Domingo 2.4.2023
/Última actualización 18:06
Este título nos debe hacer pensar sobre nuestra lamentable realidad Institucional. En el último escrito sobre Inseguridad, recibo el aporte de un Sacerdote, con el cuál mantenemos relaciones epistolares, donde me hace la siguiente reflexión: quienes gobiernan nos llevan a dejar de ser ciudadanos y transformarnos en habitantes. Qué reflexión más real de lo que nos acontece en nuestra Patria.
Qué es ser Ciudadano: como condición, debemos pertenecer a una comunidad organizada. Fundamental, el ciudadano conoce sus derechos, sus deberes constitucionales y defiende los intereses de su patria.
Qué es ser Habitante: desconoce sus derechos, tiene escasa conciencia nacional y por ello ignora y no defiende el interés nacional.
¿Será que esto es lo que nos está pasando? Estamos perdiendo la identificación humana de ciudadano.
La mayor preocupación de la mayoría de los ciudadanos, ante estas reflexiones, es si nos damos cuenta de que quienes son los responsables de la institucionalidad democrática no hacen ningún esfuerzo para evitar nuestra denigración.
La pregunta es si tenemos conciencia de lo que nos está ocurriendo: la delincuencia, el narcotráfico, la corrupción, la inflación, la pobreza; y si dimensionamos de quién es la responsabilidad, solamente la debemos buscar en la Constitución, donde claramente se establece que el pueblo no gobierna, sino a través de los políticos elegidos democráticamente.
Quiero entender que algo nos está fallando. El pueblo va camino a convertirse en habitantes, nos conformamos con las dádivas que son los subsidios y con la verborragia de los políticos, funcionarios y jueces.
Si hacemos un análisis, ¿en qué lugar estamos los ciudadanos como comunidad organizada que conocemos nuestros derechos, y a quién se los podemos reclamar? Si los representantes de la democracia -Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial- son habitantes, no saben que existen derechos, qué importancia nos van a dar a nosotros los ciudadanos.
Sí, somos importantes. Cada dos años votamos y ¿quién define el futuro? ¿los ciudadanos o los habitantes? Es importante que comencemos a reflexionar sobre el futuro de nuestra patria y sobre el nuestro propio. Yo me considero que soy ciudadano, pero como muchos argentinos también me acostumbraré a recibir un plato de arroz y seré un buen habitante, no emitiré sonido y dejaré que la mediocridad y la corrupción piensen y actúen por mí.
Triste destino de un pueblo herederos de nuestros abuelos inmigrantes que trabajaron la tierra e hicieron grande a nuestra patria, y nosotros como buenos hijos, jugamos la vida a la ruleta.
Me duele la patria, me duele pensar que esto me pueda pasar, me duele a los que les pasa. Trabajo para no ser mediocre, quiero seguir siendo ciudadano, pero hay una mayoría que te abruma y te pisa y te hace hociquear y caer de rodillas ante la superior evidencia de los que mandan: la delincuencia, el narcotráfico, la corrupción y la falta de institucionalidad democrática. Aquí radica la principal y única responsabilidad (Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial).
¿Estaremos a tiempo para reaccionar y romper las cadenas que nos paralizan?