La situación económica es compleja. La caída de la economía complica a las familias y a los distintos niveles del Estado. Esa situación repercute en el frágil tejido social. En las principales ciudades de la provincia la inseguridad no da tregua y el hartazgo quedó plasmado en las calles santafesinas el miércoles último. La plaza de Mayo estalló en bronca contra integrantes de los tres poderes del Estado.
Sin embargo, en la larga transición entre la gestión de Miguel Lifschitz y de Omar Perotti, la política busca un juego propio no advirtiendo en profundidad los alcances de la crisis. En Legislatura se demoran acuerdos para algunos temas de agenda como la situación de municipios y comunas o reclamos empresarios sobre el tema ART, pero se los busca para insistir con la reforma constitucional o bien para definir autoridades de la próxima Cámara de Diputados. Incluso el último jueves, el justicialista Luis Rubeo desafió al Frente Progresista a volver a discutir la reforma constitucional y el guante lo recogió el socialista Joaquín Blanco quien le dijo estar abierto a hacerlo a partir del próximo gobierno. El intento actual de sectores opositores es conseguir 34 firmas para pedir una sesión especial para insistir con la reforma, el proyecto que la propia Cámara le frenó a Lifschitz. El número parece imposible debido a la cerrazón socialista más de varios aliados, incluidos radicales del NEO. Prematuro aún siguen los movimientos de futuros diputados para intentar evitar que sea el actual gobernador el presidente de Diputados. También parece un imposible pero los intentos existen, especialmente en mesas de políticos que se congregan en Santa Fe en las previas a las reuniones de Diputados.
En su agenda de trabajo, Diputados parece haber puesto en el freezer el mensaje del Poder Ejecutivo sobre la adhesión santafesina a los cambios en el sistema de ART. Las voces de sindicalistas y de empresarios son diametralmente opuestas. Parecen vivir en mundos diferentes es la sensación lógica después de escuchar a representantes de esos sectores en el hall legislativo. Dirigentes gremiales y diputados acusan al Senado de haber votado un proyecto con demasiados cambios al mensaje del Poder Ejecutivo. El argumento encaja a la perfección a la mayoría de los bloques de la Cámara Joven que se resisten a considerar el tema pese a los reclamos de todas las cámaras empresariales de la provincia.
Distinta es la situación con respecto a municipios y comunas. Todos los sectores políticos admiten la delicada situación financiera y saben que el recurso de utilizar el Fondo de Obras Menores es un placebo pero tampoco alcanzan a dejarlo en manos de los gobiernos locales por las diferencias entre cámaras. Los vaivenes de una cámara a otra le sirven al Poder Ejecutivo para demorar los desembolsos. El Senado sigue rechazando la posibilidad de sumar a Santa Fe y Rosario a un fondo de este tipo y seguramente la gestión de Perotti optará por negociar individualmente recursos con ambos intendentes antes que girar una partida presupuestaria a las dos grandes ciudades. En el debate en Diputados el radical Fabián Palo Oliver llamó a no engañarse y a buscar soluciones de fondo para las administraciones locales que deberían pasar por rediscutir la ley de coparticipación de la provincia. También habrá que delimitar las tareas inherentes a la provincia y a los gobiernos locales. La política, en muchos casos, duplica las competencias y los esfuerzos, pisa incumbencias con tal de conquistar algo de poder. Siempre la expansión del gasto y siempre la necesidad de tener mayores recursos. El problema estalla cuando los recursos no alcanzan y ya no hay de donde rascar la olla. En los últimos años la expansión del gasto fue importante en términos presupuestarios, los ingresos menores y la ecuación no cierra. Tal vez sea el momento de dejar de pensar en la reforma constitucional y pensar en cómo distribuir tareas y gastos.