque es permanente. Una vez que la información está online, es muy difícil de eliminar y es muy probable que quede almacenada en algún sitio web.
Porque crea nuestra reputación digital. Nos guste o no, nuestra presencia en Internet configura nuestro perfil público.
Porque el contenido online es público. Una vez que algo se comparte en Internet, otros actores podrían hacer un mal uso de la información, alterarla, etc. Algunos ciberdelincuentes se aprovechan de los datos públicos y de la huella digital de las personas para cometer ciberataques: el phishing y el robo de identidad son los métodos más comunes.
"Tratándose de la privacidad de nuestros niños y niñas, tenemos la responsabilidad de detenernos a pensar antes de publicar acerca de ellos por medios digitales, para cuidarlos/las tal como lo hacemos en los otros ámbitos de sus vidas. Contribuir a su biografía digital en forma positiva, se relaciona con preservarlos/las de las consecuencias indeseadas de la sobreexposición pública (algunas, lamentablemente, riesgosas).", menciona Silvina Tantone, Mentora Educativa de Argentina Cibersegura. Una organización sin fines de lucro que trabaja para crear un espacio digital más seguro.
¿Qué se puede hacer?
La huella digital es inevitable en nuestros días o, al menos, muy difícil de evitar (uno tendría que no haber utilizado nunca un dispositivo conectado a Internet).
Sin embargo, se pueden seguir algunas considerar algunas pautas para publicar de manera cuidada.
Evaluar el impacto
Los expertos coinciden en que hay tres factores principales que determinan si una publicación es apropiada o no: Contenido. Comentarios. Cobertura. Preguntarse: ¿la foto de la pelela es apropiada para compartirla con extraños en Internet? ¿Está bien comentar su peso en un lugar público? ¿Cómo se sentirá mi hijo o hija dentro de unos años si subo estas 30 fotos suyas?
Pedir permiso
Desde pequeños, enseñarles a los menores que es indispensable pedir permiso para publicar información sobre otras personas en Internet. Y como aún son demasiado pequeños para dar su permiso, pensar muy bien antes de subir algo con lo que podrían no sentirse cómodos en el futuro (como un video de una rabieta de bebé). Lo agradecerán más tarde.
"Tomando estas sencillas medidas, no solo protegerás a tus hijos en Internet, sino que les enseñarás desde pequeños a comportarse correctamente online y a tener límites saludables. Al fin y al cabo, tú eres su puerta de entrada a una relación sana consigo mismos y con el mundo online. Algún día te lo agradecerán, cuando crezcan y se conviertan en internautas más responsables. Y lo que es más importante, procura tener una relación abierta con tus hijos, para que se sientan seguros y libres de acudir a ti, preguntar y expresar sus preocupaciones sobre cualquier cosa, tanto en Internet como fuera de ella, concluyó Tantone.
Una huella o rastro digital es algo que se crea con cada una de nuestras acciones en Internet. Este rastro de información puede crecer de muchas maneras. Ya sea compartiendo fotos, comentando un video, dejando una reseña o incluso comprando online, todos estos datos se recogen y almacenan.
Medidas preventivas para proteger a los niños y adolescentes en línea
Educación y comunicación abierta: Es fundamental hablar con los niños y adolescentes sobre la importancia de la seguridad en línea y los riesgos que pueden encontrar. Fomenta un ambiente de comunicación abierta para que puedan acudir a ti en caso de enfrentar situaciones incómodas o sospechosas en Internet.
Controles parentales: Utiliza herramientas de control parental para limitar el acceso a contenido inapropiado y supervisar sus actividades en línea. Estas herramientas pueden ayudar a mantener un entorno más seguro para los jóvenes.
Configuración de privacidad: Enséñales a configurar adecuadamente la privacidad en sus redes sociales y cuentas en línea para que solo compartan información con personas de confianza.
Contraseñas seguras: Enseña a los jóvenes a crear contraseñas fuertes y únicas para cada cuenta, y a no compartirlas con nadie, incluso con amigos cercanos.
No revelar información personal: Háblales sobre la importancia de no compartir datos personales, como dirección, teléfono o información escolar, con desconocidos en línea.
Identificar contenido malicioso: Enséñales a reconocer contenido sospechoso o malicioso, como enlaces y archivos adjuntos de fuentes desconocidas, y a evitar hacer clic en ellos.
Respeto y empatía en línea: Inculca valores de respeto y empatía hacia los demás en el mundo digital, evitando participar en ciberbullying o comportamientos dañinos.