Leamos al colega Mario Cáffaro que trabaja con información y por tanto con seriedad, que escribió una nota cuyo título se lee a continuación: "Cómo se está armando la oposición en la provincia de Santa Fe con miras a 2023" y en ella dice:
Leamos al colega Mario Cáffaro que trabaja con información y por tanto con seriedad, que escribió una nota cuyo título se lee a continuación: "Cómo se está armando la oposición en la provincia de Santa Fe con miras a 2023" y en ella dice:
"Más allá de las vacaciones, dirigentes radicales, socialistas y del Pro no se privan de reunirse buscando puntos de coincidencias para el año venidero. Bonfatti considera prioritario definir un programa para encolumnar a los diferentes partidos en una amplia coalición".
Después el colega va al nudo del asunto, que es la pregunta que debe resolver el sur: qué hacemos con Bonfatti. El colega dice lo suyo, leamos, después aportaremos otros datos y, al cabo, otra mirada.
"Otro de los dirigentes que apuestan a un frente de frentes, previo programa, es Antonio Bonfatti. Es el único ex gobernador no peronista con vida. Se lo ve activo en el verano y motorizó encuentros con varios referentes políticos. En 2019 perdió la gobernación a manos de Omar Perotti pese a lograr más de 660.000 votos y está convencido de que se deben definir líneas programáticas, especialmente en materia de seguridad, uno de los problemas más serios que afrontó su gestión."
Las fuentes en las notas de Mario son inobjetables, seguras y discretas, por eso es necesario atender / entender el párrafo que le sucede al anterior: "La postura de Bonfatti -ya comunicada a varios radicales con los que compartió gabinete, gestión e incluso Legislatura- puede agilizar un debate que la dirigencia socialista mantiene internamente tras la elección de noviembre. Parecen ser cada vez menos los dirigentes que consideran que el Pro es el límite. Además, hoy el PS todavía no tiene un dirigente que por el arrastre de votos pueda condicionar las negociaciones. Enrique Estévez, Clara García, Pablo Farías, Joaquín Blanco y Mónica Fein encabezan permanentes reuniones en distintos puntos de la provincia para conocer la opinión de afiliados pero también de dirigentes sociales".
Agrego: el hijo de Estévez, la viuda de Lifschitz, el muchacho que llevaba los mensajes de Lifschitz retándolo a Javkin (Joaquín Blanco Junior) y la fracasada intendente de Rosario, perdidosa como senadora departamental, diputada nacional por acumulación de votos residuales, no alcanzan. Bonfatti es otra cosa.
Una gacetilla define cuestiones. Dice así: "A días de cumplirse 8 años desde la implementación durante su gestión como gobernador del Nuevo Sistema Procesal Penal que produjo una gran transformación en ese fuero en la provincia de Santa Fe, el ex gobernador Antonio Bonfatti visitó en su despacho al Jefe de los fiscales, Jorge Baclini.
'A casi 8 años de la implementación plena del nuevo sistema y reconociendo que todavía queda un camino por recorrer para fortalecer la administración de Justicia, valoramos mucho todo el trabajo realizado y todos los esfuerzos que hasta acá se han hecho para dotar de recursos humanos, técnicos e infraestructura al MPA (Ministerio Público de la Acusación)', consideró Bonfatti quien concurrió al encuentro acompañado por el ex ministro de Gobierno y Reforma del Estado, Rubén Galassi.
'Todo lo que podamos mejorar de aquí en adelante en la administración de justicia en la provincia será siempre sobre la base del respeto al nuevo sistema moderno, transparente y fundamentalmente a través del diálogo institucional entre los distintos poderes del estado', finalizó Bonfatti".
La mención a la cantidad de sufragios que obtuvo Bonfatti, menos que los obtenidos por Perotti, contienen un yerro que se sabe y se perdona. Los votos a Bonfatti provenían de un Frente; no eran propios, delegaban en él. Perotti tiene el mismo origen: UN FRENTE. Todos los peronistas votaron a Perotti. No eran votos suyos.
Cualquiera sabe -de los que deben saberlo- que el peronismo unido y la oposición dividida dan un gobierno peronista. Chau. Listo. Terminado.
Si tanto uno como el otro (fueron rivales y en esa competencia se definió la provincia) se cree dueño de los votos partirían hoy de un error que complicaría el 2022 y el 2023 y, al cabo, a la provincia que, ¡cuidado!, ¡cuidado!, ya está complicada.
Perotti debe resolver su gobernación con minoría absoluta en la Cámara de Diputados, una CSJ que estaba y quedará y un MPA que no le pertenece. Y cuidadito, Perrotti debe dejar un caminito para un gobernador peronista.
Los senadores desde Bonfatti en adelante consolidaron un sistema de gobierno en sus Departamentos que los vuelven un poder real en sí mismo.
Bonfatti no tiene Diputados, Senadores, no tiene votos radicales (basta observar las internas 2021) y no tiene todos los votos socialistas.
Tiene, esto es riguroso, agenda de un pasado en el poder donde la memoria de lo bueno y lo malo de quienes están en Diputados y Senadores le pertenece.
También pertenece al pueblo la memoria de qué cosas sucedieron durante su gobernación. Compartió almanaque con Los Monos. No fueron creación suya. Sucedió. A Perotti le apareció La Peste. Sucedió. Ampliaremos más adelante: el Sur tiene a Perotti, Bonfatti, a JxC sin nombres y el 60% de los votos.
La nota del colega y la mención a todos los posibles dirigentes socialistas desnuda la cantidad, el poder de convocatoria, la falta de unidad y debo agregar: la necesidad de conservar un lugar dentro de la plantilla de sueldos del Estado Provincial.
Hay dirigentes políticos que se volvieron burócratas y están viejos para empezar en la vida privada y jóvenes para jubilarse a cargo del Estado.
El socialismo tiene pasado, carpetas, conexiones con quienes fueron sus aliados. Es interesante comenzar un estudio sobre la parábola, desde el 1990 al 2019 para entender que fue una generación y que, como en el fútbol, sin Maradona (bueno, Messi), no hay equipo.
Es en la Región Rosario donde aparece una clave para el 2023 y es raro que nadie la vea. El poder político lo posee Javkin, sentado sobre una Región con muchos votos (Lewandowski & Traferri sonríen).
Javkin tiene un partido (es parte de un partido) que podría competir y ganar la interna en Juventud Unida de Básquet y Bochas, los enamorados de Echesortu. Son muy pocos e invisibles. Javkin es sostenido por un poder radical que sabe roscar y crece y un socialismo en los puestos administrativos claves que se niegan al retiro y gritan ¡viva la Burocracia honesta y eterna!
Permítanme una licencia: "viva la burocracia y ojalá hagan algo". Rosario está detenido, no arranca, si los que deben mover las palancas de la gestión no actúan hay personalidades como las de Bonfatti que se preguntan: ¿caramba, qué está pasando…? Se responden íntimamente que sí, que pueden y avanzan.
Rosario no se alejó de la fracasada gestión de la Fein (El Frente perdió las elecciones 2019 en Rosario, es en la Región Rosario donde Perotti le ganó a Bonfatti). En estos votos se define el poder del 2023 en la ciudad, la región y la provincia.
En el sur, la mediatización de la política al punto del relato tiene todavía lujosos relatores. Es el relato el que mantiene al poder frentista en el sur esperando que arranque pero, caramba, el sur existe y tiene estos nombres. Javkin, Schmuck, Bartolacci, Fein, Clara García, Estévez hijo y poco mas. No hay votos. Bonfatti afila el Faber número Dos. Poder Mediático sobra. Titulares entusiastas de aquello que se hará, olvido de cuánto no se hizo, distracción sobre cuánto se hizo mal. El sector "cuentos de cada mañana" funciona.
Para que se entienda: si el peronismo no dice cuidado, esos son relatos, si JxC no puede decir cuidado, esos son relatos, si el radicalismo se muerde la cola Bonfatti puede decir -cómo no- que Los Monos fueron sus enemigos y que él está dispuesto al sacrificio para mejorar la provincia. La historia puede repetirse. El distraído es un atento a otras cosas, dicen los entendidos en distracciones.
Se insiste: la cuenta regresiva comenzó. Todo se hace en función del 2023. Todo. El cuerpo político lo sabe.
Perotti debe resolver su gobernación con minoría absoluta en la Cámara de Diputados, una CSJ que estaba y quedará y un MPA que no le pertenece. Y cuidadito, Perrotti debe dejar un caminito para un gobernador peronista.
Bonfatti no tiene Diputados, ni Senadores, no tiene votos radicales y no tiene todos los votos socialistas. Tiene -esto es riguroso- agenda de un pasado en el poder donde la memoria de lo bueno y lo malo de quienes están en Diputados y Senadores le pertenece.