La crisis desatada por el COVID -19 está a punto de cumplir un año. Un año en el cual se trastocaron terriblemente la economía, el trabajo, y la educación. Hoy, con la esperanza de que la vacuna ayude a minimizar la transmisión del virus y a afianzar la “nueva normalidad” nos encontramos en las puertas del inicio del ciclo lectivo 2021. Un ciclo lectivo nunca visto antes, nuevo, diferente, donde convivirán la presencialidad con la virtualidad.
El pasado año vimos cómo la pandemia acrecentó las enormes asimetrías y desigualdades entre quienes tuvieron las herramientas tecnológicas, la conectividad y las condiciones necesarias en sus hogares para continuar su educación y aquellos que no. En la provincia de Santa Fe se calculó que uno de cada seis alumnos no contó con la posibilidad de transitar la cuarentena dentro del sistema educativo. Estos números preocupantes, lo son aún más si consideramos que dentro de ese casi 20 por ciento que no pudo acceder a las clases virtuales, un gran porcentaje lo hizo en condiciones precarias ya sea por la mala conectividad o por la falta de dispositivos para cada uno en el caso de familias con varios niños, niñas y adolescentes que tuvieron que compartir una sola computadora o celular entre todos, con las dificultades que esto conlleva.
Desde el Estado provincial y desde la Legislatura se propusieron un gran número de iniciativas que trataron de enmendar la situación de la falta de conectividad y de dispositivos. Una de ellas fue la aprobación en Diputados del proyecto que prevé la entrega de celulares y tablets con conexión a los alumnos y alumnas en situación de vulnerabilidad social y otra, el otorgamiento de créditos a docentes para la compra de dispositivos. Ambos proyectos, de autoría del Frente Renovador, fueron presentados en consonancia con el del Ministro de Educación de la Nación Nicolás Trotta, que lo hizo a nivel nacional. Y también se puso en marcha el Plan Santa Fe Conectada, para la inclusión digital y la transformación educativa.
A todas y cada una de estas importantísimas medidas destinadas a paliar las desigualdades en materia educativa que se vieron en la pandemia , se le suma hoy, gracias a la decisión del gobernador Omar Perotti y a la gestión del área respectiva la puesta en marcha del Boleto Educativo Gratuito, un anhelo que en nuestro espacio -el Frente Renovador- lleva casi ocho años de trabajo continuo para hacerlo realidad, ya que hemos presentado proyectos en la Legislatura provincial, en varios Concejos Deliberantes e incluso en el Congreso Nacional. Y nos hemos preparado nada menos que con el creador de esta iniciativa, el exgobernador José Manuel de la Sota con el que me unía una sincera amistad. Él nos ayudó a planificar para Santa Fe lo que había logrado en Córdoba. A partir de su pronta puesta en marcha todos los alumnos y alumnas de escuelas primarias, secundarias, terciarias y del ámbito universitario tanto público como privado, así como los y las docentes de todos los niveles y el personal no docente podrán viajar gratis en transportes de corta, media y larga distancia. Es una gran inversión de la provincia para permitir el acceso a la educación y sortear los obstáculos que impidan que nuestros niños, niñas, adolescentes y adultos puedan acceder a su educación eliminando en alguna medida las barreras económicas que lo condicionan.
Porque las inequidades en materia educativa no surgieron por la pandemia. No todos los problemas del acceso a la educación comenzaron con el Covid-19. Si bien la educación es un derecho consagrado en el Art. 14 de la Constitución Nacional y en Tratados Internacionales incorporados a ella, y la Ley de Educación Nacional 26.206, sancionada a fines del año 2006 establece que la educación y el conocimiento son un bien público y un derecho personal y social que debe garantizar el Estado, y que absolutamente todas los argentinos y argentinas tienen derecho a una educación de calidad, este derecho se vulnera de diversas maneras porque la educación no puede ser de calidad si primero no es inclusiva. Y de verdad que no lo es ahora en pandemia y no lo fue antes. Ahora por la brecha digital , la conectividad y los recursos tecnológicos y antes por las trabas que la condición económica de muchos santafesinos y santafesinas tenían -y volverían a tener- en la presencialidad.
Porque nuestra legislación dice que la educación debe ser gratuita, pero todos sabemos que, sobre todo en las grandes ciudades la gratuitad no es tal, a partir de la necesidad de pagar por el transporte hacia y desde los establecimientos escolares primarios, secundarios, terciarios y universitarios. Y también en las pequeñas ciudades y localidades del interior, donde los y las jóvenes que terminan la escuela secundaria y quieren continuar sus estudios superiores en las ciudades que cuentan con Institutos Terciarios y Universidades, muchas veces no lo pueden hacer por el costo que significa el traslado a esos centros urbanos. El futuro de nuestros hijos empieza en las aulas de nuestras escuelas y todo lo que hagamos para derribar las barreras que impidan el acceso a la educación es lo mejor que podemos hacer.
El ciclo lectivo 2021 tendrá virtualidad y presencialidad. Por eso el Estado garantizará ambas formas de acceso a la educación a todos los santafesinos y santafesinas. Conectividad y dispositivos para la virtualidad, y Boleto Educativo Gratuito para la presencialidad. La educación de nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes es el único camino para enfrentar el futuro y el acceso a ella es la nueva forma de la Justicia Social.