Por Verónica Dobronich
Según la OMS, los ambientes tóxicos aumentan la ansiedad, depresión y el agotamiento profesional ("burnout").
Por Verónica Dobronich
En un mundo laboral cada vez más competitivo y acelerado, la salud mental ha pasado a ocupar un lugar central en la discusión sobre bienestar y productividad en el trabajo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el estrés laboral crónico y los ambientes tóxicos contribuyen significativamente al aumento de problemas de salud mental como ansiedad, depresión y agotamiento profesional, conocido como "burnout".
Las estadísticas son alarmantes: un estudio de la Asociación Americana de Psicología encontró que más del 60% de los trabajadores reportan sentirse estresados de forma constante en sus empleos. Esto no solo afecta el bienestar emocional de los empleados, sino que también tiene un costo económico considerable. Se estima que las empresas pierden miles de millones de dólares cada año debido al ausentismo, la baja productividad y la rotación de personal relacionadas con problemas de salud mental.
La académica Amy Edmondson introdujo el concepto de seguridad psicológica como un factor clave para el desempeño de equipos efectivos y saludables. Según Edmondson, un entorno con seguridad psicológica es aquel en el que las personas se sienten cómodas expresando sus ideas, preocupaciones o errores sin temor a represalias, humillaciones o exclusión. Este tipo de cultura organizacional no solo mejora la salud mental de los empleados, sino que también fomenta la innovación y el trabajo colaborativo.
Cuando los trabajadores perciben que pueden ser auténticos, cometer errores y pedir ayuda sin ser juzgados, se reducen significativamente los niveles de estrés. La seguridad psicológica promueve una atmósfera de confianza y respeto, factores esenciales para un bienestar emocional duradero.
El ambiente laboral puede ser un catalizador tanto para el estrés como para el bienestar. Factores como largas jornadas laborales, falta de reconocimiento, metas poco claras, comunicación ineficaz y conflictos entre colegas son desencadenantes comunes de estrés. Por otro lado, los empleados que trabajan en entornos positivos y de apoyo son más propensos a sentirse motivados y comprometidos.
Fomentar un entorno laboral saludable es tanto una responsabilidad ética como una estrategia inteligente para aumentar la productividad. Algunas acciones concretas incluyen:
Los empleados también pueden tomar medidas para cuidar su salud mental en el trabajo. Entre las recomendaciones más efectivas están:
El camino hacia una cultura organizacional saludable
Crear una cultura organizacional que priorice el bienestar emocional requiere compromiso y cambio sistémico. Las empresas que invierten en la salud mental de sus empleados no solo construyen un entorno más humano, sino que también cosechan beneficios tangibles en términos de productividad, lealtad y reputación.
Hablar abiertamente sobre la salud mental, educar a las partes interesadas y promover prácticas laborales saludables son pasos necesarios para transformar el panorama laboral. Como señala Amy Edmondson, el establecimiento de un entorno de seguridad psicológica no es opcional, sino esencial, para que los equipos y las personas prosperen. Porque, al final, un equipo feliz, seguro y sano es un equipo exitoso.