Inflación: una buena noticia a la espera de otras

El dato de IPC de junio dado a conocer por el Indec muestra cierto control sobre la inflación en la Argentina. El 4,6 por ciento trae alivio a la conducción económica que -insistía- en que estaría debajo del 5 por ciento y le ganó a varias consultoras que ubicaban el valor más cerca del 5,5. El semestre cerró con un acumulado del 79,8 %.

De cualquier modo el número sigue siendo lo bastante alto como para preocupar a muchos, más si se compara con lo que ocurre en el resto de la región, con excepción de Venezuela. La Argentina exhibe una inflación interanual de 271,5 por ciento. Aún cómodos en el top five mundial.

Según el ministro Luis Caputo la buena noticia se completa con el superávit fiscal lo que completa el combo de normalización macro al que apuntan las medidas dispuestas por Economía.

Pero. Los analistas siguen insistiendo en que el enfriamiento de la economía es un tema central al que hay que buscar soluciones antes de que la recesión se agrave aún más. Mientras tanto el mercado sigue disparando el precio del dólar blue luego de haber estado muy cerca de un posible enganche sin necesidad de una devaluación exagerada. Hoy la brecha supera el 60 por ciento y el fantasma devaluatorio ronda en varios mercados. Uno de ellos, el vinculado con el campo es el que más afecta al gobierno puesto que la liquidación de divisas es mínima debido a que los productores también esperan otro cambio.

Sostienen algunos economistas que esta fijación sobre la inflación y el superávit fiscal atenta contra la marcha general. Sin embargo desde el gobierno destacan que hay signos alentadores de recuperación en algunos rubros aunque muy lejos de la V prometida tiempo atrás.

Como una contradicción libertaria, lo que muchos están pidiendo es la liberación del cepo y que haya un dólar único y estable. Las restricciones se mantienen a la espera del “momento más adecuado” para dejar flotar la divisa, pero ese minuto nunca llega. El riesgo es que ocurra algo similar a lo que ya se vivió cuando se ancló la convertibilidad. Brasil que también había recurrido a una medida semejante decidió liberar el dólar con un pequeño costo mientras que la Argentina terminó en una de las peores crisis de la historia.

Es un dato positivo que la inflación se mantenga con una tendencia a la baja. Ahora bien, si se quiere aguardar para poner otra de las patas de la mesa con la liberación del dólar hasta nivelar con el crawling peg del 2 por ciento mensual, aún se está muy lejos. Más en una economía sumamente frágil como la argentina.