Peligro en la autopista a Rosario
UNA LECTORA
"Por motivos particulares, estoy viajando frecuentemente a Rosario, por la autopista; y por este siempre solidario medio, expongo lo riesgoso que es utilizar esta vía por el mal estado de algunos tramos. Por ejemplo, hacia el sur: hay pavimento levantado hacia el centro, o baches pésimamente tapados, que los hace muy peligrosos. Pero la vía más arruinada es la de regreso: hasta Maciel está en condiciones y en el tramo hasta Arocena no son tantos los inconvenientes. Hay elevaciones de pavimento hacia el centro, que lo hace peligroso; pero lo peor empieza cerca de Coronda y hasta un poco antes del peaje. Está totalmente movido el pavimento. Se transita a los saltos y rogando que no llueva, ya que empeoraría más aún la situación. Los arreglos son remiendos peligrosos, por lo mal hechos... Y resulta que en ambas manos, hay carteles que anuncian que están repavimentando la autopista... Ante nuestra pregunta a los empleados del peaje, sobre si ya comenzó la obra, nos contestaron: 'Solamente les decimos que no tenemos asientos acordes con nuestros trabajos ni tampoco acondicionadores de aire'. Me pregunto (y averigüemos mejor) ¿adónde van los importantes recursos que genera la autopista, que administra la provincia? Los anuncios están. La autopista ¿no está entre las 1.500 obras anunciadas?, sabiendo lo que significa esta vía junto con la abandonada ruta nacional Nº 11...".
Todo con aumento
VECINA DE B° CANDIOTI NORTE
"Hice las compras, lo menos posible, en un autoservicio (no supermercado). Pues los precios que yo vi en góndola de los productos que cargué para llevar, cuando llegó el momento de pagar me los cambiaron, es decir los fueron remarcando en caja, por ejemplo un producto de $ 394 lo llevaron a $ 500, y el cajero me dijo que debía cobrarme así porque toda la mercadería que estaban recibiendo venía con aumento. O sea que los cartelitos con precios ya no tienen ningún valor y en otros casos, ni siquiera les colocan los precios. Esto no sé hasta dónde va a llegar y, consecuentemente, podremos sobrellevar los argentinos...".
Plaza Gregoria M. de San Martín: ¡no saquen los bancos!
LUIS AUGUSTO PESSONI
"Sobre la plaza Gregoria Matorras de San Martín, ubicada en pleno barrio de Guadalupe, conocida también como 'plaza San Pablo' por estar frente a la parroquia homónima, quiero hacer una observación como simple ciudadano y vecino de la zona. Al secretario general de la Municipalidad y al intendente les pregunto: ¿por qué están retirando los cómodos y ergonómicos bancos de tablillas de madera y soporte de herrería, que a la fecha estaban en perfectas condiciones? Es más, saliendo de la pandemia, una cuadrilla efectuó el recambio y mejora de la maderas que conformaban el cómodo asiento, incluso con respaldo. Ahora observo con sorpresa que los bancos serán reemplazados por 'muertos de hormigón', material poco amigable para nuestro cuerpo y estaciones (fríos en invierno y calientes en verano, al estar expuestos al sol: imposible sentarse...). Tampoco cuentan con un respaldo. Hago un llamado a la reflexión y sentido común de los funcionarios municipales con relación al formato y materialidad de los nuevos bancos. Respecto de la intervención de los juegos para los niños, recambio de luminarias y mejora de los senderos, me parece una buena propuesta".
Temores
MARIO PILO
"En mi larga vida, vivida y no vegetada, he tenido muchas jornadas de marchas plenas. No quiero decir felices, menos dolorosas. Plenas. Es decir: ocupadas, trascendentes, recordables, con el agregado de que nunca volverán. Por eso decía mi amigo imaginario de la juventud, Nippur de Lagash, el incorruptible, en las sagas que Robin Wood escribía en los Tony, D'artagnan, Fantasía, etc., 'en el reino de la melancolía, la tristeza levanta sus castillos'. Y sí... por qué o para qué negarlo, tratar de olvidarlo entre charlas, nuevos amigos, los de siempre y los que se han ido ya... Y también tengo miedos, como dijo Vargas Llosa, 'no de la muerte, sino de sus traidores actos previos'; pues en la cancha de la vida siempre he andao bien montao y me he dado por bien pagao, dentrando detrás del primero, de Lindor Covas, el Cimarrón, en la recordada historieta gaucha publicada en el diario La Razón. Por lo tanto, también quiero morir de esa misma forma: con vida".
Carta abierta a Cristina
RICARDO LUIS MASCHERONI (*)
Estimada Sra.:
De mi consideración:
Trataré de reflexionar, por la presente, sobre cosas que quizás Ud. no quiera o no pueda decir por una responsabilidad superior y me parece bien que no lo haga. Pero como a mí no me comprenden esas generales de la ley, puedo expresarme como quiero en tal sentido.
Creo que más allá de la gravosa deuda contraída por Macri y compañía, de la pandemia, la guerra y la sequía, que sin dudas nos han condicionado gravemente, el país está como está porque el presidente nunca se asumió en su calidad de nacional, popular y peronista, ni tuvo la osadía de dar batallas aunque su resultado pudiera ser incierto. Por tanto, su injusta proscripción, por la violación de todas las normas jurídicas por parte del Partido Judicial, no es la causa determinante de aquélla, sino que es una consecuencia de actos y conductas pasivas de muchos que se dicen sus partidarios, salvando honrosas excepciones.
Alberto Fernández asume la Presidencia con un número apreciable de legisladores en el Congreso, con casi 20 provincias gobernadas por quienes se dicen peronistas, todo lo cual era, en ese momento, una fuerza considerable para torcer el rumbo anterior, además acompañada por una militancia que veía las utopías de una vida digna, en cierta forma alcanzables.
Quienes desde el 2015, en la comprensión por dónde pasaba el norte político, decidimos, desde otras expresiones, sumarnos al fortalecimiento del campo popular, por la sola coherencia y fuerza de las convicciones, sin pedir nada a cambio, y seguimos remando en esa dirección. Percibiendo, a poco de andar, que en la gestión de Alberto Fernández nada de lo que esperábamos se iba materializando, todo lo contrario, y los odiadores seriales y sospechosos de siempre se fortalecían producto del dejar hacer, dejar pasar. Las recientes, voluntaristas y destempladas declaraciones del presidente reafirman estas impresiones.
Veamos algunos pocos ejemplos en tal sentido: no se reemplazó al Provisorio Procurador de la Corte, menos se repuso la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual, conocida como Ley de Medios, con la consecuencia que ello deparó; teniendo reservas de dólares y ante las voraces pretensiones del FMI no se actuó desde una posición de fuerza y se aceptó los términos de una negociación mucho más leonina e impagable, que condiciona por generaciones a sucesivas gestiones, dilapidando esas divisas.
Sobre el desprestigio del Poder Judicial, se nos hizo creer que el mismo se podía autodepurar graciosamente, designando a una ministra absolutamente incapaz e inoperante, al igual que varios más en el gabinete, que dieron tiempo y espacio para que se reagruparan fuerzas para el contraataque que sufre todo el pueblo argentino, centrado especialmente en su persona, sin dar pelea alguna.
Mientras se profundizaban las carencias, se precarizaba el trabajo y los trabajadores recibían salarios indignos, siempre bajo la línea de pobreza, muchos en las 62 Organizaciones Peronistas y en la CGT hacían la plancha, más inclinados a negociar con las patronales, que defender los intereses de sus representados.
¿Cuántos paros generales se hicieron, no contra el gobierno sino contra los especuladores, formadores de precios y fugadores de divisas? ¿No ameritaba un paro general la intentona homicida contra Ud.? Y los gobernadores, que otrora eran baluartes del federalismo, ¿qué hicieron frente al unitarismo porteño?
La defección de muchos de ellos, que en una suerte de Antón Pirulero cada uno atendía su juego, fue la causa de que la pusieran en la picota, como venganza y escarnio, y que también la pusieran en la mira de los asesinos, porque sabían que su calidad de líder, heroína y casi mártir era la única que podía poner límites ante tantos atropellos.
Humanamente, más nada se le puede pedir. Ha hecho todo lo que podía, con errores y aciertos. Aunque no le sirva de consuelo y pueda ser tarde, la memoria colectiva la tendrá como una grande de nuestra historia, bien merecida y justificadamente.
¡Gloria y honor Sra.!
PD: Recordando la leyenda del Cid Campeador y sin sugerir nada, le digo que hay batallas que siempre se pueden ganar con liderazgo.
(*) Docente