El pie plano es una patología que no se considera una enfermedad, y se desarrolla principalmente antes de los tres años. En la niñez, el pie plano es normal y se le denomina 'fisiológico'. Sin embargo, a partir de los tres años, si el pie plano se desarrolla, es conveniente consultar a un médico. "Esta condición puede surgir como resultado de una lesión traumática en el pie, como una fractura o una ruptura del tendón, lo que ya se considera una patología en sí misma", explicó el Dr. Sebastián Grin.
"El pie plano puede desarrollarse en la adultez, especialmente durante la vejez, debido a la pérdida del tendón, especialmente en la parte interna del pie, donde los huesos del pie se inclinan hacia el interior. Esto se traduce en un pie plano. Aunque en sí mismo no suele manifestarse con síntomas, puede generar dolores de cadera, rodilla, columna o incluso la fascitis plantar, que es una afección propia del pie", agregó Grin.
Entonces, ¿cómo podemos abordar el pie plano y prevenir futuras complicaciones? El tratamiento, según el Dr. Grin, implica ejercicios y, en algunos casos, el uso de plantillas, que deben ser proporcionadas por un kinesiólogo. "Un kinesiólogo puede comenzar a utilizar plantillas a partir de los 3 años, cuando un niño comienza a mostrar signos de pie plano. Este enfoque temprano puede corregir la concavidad del pie y prevenir problemas futuros", destacó.
En resumen, el pie plano es mucho más que una simple curiosidad anatómica. Puede evolucionar hacia una patología que afecta la calidad de vida, generando dolores y problemas de salud. La clave está en la detección temprana y el tratamiento adecuado, lo que puede marcar la diferencia entre un adulto con un pie sano y uno que enfrenta complicaciones innecesarias.