Por María Teresa Rearte
Por María Teresa Rearte
"Diálogos de carmelitas" es la última obra escrita por Georges Bernanos, un año antes de su muerte en 1947. La obra se fundamenta en un hecho histórico, que por estos días adquiere relevancia. Me refiero al heroísmo de las Carmelitas Descalzas de Compiègne, que fueron decapitadas por odio a la fe católica durante la Revolución Francesa (1789-1799).
Las Carmelitas se habían establecido en Compiègne en 1641. El carisma teresiano que inspiraba su vida las hizo acreedoras a la estima de los residentes del lugar. Pero con el inicio de la Revolución Francesa se produjo también el advenimiento de la persecución hacia la Iglesia, bajo lo que bien puede considerarse como el Reinado del Terror, para el cual en el lenguaje revolucionario las monjas eran vistas como "fanáticas".
En febrero de 1790 se suspendieron los votos religiosos. En agosto se hace el inventario de los bienes de la comunidad carmelita. Al día siguiente se interroga a las hermanas, ofreciéndoles la posibilidad de renunciar a sus votos. Para sorpresa de los dirigentes revolucionarios las monjas mantienen la decisión inquebrantable de continuar siendo fieles a sus votos religiosos. Con relación a los cuales quiero aclarar lo que los revolucionarios no comprendían. Esto es que "con la profesión de los consejos evangélicos los rasgos característicos de Jesús -virgen, pobre y obediente- tienen una típica y permanente ¨visibilidad¨ en medio del mundo, y la mirada de los fieles es atraída hacia el misterio del Reino de Dios que ya actúa en la historia, pero espera su plena realización en el cielo". (VC, 1). Esa historia en la que hacía eclosión la Revolución Francesa que pretendía ser impuesta a las conciencias, ignorando el apreciado bien de la libertad con la que esos votos habían sido profesados.
Hacia la Pascua de 1792 se vuelve ilegal vestir el hábito religioso. Las monjas son violentamente exclaustradas. Se cierran los monasterios femeninos y se confiscan los bienes de las monjas. Con la ayuda de algunos amigos ellas buscan refugio en diferentes lugares y adquieren un hábito civil para cada una. Pero carecen de medios de subsistencia, sin que reciban ninguna ayuda estatal.
La Madre Teresa de San Agustín realiza una consulta con las cuatro monjas más ancianas del Coro acerca de la propuesta a toda la comunidad de ofrecer la vida por la salvación de Francia, La propuesta es resistida. Es necesario reflexionar para comprender quién no se resistiría ante la posibilidad cierta de ir voluntariamente en camino a ser decapitada por la guillotina, que había sido recientemente inventada.
No obstante, pocas horas más tarde dos monjas más ancianas de la comunidad piden perdón por la falta de valor precedentemente manifestada. Ante lo cual la Madre Teresa ve allanado el camino para proponer el ofrecimiento de la propia vida a las otras monjas integrantes de la comunidad. Luego todas las hermanas pronuncian el "acto de entrega" por la salvación de Francia, que había sido escrito por la priora.
El 21 de junio de 1794 la soldadesca registra las dependencias de las monjas, que son detenidas argumentando las "pruebas" de que éstas seguían llevando una vida consagrada y simpatizaban con la monarquía. Fueron arrestadas y confinadas junto con otras monjas benedictinas inglesas en el antiguo convento de la Visitación. Cuando al ingresar al lugar el alcalde de Compiègne junto con los soldados las encuentra vestidas con sus ropas religiosas se decide el traslado a París, donde las aguarda el juicio. El 17 de julio las monjas carmelitas junto con otros presos son declaradas "enemigas del pueblo", a lo que se suman otros cargos. Y son condenadas a muerte.
Más tarde las voces de las monjas se escucharían en las calles de París entonando el Oficio Divino. Y rezando incluso entre otras preces la oración por los moribundos más el canto del Veni Creator. Cuando suben al cadalso besan la estatuilla de la Virgen. Son plenamente conscientes de que siguen al Cordero de Dios inmolado.
Diez días después Robespierre es detenido y ejecutado al día siguiente. Terminaba así el Reinado del Terror. El Papa San Pío X las beatificó en 1909. El proceso de canonización de las dieciséis carmelitas sigue actualmente su curso. Y es importante tenerlo presente.
No faltarán quienes en nuestro tiempo se pregunten para qué sirve la vida consagrada. O para qué asumirla cuando hay tantas otras opciones que se pueden elegir, tanto o más redituables para sí como más beneficiosas para la Iglesia y la sociedad. "Estas preguntas, dice San Juan Pablo II, son más frecuentes en nuestro tiempo, avivadas por una cultura utilitarista y tecnocrática, que tiende a valorar la importancia de las cosas y de las mismas personas en relación con su ¨funcionalidad¨ inmediata". (VC. 104)
La imagen del hombre contemporáneo es con frecuencia sombría. Pero tampoco sería justo señalar sólo los rasgos negativos que la caracterizan. Es importante dejarse iluminar por los acontecimientos que abren una perspectiva de esperanza, como el que refiere esta nota. También tener presente en el desenvolvimiento de la historia el influjo de la vida contemplativa femenina con relación al que quiero dejar para la reflexión la cita que dice: "Los giros decisivos de la historia del mundo fueron esencialmente influidos por almas sobre las cuales poco o nada dicen los libros de historia". La que pertenece a Edith Stein (1891-1942), filósofa judía convertida al catolicismo, monja carmelita también ella con el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz, mística y mártir, sacrificada en las cámaras de gas de Auschwitz por el régimen nazi.
(VC) San Juan Pablo II: Exhortación apostólica "Vita consecrata". Sobre la vida consagrada y su misión en la Iglesia y en el mundo. 1996.
El proceso de canonización de las dieciséis carmelitas sigue actualmente su curso. Y es importante tenerlo presente.