En la segunda mitad del siglo XVIII se generalizó en la región del Río de la Plata la utilización de cuerpos especiales de caballería para defender las jurisdicciones pobladas por los colonos de origen español frente las constantes incursiones indígenas. Así se organizaron en 1752 las compañías de Blandengues de Buenos Aires durante el gobierno de Andonaegui y posteriormente, aunque con propósitos diversos, los Blandengues de Montevideo en 1791.
Recreación del uniforme de los Blandengues de la frontera. Gentileza.
El origen de los Blandengues rioplatenses es muy anterior y corresponde a la ciudad de Santa Fe y al gobernador Bruno Mauricio de Zavala la iniciativa de su creación. El historiador Federico Guillermo Cervera ha demostrado en sus valiosos trabajos sobre esta unidad militar, que no solo es en Santa Fe donde nace y se desarrolla este tipo de cuerpo, sino que también es santafesino el nombre de Blandengues con que se los conoció después en todo el Río de la Plata, afirmaciones que hace ya muchos años (1991) he podido confirmar con documentos originales que el mismo Cervera sumó a sus fuentes.
Las circunstancias de su origen tienen que ver con las demandas santafesinas de mayor protección frente a la guerra sostenida con mocovíes y abipones que venían presionando desde el norte a partir de 1710. Tanto la Corona como el gobernador de Buenos Aires, asistieron a Santa Fe y el propio mandatario local, Bruno Mauricio de Zavala se hizo presente en la ciudad para discutir estrategias defensivas.
En 1718 se crearon unos impuestos (se los conoce como arbitrios) para sufragar los gastos, pero fueron suprimidos en 1722. Zavala sostenía en Santa Fe soldados del ejército regular español pertenecientes a la guarnición del fuerte de Buenos Aires, pero aunque los hacía rotar volvían enfermos y con sus uniformes desgarrados, si es que no desertaban ante las exigencias de la vida fortinera, durmiendo en el suelo y sufriendo privaciones, por lo que redujo el número de sesenta a cuarenta y luego a treinta.
La "compañía de forasteros"
Esta situación llevó a que el gobernador dispusiera, en mayo de 1724, la formación de una compañía de forasteros que debía llegar a componerse de cincuenta hombres pagos, con un sueldo mensual de $ 7.50, con un capitán que cobraría $ 25. Ese primer mes se reclutaron veinticuatro hombres y se mantuvieron veinticinco del fuerte de Buenos Aires, pero cuando Zavalla pasó para reprimir a los comuneros del Paraguay se los llevó, dejando orden de aumentar la compañía santafesina hasta cien hombres, número que nunca se alcanzó.
La creación de este cuerpo para Santa Fe tuvo que ver con un incidente ocurrido en Buenos Aires en abril de 1724. El Cabildo de esa ciudad se opuso a que el comandante de Armas Justo de Ramila enviara a Santa Fe a cincuenta milicianos reclutados entre sus vecinos, a raíz de unas muertes que se habían producido aquí a manos de los indios. Se invocó entonces una Real Cédula de 1695 que establecía que solo se podría movilizar a las milicias teniendo el enemigo a la vista.
Frente a esta oposición y sin suficientes soldados regulares, dado que la mayoría se encontraban con el gobernador en la Banda Oriental ocupados en el establecimiento de Montevideo, se resolvió organizar un cuerpo específico con voluntarios pagos. Este es el origen del cuerpo de Blandengues, como pronto comenzó a llamárselo entre los mismos santafesinos, que poco a poco fueron integrándose a sus filas. En comunicación del 5 de mayo de 1724, Zavala informaba al Cabildo su resolución de organizar esta fuerza permanente, solución que no satisfizo a los santafesinos que reclamaban mayor presencia militar y la construcción de un fuerte en un punto conveniente.
Un enviado a Madrid, el procurador Antonio Fuentes del Arco y Godoy, reclamó ante el Consejo de Indias una dotación de doscientos hombres permanente del ejército regular, pero la Corona solo autorizó nuevos impuestos por Real Cédula en 1726 para sostener la tropa creada por Zavala. La situación se hizo tan insostenible que el gobernador propuso trasladar la ciudad 25 leguas al Sur.
Fue entonces que se organizaron expediciones al Chaco en 1728 y 1729 que modificaron la relación de fuerzas con los pueblos originarios. Los grandes caciques comprendieron que los de Santa Fe podían defenderse con nuevas tácticas ofensivas, política que profundizó el nuevo teniente de gobernador Francisco Javier de Echagüe y Andía, dando lugar a la concertación de paces a partir de 1734 y al establecimiento de las primeras reducciones en los años siguientes, sin que esto significara una rendición para las poderosas parcialidades indígenas que apenas si acordaban formas de convivencia.
Origen del nombre de "Blandengues"
No sabemos cuándo comenzó a denominarse "Blandengues" a los soldados que guarnecían la frontera de Santa Fe y que conformaban esta compañía de forasteros creada por Zavala en 1724. Los papeles más antiguos que consignan esta denominación son un testimonio de un miembro del clero de Asunción que reprochaba a los santafesinos en 1742 supuestas ambiciones económicas más allá de ocuparse de recaudar lo necesario para el pago "de los soldados que llaman Blandengues"; y en 1748, el gobernador del Paraguay Marcos Larrazabal escribía al rey diciendo también que los santafesinos llamaban "vulgarmente Blandengues" a los soldados que mantenían con los impuestos al comercio paraguayo.
Según parece no era la denominación de "Blandengues" la única utilizada para referirse a la guarnición de Santa Fe. Por otro documento paraguayo de 1769 sabemos que también se les habría llamado "cabezones". Se trata de una representación de Asunción elevada al Consejo de Indias en la que se refiere con duros términos a los santafesinos a quienes denomina "república de Zánganos, que ha decorado su ciudad con elegantes edificios y constituido una "guardia de corps" con cincuenta vagabundos del partido de Buenos Aires pagos llamados "Blandengues" o "cabezones", a expensas de los pobres paraguayos, aproximándose los santafesinos a las repúblicas de Europa que cuentan con tropa mercenaria, siendo ellos invariablemente doctores, senadores y comerciantes."
Este párrafo refleja la disputa sostenida entre las dos ciudades a raíz del privilegio de "puerto preciso" que Santa Fe había logrado hacia 1740 y que obligaba al comercio paraguayo a descargar en esta ciudad sus cargamentos de yerba, tabaco y algodón y a continuar por tierra a su destino final, incluyendo a Buenos Aires.
Tanto "Blandengues" como "cabezones", debieron ser denominaciones honrosas y podría interpretarse como que estos hombres eran capaces de ablandar una resistencia o de encabezar un ataque o expedición militar. Aunque durante la década de 1760 los Blandengues parece que estuvieron ociosos y fueron utilizados como peones en las estancias del teniente de gobernador o del jefe del cuerpo, según denuncias que motivaron serias investigaciones, el cuerpo se reorganizó y prestó servicios en Rio Grande luchando contra los portugueses.
A la hora revolucionaria los Blandengues dieron sus vidas en los campos paraguayos al mando del general Manuel Belgrano, regresando apenas diez de los cien que partieron, entre ellos Estanislao López. Rebautizados como Dragones de la Independencia por el gobernador Mariano Vera, fueron el cuerpo de elite en las guerras civiles y al mando del general López se lucieron en batallas como Cepeda, El Gamonal, o Puente de Márquez, participaron de la defensa de la provincia contra los porteños en 1818 y 1819 y contra Francisco Ramírez en 1821, y avanzaron hacia Misiones en la guerra con Brasil o sobre Córdoba para enfrentar al general José María Paz en 1831.
Un cuerpo de la policía provincial viste en la actualidad el antiguo uniforme de los Blandengues o Dragones de la Independencia, conformando una escolta del gobernador.
(*) Contenidos producidos para El Litoral desde la Junta Provincial de Estudios Históricos.