En septiembre de 2021, en las elecciones PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias), y en Noviembre de 2021, en las Elecciones Legislativas, se juega el futuro de nuestra Patria.
Para que los salarios rindan, para que los que no trabajan, trabajen, para que la economía funcione, se necesita que quienes gobiernan disminuyan los Impuestos (reduzcan sus gastos monárquicos) para favorecer la producción y el empleo.
En septiembre de 2021, en las elecciones PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias), y en Noviembre de 2021, en las Elecciones Legislativas, se juega el futuro de nuestra Patria.
La situación actual es delicada institucionalmente, es exorbitante la cantidad de ciudadanos que viven de las migajas que el Estado aporta, y en definitiva es demasiado, porque no corresponde de la manera en la que se hace.
Seguimos teniendo un Estado rico y un pueblo empobreciéndose, acostumbrándose a que le den la comida, en viviendas denigrantes, sin educación -aunque las escuelas físicamente estén abiertas-, sin trabajo, o con trabajo en negro, comercios con dificultades, empresas en riesgo.
Hay un cincuenta por ciento de pobreza y dentro de la pobreza los niños desnutridos y sin educación, superan el cuarenta por ciento.
Entre las políticas de precios que establece, Comercio Interior -el ministerio responsable- informa que sale el Plan Súper Cerca, a través del cual les fijan el precio a varios productos para que los ciudadanos puedan comprar la comida. A través de este tipo de planes lo único que generan es una cultura de dependencia de un Estado benefactor que tiene que asistir permanentemente al pueblo, entendiendo que no somos capaces de hacer nada sin el Estado.
Nos hacen creer que los ciudadanos argentinos no somos capaces. Lo que nos pasa es nuestra responsabilidad, por ello el Estado nos debe cuidar, pero no nos cuidan, nos están acostumbrando a ser dependientes, para que en poco tiempo, quienes administran el Estado nos dominen de tal manera que no usemos nuestro intelecto, que el discernimiento personal no tenga la capacidad de obrar por sí.
Nos están conduciendo a un callejón sin salida. A esta altura de los acontecimientos es dable preguntarnos qué diferencia tiene gran parte de nuestra población -y la que se sumará rápidamente- con los esclavos de nuestra historia de 1810.
Lo que deben hacer los administradores del país (presidente, ,ministros, legisladores) es plantear un estado de Emergencia para reducir gastos.
Si quienes conformamos el pueblo, queremos decidir por nosotros mismos, debemos pedirle al Estado que disminuya los impuestos abusivos que cobra para cubrir los subsidios y la comida que se les da a los nuevos esclavos que son los Movimientos Sociales, y que, además, generan Inflación y Pobreza.
Sólo entonces los ciudadanos dependientes del Estado podrán liberarse de las cadenas que los retienen y encontrar la inventiva del trabajo, y obtener lo necesario para su subsistencia. Hay que repoblar la Argentina y de ese modo permitirles salir de la vida oprimida que llevan en los lugares inhóspitos que tienen para vivir.
Por más planes que hagan de fijación de precios, de distribución de comida -entre nosotros, parece que no se cruzan otras ideas en las cabezas de los funcionarios- y otros que se basan en dar, no solucionaremos el problema porque lo hacen intencionalmente para generar ciudadanos dependientes.
Señores que gobiernan: para que los salarios rindan, para que los que no trabajan, trabajen, para que la economía funcione, se necesita que ustedes disminuyan drásticamente los Impuestos (reducción de gastos monárquicos). Al haber menos Impuestos, los precios de los alimentos bajarán, las industrias bajarán sus costos, los comercios comenzarán a producir porque tienen a quién venderles y, a más producción, más empleo. El que planteamos, es un círculo virtuoso.
Por eso en las próximas elecciones no hay que votar a las mayorías del gobierno ni a las mayorías de la oposición, debemos votar a todos los Frentes minoritarios. Que seamos muchos legisladores nacionales en las bancas y podamos hacer valer nuestras ideas, que no son las de pisotear al pueblo en su pobreza. Hay que favorecer las múltiples opiniones para vivir con dignidad y contra la corrupción.
Nuestro lema debe ser invertir, producir, trabajar.
A través de este tipo de planes lo único que generan es una cultura de dependencia de un Estado benefactor que tiene que asistir permanentemente al pueblo, entendiendo que no somos capaces de hacer nada sin el Estado.
Para que los salarios rindan, para que los que no trabajan, trabajen, para que la economía funcione, se necesita que quienes gobiernan disminuyan los Impuestos (reducción de gastos monárquicos) para favorecer la producción y el empleo.