Martes 2.5.2023
/Última actualización 14:20
La muerte es una realidad inevitable en la vida de todos los seres humanos. Sin embargo, el proceso de morir puede ser difícil tanto para el paciente como para su familia y cuidadores. Es aquí donde los cuidados paliativos juegan un papel fundamental, permitiendo una atención adecuada y compasiva a las personas que están en el final de su vida.
El buen morir es un tema cada vez más relevante en nuestra sociedad, el cual ha renovado su vigencia en la agenda pública el pasado 18 de febrero, cuando la Fundación Centro Carter anunció que el expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter, de 98 años, comenzó a recibir cuidados paliativos en su domicilio luego de una serie de breves estadías en el hospital.
La preocupación del hombre por la experiencia de la etapa final de la vida no es nada novedosa, ha sido tema central de la filosofía desde sus orígenes. Filósofos como Michel de Montaigne y Kant tienen reflexiones especialmente interesantes sobre cómo afrontar este proceso. Montaigne destaca la importancia de aceptar la muerte como parte natural del ciclo de la vida y enfrentarla con valentía y serenidad. Por su parte, Kant sostiene que el buen morir se trata de hacerlo de manera racional, aceptando la muerte como una parte natural del proceso vital. En resumen, ambos filósofos coinciden en que la muerte debe ser aceptada y enfrentada de manera serena y digna.
Más allá de la filosofía, la ciencia también se ha abocado a estudiar el problema desde diferentes perspectivas, buscando soluciones que mejoren la experiencia de las personas en su etapa final.
Por ejemplo, un estudio publicado en el Journal of Palliative Medicine analizó las barreras para la atención paliativa en pacientes con cáncer avanzado y enfermedades no oncológicas. Los autores encontraron que la falta de acceso a servicios de cuidados paliativos, la falta de conocimiento y capacitación por parte de los profesionales de salud y la falta de recursos financieros son algunas de las barreras más comunes.
Otro estudio, publicado en el British Journal of General Practice, analizó la percepción de pacientes y médicos sobre la atención en la etapa terminal. Ambos coincidieron en que estos cuidados deberían ser una parte integral de la atención médica, pero también identificaron como barreras la escasa oferta de servicios de cuidados paliativos y la falta de formación en la materia del personal sanitario.
En línea con lo anterior, un estudio publicado en la revista BMC Palliative Care analizó la efectividad de un programa de capacitación destinado a médicos de un hospital de cuidados intensivos. Los autores encontraron que la formación mejoró significativamente el conocimiento y la actitud de los profesionales hacia los cuidados paliativos.
Por último, un artículo publicado en el Journal of Pain and Symptom Management analizó la relación entre la salud mental y los cuidados paliativos en pacientes con enfermedades crónicas. Los autores encontraron que la atención de la salud mental es un factor importante en la atención paliativa, ya que estas personas a menudo experimentan síntomas de ansiedad y depresión que pueden afectar su calidad de vida. Este estudio destaca la necesidad de abordar no solo los síntomas físicos, sino también los psicológicos y emocionales.
Algunas cifras
A pesar de la importancia de los cuidados paliativos en el proceso de morir, en muchos países del mundo el acceso a los mismos sigue siendo limitado. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 80% de las personas que necesitan cuidados paliativos en el mundo no tienen acceso a ellos. A nivel global, solo el 14% de los países cuenta con servicios de cuidados paliativos integrados a sus sistemas de atención médica.
En América Latina, las cifras también son preocupantes. Un informe de la Sociedad Latinoamericana de Cuidados Paliativos (SLCP) señala que la mayoría de los países de la región tienen una cobertura insuficiente de servicios de cuidados paliativos, y que solo el 10% de las personas que los necesitan tienen acceso a ellos.
En la Argentina, según el Ministerio de Salud de la Nación, se estima que cada año, alrededor de 200.000 personas necesitan cuidados paliativos. Sin embargo, la falta de acceso a estos servicios sigue siendo un problema importante en el país. Según la misma fuente, reciben cuidados paliativos solo el 12% de los pacientes que los necesitan.
A pesar de que se han realizado algunos avances en los últimos años, como la creación del Programa Nacional de Cuidados Paliativos en 2010 y promulgación de la Ley Nacional de Cuidados Paliativos en 2022, todavía hay mucho por hacer para garantizar que todas las personas que necesitan atención paliativa tengan acceso a ella.
Estas cifras muestran la necesidad urgente de mejorar el acceso a los cuidados paliativos en todo el mundo y en la Argentina en particular, y de abordar las barreras que impiden que las personas reciban la atención adecuada al final de sus vidas.
Vida de calidad
Es importante destacar que los cuidados paliativos no se limitan a pacientes con cáncer avanzado, sino que también son necesarios para personas con enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas, respiratorias o neurológicas, entre otras. En estos casos, la atención paliativa puede ayudar a controlar los síntomas, mejorar la calidad de vida y reducir el sufrimiento del paciente y su familia.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define los cuidados paliativos como “un enfoque que mejora la calidad de vida de pacientes y familias que enfrentan problemas asociados con enfermedades amenazantes para la vida, a través de la prevención y alivio del sufrimiento por medio de identificación temprana, evaluación y tratamiento del dolor y otros problemas físicos, psicosociales y espirituales”.
El buen morir no solo se trata de la atención médica, sino también de la calidad de vida que tienen las personas en sus últimos días y semanas. La atención paliativa puede ayudar a mejorar la calidad de vida de los pacientes, pero también es importante que ellos y sus familias tengan la oportunidad de hablar sobre sus deseos y preferencias en esta etapa y que se respeten esas decisiones. La comunicación abierta y honesta entre los pacientes, sus familias y el personal de salud es fundamental para asegurar que los primeros tengan el control sobre su propia atención médica y puedan tomar decisiones informadas.
En conclusión, el buen morir es un derecho humano fundamental y la atención paliativa es una parte esencial de garantizar ese derecho. A pesar de que todavía existen barreras importantes que limitan la atención adecuada y oportuna para los pacientes que requieren estos cuidados, se han realizado avances en los últimos años.
Con el fin de asegurar un buen morir para todas las personas, es necesario seguir reflexionando sobre la importancia de esta temática y buscar soluciones que garanticen una atención integral y humana. Para ello, resulta fundamental trabajar en pos de un modelo de atención paliativa integral que garantice el acceso e incluya no solo el manejo del dolor y otros síntomas físicos, sino también la atención emocional, espiritual y social de los pacientes y sus familias.