POR ENRIQUE BUTTI
Reseña de "Pampero", el libro de Diego Roel que acaba de publicar Palabrava.
POR ENRIQUE BUTTI
Pampero fue bautizado el globo aerostático que el argentino Aarón Félix Martín de Anchorena importó al regresar a su país en 1907. Había viajado por el mundo y había obtenido su licencia de Piloto de Globo Aerostático.
El Pampero, de 1200 m3., que ya había cumplido algunos vuelos, se entregó por primera vez a los vientos argentinos el 25 de diciembre de 1907. Lo tripulaban Anchorena y el ingeniero Jorge Newbery. Voló sobre el Río de la Plata desde Palermo, donde actualmente se encuentra el Campo Argentino de Polo, hasta la Barra de San Juan, en las proximidades de Colonia.
En 1908, Anchorena donaría el Pampero al flamante Aéreo Club Argentino. Y el globo haría varios viajes hasta que Eduardo Newbery (el hermano menor de Jorge) y Tomás Owen decidieron realizar el 17 de octubre de 1908 el primer vuelo nocturno del país. Owen no llegó a la cita y el impaciente Eduardo Newbery invitó (o aceptó el voluntario ofrecimiento, no está claro) a que lo acompañara el sargento Eduardo Romero, quien debía dotar de palomas mensajeras a la expedición.
El globo partió por la tarde desde una quinta sita en Olleros y Luis María Campos. El viento lo llevó hacia el noroeste. Hacia las 18 hs. lo avistaron sobre San Martín y más tarde sobre San Miguel. Después desapareció para siempre.
De todo esto nos informa una suerte de apéndice en "Pampero", el libro de Diego Roel que acaba de publicar Palabrava. No se trata de una crónica ni de una investigación histórica sino de un libro de poesía, aunque la historia y la crónica estén presentes para dar fuerza e impulso a la voz que nos habla, la del tripulante Eduardo Federico Newbery en su último viaje a las regiones de lo desconocido, a eso intangible que buscaba "entre los metales del aire".
En versos concisos, llenos de imágenes vívidas y también oníricas, Roel nos aventura en las múltiples resonancias de este viaje hacia las alturas, desde las cuales todo el mundo es otra cosa: "Ese fuego allá, sobre los techos, ¿qué es?/ ¿Un pájaro? ¿Esquirlas de los ángeles?// ¿Somos nosotros?".
Impresiones, confesiones y metafísica irrumpen en este vuelo a la oscuridad inmensa que es por momentos la libertad y en otros la consciencia de que "no se puede ir más allá", trascendiendo la narración de un temerario remar los vientos hacia la muerte.
Junto a los atinentes epígrafes de Sandro Penna (que podríamos traducir así: "Estremecimiento de los sentidos - con las velas/ desplegadas en el viento? - yo sueño todavía un poco") y de Luis Cernuda ("Hacia lo lejos, sí, hacia el aire sin nombre") podría figurar el haiku de Borges: "¿Es un imperio/ esa luz que se apaga/ o una luciérnaga?".
No menos intensos son algunos de los versos finales del libro de Goel: "¿Qué es aquello? ¿Un pájaro?/ ¿La punta envenenada de una flecha?/ ¿La corona de fuego de la Virgen?".
La diagramación ofrece una sorpresa al desplegar rápido las hojas del libro: sobre las páginas pares sobreviene una secuencia cinética que nos muestra cómo desaparece (o viceversa, cómo resucita) el globo Pampero en una suerte de huella digital de las nubes del infinito.
Diego Roel nació en Temperley, en 1980, y actualmente reside en Posadas.
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