JORGE FERNÁNDEZ
"Quisiera saber dónde ubicar a las autoridades superiores del Pami. Antes estaban en el segundo piso, pero los empleados me dijeron que ahí no están más y no me aclararon dónde podrían hallarse sus oficinas. Por eso acudo a ustedes con este pedido, como otras veces, porque siempre están ayudando a personas de 80 años como yo. En otras oportunidades fue por mis denuncias contra los narcos, y aunque llevo quince años sin resultados positivos con eso, igual los seguiré denunciando. Sin más que decir… mis gratitudes ustedes".
JUAN MANUEL
"Me preocupa mucho que un lugar público como es Salud Laboral, que funciona en el ex Hospital de Niños de la ciudad de Santa Fe, en bulevar al lado de la estación de servicio, tenga todos los matafuegos vencidos desde el año 2019. Nadie los actualiza. ¿Qué esperan? ¿Que haya otro Cromañon más? Es una vergüenza tener que ir a un edificio que da lástima. Ojalá que alguien haga algo. Porque no quisiéramos que se produzca un incendio y después resultará que nadie tiene la culpa de nada, como siempre pasa acá".
JAVIER NUDEL
"Hace 18 días, un Clio colisionó con un poste de madera en calle Pavón 620. Fue informada la Municipalidad, que asistió con el Cobem tomando debida nota. Pero, desde esa fecha el poste pende de un cable. ¿¿Estarán esperando que caiga sobre la cabeza de algún ciudadano??".
Comisión Multisectorial de Jubilados y Pensionados de Santa Fe
La Comisión de Jubilados de la Multisectorial de Santa Fe está integrada por jubilados nacionales, provinciales, municipales y de cajas profesionales.
Ante la propuesta de modificaciones de la Caja de Jubilaciones de la Provincia por parte del gobernador, esta Comisión analizó, debatió y sentó su postura. Frente a la perversidad de los gobiernos nacional y provincial poniendo de rehenes a los jubilados, aportamos soluciones como parte de nuestra lucha.
Con nuestras 3 "Marchas de los Banquitos" nos movilizamos ante la Anses, la Caja de Jubilaciones de la Provincia y a la Legislatura. Hoy es tiempo de decir BASTA, escúchennos.
Reconocemos la difícil situación de la Caja, pero no es solución que la paguen los que menos tienen.
Ante todo, exigimos como algo irrenunciable que la Caja siga en la Provincia, dejando de lado las amenazas de algunos funcionarios que dicen "o es esto o la transferimos a Nación". Pedimos que la Provincia reclame ante Nación el pago de la deuda, pero ya no con palabras empalagosas.
MATÍAS ROSSI
Deseo expresarles a los legisladores que votarán sobre el veto de Javier Milei a la ley de ajuste jubilatorio, que más que una pulseada política, esta ley es por sobre todo un acto de justicia con los viejos argentinos. Postergados, discriminados por años. Que trabajamos con fe en este país hermoso, degradado y debilitado por décadas. Y creímos que, a pesar de todo, nuestro trabajo representaba el seguro para que el Estado nos brindara una vejez digna.
Esta ley de ningún modo nos resarce de los últimos años, apenas remedia la pérdida de estos meses y propone un futuro mejor. Así que su aprobación o no representa lo que ustedes, señores congresistas, entienden por justicia. No existe en nuestra historia un solo hecho trascendente como las luchas por la independencia y la unión nacional del siglo XIX, o la recuperación de la democracia en el siglo XX, que se hayan logrado sin la bandera de la justicia.
El gobierno actúa mal cuando se aprovecha del sector más débil, los jubilados, que no pueden ofrecer resistencia a sus decisiones. No es digno que un presidente gaste dinero en viajes que no le sirven al país y al mismo tiempo recorte gastos previsionales. Podría haberse preocupado estos 9 meses en aumentar los ingresos del Estado, incentivando la producción y el trabajo. No lo hizo y hasta julio esos ingresos corrientes son menores en pesos constantes a 2023, según Economía.
Una motosierra con los más vulnerables es indecente y me asombra que la más alta investidura lo justifique.
Señores diputados y senadores de todas las bancadas: recuerden que como bien definió Albert Camus: "Si el hombre fracasa en conciliar la justicia y la libertad, fracasa en todo". Y actúen esta vez con la dignidad por la que los hemos elegido.
MIGUEL ÁNGEL REGUERA
Las mesas del Bar Ourense guardan secretos que solo el tiempo y el miedo a la finitud de sus parroquianos hace que trasciendan a través de relatos usualmente apócrifos. Uno de ellos dice que Juan Nepomuceno Baigorria, una tarde de enero, a pesar suyo, decidió ir a menos. El polaco Wilenska había cantado "veinte en bastos" en una de las tres manos ganadas y después Tato Landini susurrando "las cuarenta" jugó el Rey de oros, hizo la mano y apoyó las cartas con la regia silueta asomando vanidosa en la pila.
"Con dos que vayan a más, es suficiente, yo me descarto, se dijo El Último Unitario" y jugó el as de bastos que fue arrastrado al remolino de la carta triunfante.
El pecoso, que miraba, musitó: -¡Parece que el hombre sabe!
-¡No crea amigo! Estos cartones coloridos esconden ambiciones, esperanzas, planes, caracteres difíciles de conocer de antemano. Unos juegan por la necesidad de tomar una caña, acompañado de otras soledades. Otros, ¿quién sabe? Aquel hombre que usted ve con el vasito de ginebra, cada tarde, es un jugador distinto. Hay días que tiene miedo, otros días busca pendencia; los jueves suele ser generoso… salvo que tenga miedo o busque pendencia.
-Usted parece una persona preocupada por conocer a los otros…, dijo el pecoso, rascándose el codo sobre el respaldo de una silla que había tomado prestada de la mesa de al lado.
-Claro, señaló Baigorria, mientras veía cómo se iban las diez de última y zafaba del poroto, blanca sentencia de los perdedores. Y agregó: -Ya lo dijo Terencio: "Soy un hombre y todo lo humano me pertenece". Usted, los presentes y yo somos parte de lo mismo; una historia tan colectiva, como no elegida.
-¿Y qué me dice de aquellos "solipsistas" que creen que su suerte les pertenece y que no deben al Santo ni una limosna.
Baigorria cortó el mazo, y el jugador a su lado cantó "copas es triunfo". Juan Nepomuceno apenas abrió el abanico de cartas, las ojeó, tomó una, cubrió el resto y le dijo al curioso: -Le diría que lean a John Locke y su definición sobre los derechos de propiedad en el Estado de Naturaleza, pero sin omitir el "proviso Lockeano". Un hombre es dueño de su vida, de su libertad, de su cuerpo y de todo aquello que produzca con su trabajo, como si fuera una extensión de sí mismo. Pero los límites de ese derecho son "los otros", sus cuerpos, sus propias libertades, sus derechos a vivir y ser felices. Dice Locke que un hombre en la naturaleza puede apropiarse de aquello que produce, siempre que deje lo suficiente para que los otros también puedan satisfacer sus necesidades.
-Pero, maestro, muchos ignoran esta condición Lockeana.
-No crea, dijo mientras triunfaba con el as de copas y cantaba "veinte en oros". Se pueden ignorar los ritos de pasaje en la antigua Bizancio; pero si usted niega la existencia del "otro", que es palpable, que está ahí y lo define, que lo interpela con su ser, con su voz, con sus olores, con sus ojos y con sus preguntas, no es que usted no lo ve, es peor. Usted se está convenciendo de que ese otro no es su igual, lo que lo pone muy cerca de convertirse a la fe de los canallas.
-Es cierto Maestro, dijo el pecoso… lo dejo terminar la mano.
Baigorria bajó la mirada, quizá porque tenía seis triunfos y debería ganar ese Tute. Lo despidió cortésmente y se preguntó: ¿por qué le dirán "pecoso"?