Por Saúl Perman (*)
Contra los malos hábitos alimentarios
Por Saúl Perman (*)
La causa profunda de todas las enfermedades crónicas y degenerativas son los malos hábitos alimentarios. También tienen influencia determinante en la proliferación de las contagiosas e infecciosas. La alimentación antinatural provoca la acidificación del organismo y el consecuente desequilibrio a nivel celular provocando el caldo de cultivo apto para microorganismos patógenos y la enfermedad como respuesta del cuerpo para conservar el equilibrio.
Frutas, verduras y algo de semillas, todo preferentemente crudo, orgánico, de la estación, maduro y del lugar son los alimentos comprobadamente fisiológicos para el ser humano. El genoma humano es 98% igual al del chimpancé por lo que conviene observar cual es la alimentación de estos simios para comprender cual conviene que sea la nuestra.
Otras comidas producen acidificación corporal y con su persistencia en el tiempo traen todo tipo de enfermedades. Además, deterioran el sistema inmunológico. La condición principal que favorece la alcalinización es la gran rapidez en la digestión de los alimentos para los cuales estamos adaptados.
Con el tránsito digestivo lento se genera putrefacción y acidificación. La cocción hace que el cuerpo se debilite ya que recibe la comida como si fuese un invasor dando origen a leucocitosis postprandial (producción excesiva de glóbulos blancos luego de comer).
Comidas como carnes, harinas, lácteos y huevos van ensuciando el organismo porque, aunque éste tiene capacidad autolimpiante, es tal la avalancha de toxinas con la que es agredido, que no alcanza a depurarse. Por otro lado, el ayuno favorece la salud permitiendo la depuración de toxinas por el reposo digestivo.
La adicción alimentaria es un factor fundamental a tener en cuenta. Las frutas ayudan a desensibilzar las papilas gustativas de la tendencia a ingerir comidas con sustancias adictivas. Estas pueden ser originales o agregadas con el procesamiento industrial. Saborizantes, colorantes, edulcorantes, conservantes, estabilizantes, emulsionantes son palabras que terminan en antes, pero sus efectos insalubres se ven después.
Otro dato importante es que nuestra máquina corporal funciona en tres fases digestivas cada día: de 4 am a 12 am depurativa (limpieza), de 12 am a 8 pm digestiva y de 8 pm a 4 pm incorporación de nutrientes a nivel celular. Por lo tanto, es importante, por ejemplo, evitar la mala práctica ancestral del desayuno que atenta contra la depuración.
El cuerpo viene del descanso nocturno, está dirigiendo sus energías a la depuración y es agredido con comida o líquidos generalmente acidificantes. Las frutas son comida principal o conviene comerlas lejos de las comidas. El mayor problema alimentario de Argentina y el mundo no es el hambre sino la malnutrición por excesos.
La obesidad tiene mayores registros en las personas de bajos ingresos por la tendencia a sustituir el consumo las carnes que son más costosas y acidificantes por las harinas más baratas y más adictivas que se transforman en grasa corporal.
Una frutera en la mesa siempre es una buena estrategia para fortalecer la salud general. También colaboran la actividad física vigorosa, la meditación, tomar sol al menos media hora cada día, acostarse a las 22 y el ayuno intermitente. Comer poco y es más importante evacuar que comer, son las reglas de oro de la alimentación consciente.
(*) Concejal de la ciudad de Santa Fe.