Expresó alguna vez Mafalda, el entrañable y siempre vigente personaje de Quino: "De tanto ahorrar en Educación, nos hemos hecho millonarios en ignorancia". La expresión "ahorrar", en realidad, tiene que ver con que las escuelas están cerradas para los niños, quienes obligatoriamente debieran asistir a clase. Y acá vuelvo a reincidir y confirmar que en la cuestión de la educación, primero están los derechos de los niños, luego los derechos de los docentes y después los de los dirigentes sindicales. Por eso cabe una reflexión: los docentes y los gremialistas tienen la responsabilidad ineludible, profesional, humana y ética de estar todos los días laborables en sus aulas.
En estos conflictos de vieja data, siempre se da que entre el gobierno de turno y el gremio docente se discuten las paritarias. La pregunta que me hago, entonces, es… ¿quién implementó las paritarias? Por un concepto simple de administración, el gobierno no debe tener paritarias con ningún gremio, sean docentes, estatales y otros, simplemente porque el gobernador es un administrador de las disponibilidades del Estado, que genera el presupuesto provincial. Y si lo asignado debe cambiarse, tiene que ser el Poder Legislativo el que autorice al Poder Ejecutivo a disponer de otra partida diferente a la que está determinada en el presupuesto.
El Ejecutivo, en cada negociación paritaria, hace un ofrecimiento de acuerdo a su real entender y saber, y de inmediato aparecen las medidas coercitivas de los gremios docentes; medidas como paros, en defensa de sus derechos, pero privándoles los suyos a los niños, que no tienen representación gremial, ni voz propia.
A raíz de esta reflexión, si se sigue con la errónea práctica de paritarias, en dicha reunión deberían estar presentes los representantes de los niños, que deberían ser los fiscales de Estado, que son los defensores de las víctimas, o representantes del Poder Legislativo, que son los ejecutores del presupuesto. Y si no, directamente no se deberían hacer paritarias y el Poder Ejecutivo, de acuerdo a lo determinado en el presupuesto, asignar las partidas que está autorizado a disponer.
El actual gobernador se refirió a esta situación de paros y de costumbre de un accionar. Para tranquilidad de los docentes y dirigentes sindicales, les confirmó muy suelto de cuerpo "que el derecho de huelga está totalmente garantizado y que jamás va a ver una sanción, una suspensión o un despido". Ahora bien, de los derechos de los niños no dijo nada. También el gobierno resolvió que no va a haber repitencia, como si eso les diera a los niños un aprendizaje veloz.
¡Ciudadanos, que decadencia! El gobernador le da tranquilidad a los que no cumplen con su deber de patria, que es su asistencia a las aulas, y no se refiere a los derechos de los niños. Populismo barato si lo hay. Hasta ahora todas las culpas son del gobernador y de los gremialistas. Y yo me pregunto: ¿La Defensoría del Pueblo, los fiscales de la Justicia, los senadores y diputados, viven en nuestra provincia, no tienen hijos? ¿O, de acuerdo a su bienestar económico viven en la estratósfera del universo?
Pero, como nadie se mete, dejamos que esto pase. La historia de los años vividos habla por sí sola. Si alguno de nosotros un día se hacía la "rabona" y no iba a la escuela, y los padres se enteraban, le quedaban las nalgas marcadas de los chancletazos que nos daban. Con la escuela –sinónimo de educación- no se jodía. Ahora todos miramos para otro lado. Padres, por favor, reaccionen. Los días sin clases no se recuperan y, le guste a quién le guste, los paros le hacen daño a los niños y, entre ellos, los más desfavorecidos siempre serán los hijos de la Pobreza, que la única riqueza que pueden tener es ir a la escuela, justamente.
Los que tengan responsabilidades, que pongan lo que tienen que poner, pero con los niños no se jode. Por eso cierro mi comentario como lo abrí, con los conceptos de Mafalda, porque son aplicables a la educación en la provincia de Santa Fe. De tanto ahorrar en educación, somos millonarios en ignorancia.