Viernes 28.6.2024
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La década de 1930 se caracterizó por la sanción de nuevas disposiciones oficiales restrictivas al ingreso de extranjeros. Un decreto de Agustín Pedro Justo (1932) tenía por objeto frenar el ingreso inmigratorio. Establecía "como requisito indispensable que el inmigrante poseyese un contrato o convenio de trabajo". Esto significaba un desafío para los refugiados, particularmente judíos provenientes del centro-este europeo. Huyendo de esas persecuciones antisemitas, muchos ingresaron ilegalmente a nuestro país o desde naciones vecinas, principalmente Paraguay y Uruguay, pero también –aunque menos- de Brasil, Chile y Bolivia. El testimonio de Bela Guralnik muestra la odisea de miles de judíos buscando salvarse de lo que sería el genocidio (*).
Portada completa del libro.Por esos días de 1935, el joven y talentoso poeta judeoargentino Israel Zeitlin, mucho más conocido como César Tiempo, había escrito un demoledor ataque para desmitificar al escritor y funcionario público Gustavo Adolfo Martínez Zuviría (Hugo Wast), que era el director de la Biblioteca Nacional. La obra de César Tiempo, oportunamente editada por Mundo Israelita, fue titulada "La campaña antisemita y el director de la biblioteca nacional".
En dicho contexto, no se puede dejar de lado la impunidad antisemita de los años de la llamada Década Infame (1930-43). Es necesario señalar que la incitación al pogromo y la prédica antisemita que se gestaron durante el uriburismo, su desarrollo y virulencia alcanzó picos muy graves durante los gobiernos del propio Justo, de Roberto Ortiz y de Ramón Castillo.
La sola lectura de la cronología de las organizaciones comunitarias judías que combatían en los años 30 el antisemitismo ilustra claramente este fenómeno: en 1934, creación de la Organización Popular contra el Antisemitismo; en 1935: surgimiento de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA); en 1937: constitución del Comité Contra el Racismo y el Antisemitismo; en 1941: surgimiento del Idisher Cultur Farband / Federación de Entidades Culturales Judías de la Argentina (ICUF).
Sumado a este proceso, también hubo otras organizaciones político-sociales por fuera de la comunidad judía que enfrentaron al nazismo y sus políticas discriminatorias, racistas y xenófobas. El antifascismo fue el elemento aglutinador y dio cierta coherencia programática a diversos grupos provenientes de distintas corrientes abarcativas de un amplio espectro político y cultural. Algunas de ellas fueron la Asociación de Intelectuales, Artistas, Periodistas y Escritores (AIAPE, 1935), el Colegio Libre de Estudios Superiores (1930) y Acción Argentina (1940). También las publicaciones ¡Alerta! (1941) y ¡Antinazi! (1944).
Asimismo, debe agregarse toda una serie de organizaciones antifascistas, tanto del exilio antifascista italiano como del exilio austro-alemán y del republicano español, tales como La Otra Alemania (De Andere Deutschland- DAD), el periódico Volksblatt, Italia Libre, el periódico L'Italia del Popolo, España Republicana entre tantas. En ellas convivían, no sin fuertes diferencias y agrias disputas, liberales, monárquicos, comunistas, socialistas, anarquistas de esos orígenes.
En el seno de estas agrupaciones anteriormente descriptas colaboraron diversos exiliados italianos antifascistas y alemanes antinazis que les aportaron a aquellas la experiencia de quienes habían enfrentado directamente a la "bestia nazifascista", en tanto estos últimos tuvieron la posibilidad de "amplificar" sus actividades en el exilio.
En julio de 1937, se fundó el Comité contra el Racismo y el Antisemitismo de la Argentina, que en sus comienzos fijó sus reuniones en el Colegio Libre de Estudios Superiores. A modo de presentación, en la declaración inicial se aludía a la Primera Guerra Mundial como punto de ruptura que había conmovido la "estructura material y moral del mundo social" y que había desatado también en nuestro país el odio racial. Por este motivo los "hombres libres, de ideas filosóficas y políticas muy diversas" se autoconvocaban para impedir la opresión y persecución de los judíos, manifiesto que llevaba la firma de numerosas personalidades, entre otros de Emilio Troise y Lisandro de la Torre.
Este comité logró concitar la adhesión de buena parte de la intelectualidad, de la dirigencia política socialista, comunista, demócrata progresista y radical y de importantes sectores estudiantiles y del movimiento obrero, llegando incluso a crea una interesante red de filiales tanto en el interior del país como en el extranjero, publicando un periódico denominado Contra y contando con el servicio de prensa El Corresponsal Argentino.
Como importante antecedente organizativo se cuenta la Organización Popular contra el Antisemitismo -cercana al Partido Comunista-, que estaba dirigida por un afiliado combativo, el Dr. Marcos Meeroff. Esta institución, pionera en la lucha contra el racismo y en especial el antisemitismo, editaba desde 1934 la revista Alerta y así fue como auspició varios libros de esclarecimiento que hicieron época: "El nazismo enemigo de las instituciones", "Las democracias americanas en peligro", "La voz", "El antisemitismo, instrumento de los enemigos de la Patria", "Argentina contra la barbarie". Su director, incluso, procesó por injurias antisemitas e incitación al pogromo al director de la revista Clarinada, logrando que la Justicia argentina condenara al racista Carlos Silveyra en 1941 (Meeroff: "Una batalla ganada a la reacción").
La fórmula presidencial Ortiz-Castillo para las elecciones de septiembre de 1937prometió retomar la política inmigratoria de la Argentina y asegurar la situación de la comunidad judía local. Sin embargo, Argentina implementó una severa política inmigratoria en esa época en que participó de la Conferencia de Evián (1938) y la endureció en los meses siguientes. El tema tratado era de los refugiados judíos alemanes y los republicanos españoles. Estados Unidos alentó a buscar una solución a largo plazo, pero junto a otros países no cedieron en las limitaciones a la inmigración.
La excusa de la mayoría era su temor a que un aumento de refugiados provocara mayores dificultades económicas, aunque subyacía una fuerte componente antisemita. Aunque los judíos no eran explícitamente mencionados en esas disposiciones, es obvio que las mismas se referían a ellos y al exilio republicano español. El presidente Ortiz defendió esta política discriminatoria en el Congreso aduciendo que: a) La legislación argentina no reconocía la categoría de "refugiado"; b) El hecho de que, al ser una emigración forzosa, no serían inmigrantes voluntarios y permanentes; c) El carácter de la mayoría los posibles inmigrantes judíos era urbano, mientras que la legislación vigente daba preferencia a inmigrantes rurales.
Este argumento no impidió innumerables obstáculos impuestos a los colonos judíos que la Jewish Colonization Association procuraba traer al país: la preferencia que la ley otorgaba a los agricultores no resultaba suficientemente relevante cuando se trataba de judíos. La razón profunda de esa política negativa era una sola: el antisemitismo. En los espacios judíos y en los democráticos, este contexto de rechazo creó una atmósfera de clara desconfianza, mezcla de tristeza, rabia, frustración y horror.
En definitiva, hacia fines de la década del 30 había que combatir contra una organización nazi muy extendida en Argentina, que tenía numerosos agentes operando desde periódicos, revistas y actos en locales cerrados para incitar al crimen. Respecto a la fuerte presencia de los nazis en nuestro país, fue más que significativa la multitudinaria convocatoria realizada por esa estructura política en el Luna Park de Buenos Aires el 10 de abril de 1938, una historia que abordaremos en nuestra próxima entrega.
(*) "Bela para algunos, Belita para muchos". Revista Nosotros, edición impresa en El Litoral, sábado 15 de setiembre de 2015. Bela Guralnik, ya fallecida, debió escapar de Alemania junto a sus padres siendo muy pequeña, debido al ascenso del nazismo. Fue socia de la Asociación Cultural y Deportiva Israelita Argentina I.L. Peretz de Santa Fe y tesorera del Coro Freilej de la institución.